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domingo, 3 de agosto de 2025
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Un Periodista que “nació adentro de un diario”

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Diario EL PUEBLO digital
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Se trata de un veterano del oficio periodístico. Es un hombre que nació adentro de un periódico y pudo nutrirse del olor a tinta y de la elaboración de las noticias desde niño. Por eso era casi imposible que ese no fuera su destino.
Por su aporte diario, su constante trabajo, su perseverancia, su sacrificada tarea y su tenacidad para que la empresa familiar siga viva en el medio de una vorágine de información que nos golpea más y más, y que en ese caso impone superación para competir, José Pedro Cardozo, hace que el diario que dirige desde hace varios años, lleve el sello de distinción de ser el vespertino más antiguo del país,
al cumplir este mes sus 125 años de vida.

Se trata de un veterano del oficio periodístico. Es un hombre que nació adentro de un periódico y pudo nutrirse del olor a tinta y de la elaboración de las noticias desde niño. Por eso era casi imposible que ese no fuera su destino.

Por su aporte diario, su constante trabajo, su perseverancia, su sacrificada tarea y su tenacidad para que la empresa familiar14 10 13 044 siga viva en el medio de una vorágine de información que nos golpea más y más, y que en ese caso impone superación para competir, José Pedro Cardozo, hace que el diario que dirige desde hace varios años, lleve el sello de distinción de ser el vespertino más antiguo del país, al cumplir este mes sus 125 años de vida.

Se trata de un diario que además tiene una particularidad no menor, es de línea “Batllista” reconocida por la propia Dirección, pero como lo dice su responsable “somos más amplios porque recibimos a todas las voces y le damos expresión a todos los que entran a su antigua casona de la calle José Amorín totalmente renovada por dentro.

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Cardozo además de ser el director, es uno de los principales periodistas de la redacción del diario La Prensa, y durante sus años de trabajo, donde también cumplió funciones como administrativo en el Liceo Nº2, trabajó como redactor de noticias del informativo del Canal 8 local y durante mucho tiempo fue el corresponsal del diario “El Día” de Montevideo, cuyo cierre fue su “primer dolor periodístico”.

Conocido como el “petiso” Cardozo, se trata de uno de los hurgadores de la información más reconocidos de la ciudad por estar siempre en los lugares donde la cobertura de la noticia lo indica. Tranquilo, parsimonioso y sin problemas de decir lo que piensa, Cardozo nos recibió en su oficina para una entrevista destinada a nuestra sección semanal Al Dorso.

De la cuna al

trabajo periodístico

Ayer el diario ya estaba en la calle, aunque en los talleres todavía había gente trabajando, ordenando algunos ejemplares y dejando todo en orden. Las renovadas instalaciones de este periódico lucían como si allí no hubiera pasado nadie, cuando hacía pocas horas se había cerrado la edición impresa.

En el piso de arriba, estaba José Pedro Cardozo, director del diario vespertino más antiguo del país, ya más tranquilo y con varias horas para el cierre del día siguiente, estaba sentado junto a su notebook Apple, en su moderna oficina, siguiendo las noticias y planificando la tarea.

“Este diario era de los Thevenet y mi padre era de apellido Cardozo Thevenet. Porque cuando él nació su madre falleció cuando dio a luz, entonces quien lo crió a mi padre era Virginia Thevenet y ella tenía la parte del diario, entonces es ahí cuando papá siendo adolescente se incorpora y lo empieza a trabajar”, sostuvo.

Cuenta que en su caso “nací prácticamente adentro del diario y mi primer trabajo fue acá. Aunque desde siempre tenía prohibido entrar al taller, porque mi padre decía que estaba el gas del plomo que me hacía mal y que además era un trabajo esclavizante, por lo tanto, tenía prohibido entrar ahí. Quise aprender a linotipear pero no pude, quise saber cómo lo armaban al diario y no pude, hasta que un día le hice un gol de mediacancha que lo metí sin que él supiera y con el “Clavito” Miñón que era el fotógrafo en ese momento, aprendí a revelar e imprimir fotos, en un pequeño laboratorio que tenía el diario”.

Señaló que su primer experiencia periodística fue acompañar al fotógrafo a sacar una foto de un accidente aéreo que se registró en las inmediaciones de Colonia Garibaldi, cuando cayó un avión argentino, en los años 50, que era de Aerolíneas Argentinas y del que recuerda que dijeron que “lo hicieron explotar”, aunque después añade que “en realidad hubo varias versiones”.

Recordó que cuando era niño “se usaba mucho el canje de diarios que hoy ya no existe. Hoy lo hago con EL PUEBLO, yo les mando La Prensa y ellos me mandan su diario, pero antes había un canje con los diarios a nivel nacional. Entonces en aquel momento empecé así, llevando los diarios que mandábamos en ómnibus a Rivera, a Florida, a Montevideo, a Tacuarembó, pero todo eso murió. Pero vino otra época ahora”.

Cardozo dice que se siente como “un Dinosaurio del Periodismo salteño, porque conozco la parte de tipografía que era tan sacrificada, tan dura, a esta etapa mágica que le llamo yo porque ahora todo es fácil. Vos te sentás a escribir en una computadora y de ahí pasa la nota al armador y ya está. Hoy con las máquinas digitales una foto la saca cualquiera, la pasan y ya está. Pero todo es tan fácil y tan sencillo que pienso a veces cómo era que hacían antes, donde les implicaba mucho más tiempo armar un diario que ahora”.

Aunque sabe que el hecho de que la tecnología provoque que las cosas salgan más rápido ahora, no significa que el tiempo le sobre sino que es una responsabilidad quizás mayor. “Porque lo que le dio la tecnología a este trabajo es una agilidad que no la teníamos antes y que la necesitábamos y que te amplía la posibilidad de buscar noticias. Pero enchufado tenés que estar siempre”, reconoció.

A su juicio, parte de ser un “Dinosaurio del periodismo” es el hecho de haber “conocido la parte brava de las linotipos, las impresoras tipográficas, el operario era el que pasaba la hoja y la bajaban de otro montón de hojas, con un automatismo que hoy lo hace una máquina y antes el que lo hacía era realmente un artesano, porque contaba con una habilidad especial, pero nosotros pasamos por todas las etapas. Y acá las vimos todas”.

“Recuerdo cuando tuvimos que comprar dos computadoras y entre ambas se nos fueron 5 mil dólares que para la empresa era un platal y que suponía un esfuerzo impresionante. Cuando hicimos esa transformación no sentimos nada que era algo así como un costo – beneficio, sino que sentimos que tenía que haber un cambio, porque el diario tenía que aggiornarse, pero sobre todas las cosas porque teníamos que seguir teniendo vida y para eso precisábamos mejorar hasta la calidad de impresión”, contó.

Luego comentó que se registraron otras inversiones que debieron realizarse con la intención de adaptarse a lo que la nueva realidad del mercado imponía. Aunque para Cardozo la inversión “nunca estuvo supeditada al beneficio que podíamos tener”.

EL DIARIO COSIDO

Durante muchos años el diario La Prensa sacaba su edición impresa con las hojas cosidas. “Es que habíamos comprado una impresora que nos imprimía lo que una empresa grande utilizaba para hacer un comunicado interno, y entonces tomando como modelo un diario de Colonia, empezamos a unir las hojas y las cosíamos. Fue un paso que dimos y nos largamos. Eran tiempos, al igual que ahora, que los medios del interior no eran contemplados por la publicidad estatal, entonces todo se hace con esfuerzo y sacrificio, pero la cuestión es que salimos adelante”.

Porque sentenció que “dicen cuando uno deja de esforzarse, es cuando empieza el fracaso. Cuando quisimos acordar teníamos 18 empleados y como tenemos números muy justos nos mantenemos ahí. Porque no queremos deberle a nadie o comprometernos con alguien y no cumplir”.

El sello de ser el diario de la tarde

Cardozo contó que fue corresponsal del diario El Día de Montevideo, también de línea Batllista como lo es La Prensa. “Y cuando cerró El Día fue mi primer dolor periodístico, me dolió mucho. Ahí me di cuenta que cuando un diario cierra se debe hacer un duelo, porque el dolor se siente. Cuando se cae un medio a uno lo mueve mucho todo”, dijo.

Pero “La Prensa” tiene su sello de distinción, pero además de tener una línea Batllista desde su editorial, “tenemos amplitud informativa en las páginas donde siempre recibimos a todas las personas de todos los partidos, nunca censuramos a nadie, ni dejamos de entrevistar a nadie por ser de un sector u otro, podrán decir que somos de derecha, pero en realidad siempre fuimos muy amplios”.

En ese sentido, ratificó su intención de ser un diario de la tarde “y la idea es no perderla, nosotros sostenemos que el diario se hizo un lugar en el medio y que tiene sus lectores y su círculo de llegada porque estamos en la tarde, y somos otro caso de especie en extinción, porque en el mundo los diarios vespertinos prácticamente no existen”.

Cardozo recordó una anécdota en la que Carlos Lieberman, director de El Heraldo de Concordia, y con quien nuestro entrevistado destacó que “siempre tuvo una excelente relación”, “me dijo que me veía con tantas dificultades que me iba a mandar a un hombre que le organizaba el periódico allá, entonces el hombre vino, compartió todo un día de jornada laboral junto a nosotros y cuando se fue me dijo, ‘sabe lo que voy a decir a Lieberman, que ustedes no hacen un diario, ustedes hacen un milagro diario”.

Cardozo dijo que “nunca tuvo” un problema por declararse “Batllista”. Aunque contó que “tuvimos la famosa clausura en la época de la dictadura por 90 ediciones, cuando la dictadura se venía cayendo y entonces sacamos el famoso Semanario Uno, que era la voz de la Lista 1 y si nos cerraban del todo y no podíamos sacar un diario con otro nombre, no nos habríamos podido sostener, y acá estamos, vivos y felices”.

Por otro lado, dijo que “el hecho de ser notoriamente Batllistas y Colorados, ha sido algo bueno porque siempre fuimos claros y dijimos lo que pensábamos. Pero acá siempre recibimos a todo el mundo y les respetamos la opinión, y cuando mandan algo escrito se lo publicamos tal como viene, no censuramos a nadie, acá todos se expresan y eso ha marcado un hecho de que saben que somos colorados, que somos Batllistas, hasta algunos podrán decir que somos de derecha, pero también saben que somos amplios, acá no tenemos problemas con nadie”.

Y en ese aspecto dijo que “también cuando nosotros tenemos que salir a decir algo, lo hemos hecho, sin entrar en especulaciones de si eso va a molestar a alguien o si le va a gustar a la gente. O no, o si va a impactar en la economía de nuestra empresa, pero creo que todo el mundo sabe que tenemos una línea, respetamos a todo el mundo y aceptamos que nos digan lo que la gente quiere”.

Pese a los grandes cambios tecnológicos, para el director de La Prensa, los diarios en papel seguirán subsistiendo porque “lo escrito queda, y la gente sabe que es algo que está y no desaparece. Entonces el hecho de que haya avances tecnológicos no implica que el papel vaya a desaparecer, yo soy un convencido de eso”.

Considera que si bien el uso de internet y de la web “va en ascenso”, dijo que “a la gente le cuesta mucho acostumbrarse a los cambios, por eso considero más que nunca que los diarios en papel no van a dejar de existir”.

Para La Prensa la idea siempre fue “seguir creciendo” y esa es la premisa de la que parte hoy, cuando están cumpliendo sus 125 años de vida. “La idea es seguir creciendo y seguir adelante, mientras el cuerpo de, las ganas estén y por suerte además tengo un hijo al que le gusta el diario, entonces vamos a seguir adelante”, culminó diciendo el director del vespertino más antiguo del país José Pedro Cardozo.

Hoy por:  Hugo Lemos

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