Con la artiguense Shirley Alves:
¿Qué mejor que iniciar el «mes de la mujer» que teniendo como protagonista de esta sección a una mujer?
Hoy salimos de las fronteras departamentales, aunque sin apartarnos demasiado, desembarcamos en Artigas y nos encontramos con Shirley Alves.
Nacida el 22 de octubre de 1958, Shirley es una mujer que ha desempeñado -y continúa haciéndolo- muy diversas actividades, desde confeccionar prendas de vestir, bordar, hasta sacar fotocopias en un emprendimiento familiar. Pero que a su vez, tuvo siempre la clara inclinación hacia las letras y la creación literaria.
En ese ámbito le costó animarse y dar el primer paso, pero una vez que lo hizo -con las enseñanzas y firmes exigencias del salteño Leonardo Garet,
que viajaba a la ciudad de Artigas a dictar talleres promovidos por el MEC-, descubrió un mundo maravilloso:
nunca más dejó de escribir, ha publicado libros y piensa publicar otros.

Hablemos de sus libros …
Han tenido buena receptividad, lo único que acá en Artigas es muy difícil vender libros. Del primero vendí unos cuántos; el segundo prácticamente regalé casi todos, porque lo que yo quería era que la gente

conociera mi trabajo, no era tanto el dinero. El libro «Cada cosa en su lugar» fue editado en el año 2007, y en el año 2021 apareció el segundo, que es «Una voz en tono de marrón», que contiene textos en prosa y poemas.
Además ha publicado en libros colectivos por ejemplo, y fue parte importante del Taller Literario de Artigas …
Sí, en 1996 me integré al Taller Literario del Ministerio de Educación y Cultura y la Intendencia Municipal de Artigas, que orientaba el profesor salteño Leonardo Garet. Dos años después comencé a publicar en «Hojas del Cuareim», página literaria del Semanario Propuesta, de acá de la ciudad de Artigas. En el año 2000 integré el libro colectivo «Ocho puertas», del Taller Literario de Artigas y dos años después, algunos de mis textos aparecieron en «Literatura de Artigas», libro de Garet. En 2007 se publicaron algunos trabajos míos en el libro «Poesía del Litoral», también de Garet. Luego participé junto a otros escritores invitados, del libro «Mujeres anónimas en el esquema social artiguense» de la UNI 3, de Artigas. En 2014 fui ganadora del Concurso Literario «A Bahía de Dorival Caymmi», organizado por el Sector Cultural del Vice Consulado de Brasil en Artigas.
Cómo se da ese vínculo con el taller de Garet?
Empecé a trabajar muy joven, con 15 años ya empecé a trabajar, pero siempre quería seguir estudiando. Hice hasta 4to.de liceo, después dejé, luego fui a la UTU a hacer
bordado porque pensaba entrar en el lnau. Yo decía: hago algún curso rápido y después me presento a algún concurso en el lnau. Pero cuando terminé los tres años de UTU, ya no había más concursos en lnau.
Tuve que seguir trabajando y después resolví hacer Administración de Empresas. Ahí fue cuando conseguí trabajo en un escritorio, con un Escribano, y resulta que el profesor Garet iba a ese escritorio, porque era amigo del dueño del escritorio, Heriberto Núñez Da Rosa. Entonces yo lo veía y pensaba: este señor escribe y viene a Artigas a dictar los talleres … Pero nunca imaginé que podría algún día ir al taller de él. Después que falleció mi patrón, año 93, yo quedé medio perdida, empecé a trabajar con mi esposo en una fotocopiadora que inventamos como negocio porque en ese tiempo se hacían muchas fotocopias, entonces vendimos un terreno que teníamos y compramos una fotocopiadora.
Mi marido no sabía ni siquiera agarrar una hoja, pero empezamos a trabajarytrabajary nos fue muy bien gracias a Dios. Y así fue que más adelante, como le digo después que falleció mi patrón, me decidí a ir al taller, por lo menos a informarme cómo era, y resulta que fui como ocho o diez años al taller.
Y qué significó esa experiencia para usted?
Para mí fue lo mejor que me pasó en la vida, porque nunca pensé que iba a tener la posibilidad de publicar mis trabajos … Nunca pensé … La verdad que Leonardo nos ayudó muchísimo a todos y gracias a él es que tuve la posibilidad de publicar mis dos libros.
¿Piensa publicar otros?
Pienso que antes de los 90 voy a publicar algún otro libro (risas) … Siempre estoy haciendo algo sí, lo que pasa que ahora me estoy dedicando más a coser para afuera. Los ratos libres me entretengo cosiendo,
inventando cosas, haciendo tapices, todo lo que sea manualidades me encanta, entonces estoy dejando un poco para atrás la literatura. Pero siempre tengo algo. Tengo borradores y borradores … y pienso que si Dios quiere voy a publicar algún otro libro.
¿Participa de algún grupo literario o taller actualmente?
Estamos en el Grupo de Escritores de Artigas, pero yo le decía al presidente que me gustaría que las reuniones fueran para hacer algo de taller. Que uno salga una hora de la casa y la aproveche para escribir, que no sea solo una reunión social. El otro día me encontré con él y me dijo que este año trataremos de cambiar un poco la forma de las reuniones, entonces ahí capaz que me encamino un poco de nuevo hacia la literatura, aunque la verdad es que nunca la dejé …
Es que hay quienes dicen que es un mundo cautivante que no se puede abandonar fácilmente, ¿qué piensa?
Es cierto; una vez que entré realmente a la literatura comprobé que es una cosa espectacular, porque todo lo que uno piensa o lo que uno ve, todo se puede escribir, todo puede ser motivo de un poema, o de otro texto. Es una cosa impresionante. Tengo unos cuantos textos que estoy pasando a la computadora, porque tengo borradores a mano, que es algo que me encanta hacer. Además cuando trabajé en el escritorio que le contaba antes, es lo que tenía que hacer, todo el protocolo del escribano, escribir mucho a mano. Entonces me encanta escribir, a mano como le digo, y así voy juntando los textos para después ser pulidos.
Le propongo retroceder en el tiempo a ver si llegamos a descubrir esa inclinación por la literatura ya en los primeros años de vida; cuéntenos algo sobre su infancia …
Los primeros dos años de mi vida vivimos en Javier de Viana, una localidad a 35 kilómetros de la ciudad de Artigas. Era la casa de mis abuelos. Después nos vinimos a la ciudad, a la casa de toda mi vida, que está en la que llaman Avenida del Cementerio, que es la Avenida Carlos María Ramírez. Fui a la escuela 8 y después a la escuela España. Tengo un solo hermano, dos años menor que yo, y la Escuela España quedaba lejos, pero íbamos con él a esa escuela. Creo que fue una infancia común, normal, infancia de jugar a las muñecas y a las bolitas, nada de celulares y esas cosas …
¿V su relación con los libros por ejemplo cómo era? ¿V con la escritura?
Nunca me di cuenta que tenía posibilidades de escribir. En mi casa no había libros, yo estudiaba y hacía los deberes con los textos que me daban en la escuela y siempre con un diccionario al lado, esos fueron mis comienzos. Una vez, estaba en 6to. año de escuela y recuerdo que hice una redacción de dos carillas y de esa redacción, algo salió en uno de los textos del primer libro. Es un texto que se llama «Bajo las casuarinas», algo me acordaba de aquel texto y tuve la oportunidad de incluirlo allí.
Nos gustaría cerrar la página con algunos versos suyos, ¿puede ser?
Sí, claro, este poema breve se llama Ese lugar, y pertenece al libro «Cada cosa en su lugar» … (lo recita):