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domingo, febrero 23, 2025
Columnas De Opinión

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ANSIEDAD. La ansiedad nos carcome lentamente por dentro. Estamos siempre ansiosos, por lo que pasa, por lo que no pasa. A todo le metemos ansiedad. Digno tema del psicoanálisis para quien sepa. Lo único que podemos hacer desde este rinconcito es simplemente testimoniar algo que nos está pasando. Hemos estado ansiosos toda la vida solo que ahora, parece que nos damos cuenta.

Tanto “¡Llame ya… llame ya!”, que nos inculcaron desde la televisión que lo terminamos asimilando, y “ya” llamábamos al 0800 1919 y “ya” saturamos las líneas. Claro, vivimos en Uruguay y no nos acordamos que si llamamos todos de golpe a un mismo teléfono podemos hacerlo explotar (en sentido figurado). Lo mismo pasó con la web oficial del COVID, gub.uy/uruguaysevacuna y el WhatsApp que previeron para desconcentrar las vías de contacto, el 098 999 999 también se empacó y se bloqueó.

Esto no condice mucho con los dichos del presidente de que “faltan brazos”, dando la imagen de que el uruguayo no quería vacunarse y por eso sobraron vacunas de las primeras tandas, por lo que decidieron abrir la cancha y ya tener, al día de ayer, habilitados a los mayores de 18 años, por lo que volvimos a romper récords de brazos para vacunar. “Ya” se anotaron para la semana de turismo cerca de 750 mil uruguayos. Así lo indica la crónica del diario caganchero capitalino, al titular una nota este domingo, “Agenda: ya no hay cupos para vacunarse en Turismo; se registraron 750.000 personas”.

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Los brazos aparecieron, la ansiedad pudo más que nuestra paciencia y casi un tercio de la población ya se agendó para los próximos días. Es una buena señal, pero entonces, ¿quiénes son los que no quieren vacunarse para el presidente? Ojo, están en su legítimo derecho ya que se estableció por el gobierno que la vacuna contra el COVID no es obligatoria como en cambio es la del tétano o la viruela.

Así que no solo de ansiedad vive el Hombre, sino también de constantes contradicciones filosóficas y hasta existenciales.

Lo cierto es que los deditos de tanto escribir o marcar el teléfono para poder agendarse hasta hace un par de días nos quedó a todos medio mochos, pero bueno, eso también se arregla con el tiempo. Lo cierto también es que ahora podemos ver en las redes sociales como todos van poniendo orgullosos que ya pudieron agendarse. No me queda claro entonces si están orgullosos porque van a vacunarse o porque le pudieron ganar a la ansiedad, o más bien a la tecnología.

Así que no eran que faltaban brazos, pasa que no habilitaban a los brazos a que pudieran ser mancillados por la aguja de la jeringa con el vital elemento, que no hará otra cosa que fortalecer a nuestro sistema inmunológico contra el COVID 19 y algunas de sus mutaciones, pero que bajo ningún aspecto nos inmunizará del todo ante el coronavirus.

Es tiempo que nos vayamos tranquilizando y controlando nuestra ansiedad porque las vacunas están para el que quiera, y para el que quiera ya puede agendarse para vacunarse con la primera y con la segunda dosis. Así que como decía el querible personaje de Gómez Bolaños, “que no panda el cúnico” que “ya” estamos encaminados.

En realidad, más que sugerir que vayamos controlando nuestra ansiedad, debemos reformularla hacia dónde queremos que vaya, para así seguir siendo nosotros mismos. ¿Opciones? Hablemos de fútbol, pero si sos hincha de Peñarol o del tradicional adversario (solo nombro al decano), seguí como yo, reformulándola hasta encontrar algo interesante.

Hasta la semana que viene…

Por: Leonardo Silva

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