-No es una aventura del pensamiento
-No es una pretensión desmedida.
-No se trata de una expresión antojadiza y que deje de rodillas al sentido común.
-No es suponer un tiempo de futuro, capaz de someterse a lo no cristalizable.
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Sucede que Ferro Carril, Arsenal y Universitario han conformado planteles para alcanzar lo máximo. Y lo máximo es ser Campeón del Interior. Cabría tan solo preguntarse: cuántos equipos del Interior pueden exponer este potencial medido en nombres, del que disfrutan los tres equipos salteños que jugarán en la Divisional «A».
Universitario es el actual monarca de OFI. En Ferro Carril saben que este año la misión de ser Campeón del Interior, es una misión sin recorte ni dobleces.
Mientras Arsenal obra en razón de un nivel de exposición a la medida del querer y lo que suponen tres puntas de excepción: Jorge Echenausi, Luis Leguísamo y Emiliano Maciel.
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DESDE LA APUESTA
Hay que decir las cosas como son: los tres han apostado fuerte. Desde lo económico a lo deportivo. Dinero invertido. Sentido de proyección.
Pero en el caso de los tres además, la estructura institucional que también ampara. Ferro Carril. Universitario y Arsenal se la toman en serio. Saben que el imperativo es superar la geografía de la gloria doméstica. Que trascender «fuera de casa», es una cuestión casi de esencia, porque la vida pasa y la historia se condimenta o se vacía. Se es o no se es.
Y como aspecto central: Arsenal, Ferro Carril y Universitario, LE HACEN DEFINITIVAMENTE BIEN AL FÚTBOL SALTEÑO. Es que no solamente Salto ofrece la imagen épica y campeona a nivel de selecciones, también a nivel de equipos.
A veces, frente a los cuchillazos internos que nos mandamos, parece inviable reconocer LA POTENCIALIDAD DE UN FÚTBOL SALTEÑO QUE ES REAL.
Otros nos halagan y desde nosotros, la venda en los ojos y el silenciador que parece no escuchar.
No se ve o no se escucha lo que somos. Habría que admitir lo que somos, desde la elocuencia de la objetividad. La historia de los últimos años, no lo oculta a Salto.
Lo dimensiona. Lo amplifica. ¿O somos tan porfiadamente mezquinos de no entenderlo así?
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
