La semana pasada el Plenario Nacional del Frente Amplio aprobó por unanimidad la redacción final de las Bases Programáticas incorporando todas las mociones aprobadas en el Congreso de diciembre.
Contar con un programa de gobierno es bien importante, porque más allá de la impronta personal y énfasis que los diferentes candidatos le pueden dar en la campaña electoral y durante la gestión de gobierno, fija un rumbo hacia donde ir y genera un marco dentro del cual moverse.
No hay lugar para las sorpresas luego de asumir el gobierno, pero especialmente no hay lugar para las propuestas en el aire o las promesas para no cumplir.
Podríamos ejemplificar con la promesa del actual gobierno de no crear nuevos ni subir los impuestos que existían, pero ni bien asumió eliminó el descuento al IVA por pago mediante sistemas electrónicos, cambió la forma de determinar el mínimo no imponible a partir del cual se empieza a pagar IRPF, eliminó subsidios como el que existía sobre el precio del supergas que hace que hoy en día paguemos $1050 por una garrafa de 13kg. y creo el Impuesto COVID a los empleados públicos que hasta el día de hoy no se sabe en que se gastó porque no hicieron ninguna rendición de cuentas.
Entendemos, y es una de las señas de identidad del seregnismo, que“decir lo que se piensa y hacer lo que se dice” marca una obligación ética en la actuación personal y colectiva de todos los frenteamplistas y en el programa de gobierno planteamos lo que pensamos y por tanto nos obliga a hacer lo que ahí dice.
Pero además, el programa es un acuerdo político que tiene consecuencias directas sobre la interna de la organización política, pero que también es un pacto con toda la ciudadanía y no solo con quienes nos votan para llevar adelante nuestras propuestas.
Seguramente para concretar muchas de las propuestas se necesite más tiempo que el que tiene un período de gobierno, pero comienzo tienen las cosas y cuando antes lo hagamos, antes llegaremos al nuevo destino. Rodolfo Nin, ponía el ejemplo del transatlántico, que se veía que movían el timón, pero el cambio de rumbo se notaba al tiempo.
Hay algunas cuestiones que son importantes y urgentes de atender.
Hay que volver a atender la vivienda de interés social. Hay que invertir y seguramente habrá que modificar alguna ley y normativa, pero sobre todo hay que ejecutar los dineros que el presupuesto destinó para ese rubro.
No puede seguir pasando que existiendo fondos no se construya vivienda. Sacaron plata del presupuesto para compra de tierras del Instituto de Colonización para hacer vivienda y ni hay más tierra para dar oportunidades de desarrollo en el medio rural ni hay vivienda para las familias.
Seguramente estas incapacidades inciden en el aumento de la población en los asentamientos informales en las ciudades.
Pero no solo eso, sino que necesitamos definir políticas claras en lo que hace al agro, que no son solo los grandes terratenientes, el agronegocio y las 4×4.
Hay otros productores de diferentes escalas y características, como ovejeros, lecheros, pequeños ganaderos, hortícolas, frutícolas, granjeros, apicultores, que necesitan claridad en las políticas, pero que también necesitan respaldo y apoyo.
Se necesita que el gobierno ayude a diversificar mercados, pero también que diseñe una política de incorporación de valor a lo que ya producimos. El ejemplo de la carne vacuna con el estatus sanitario y la trazabilidad que permitió acceso a mejores mercados puede servir para pensar en otros renglones.
Pero, también será necesario incorporar más tecnología, que mejore la productividad y el rendimiento de los recursos que usamos, pero siempre con una lógica de sostenibilidad ambiental, que implica, entre otras cuestiones cuidar los suelos y la calidad de las aguas superficiales y de los acuíferos.
Fuentes de agua que deberemos usar mejor y que deberán estar disponibles en todo momento, y por tanto será necesario incorporar riego en la producción agrícola y eso lleva a la necesaria inversión en diferentes sistemas de riego que aporten a los distintos sectores productivos y especialmente a los pequeños y medianos que no tienen capacidad de incorporarlos individualmente.
Sistemas de riego multiprediales, como el que existe en Bella Unión y se usa mayormente para la caña de azúcar o como el que tiene el viejo ingenio El Espinillar que fue diseñado para caña de azúcar pero actualmente se usa para otros cultivos, especialmente citrus.
En definitiva, contar con un Programa de Gobierno es una tranquilidad para todos porque brinda certezas, cosa que hasta el día de hoy solo un gobierno progresista del Frente Amplio está en condiciones de hacerlo.
Nosotros lo proponemos desde el seregnismo, que como ya se hizo de la mano de Astori, lo garantiza con el liderazgo de Bergara.