Universitario lo tradujo en los hechos: fue un equipo experto.
Alcanzó esa condición a partir del oficio en la mayoría. Es cuando surge la valoración hacia lo que implica su exposición.
Universitario fue a Minas, empató 0 a 0 y hasta pudo ganar, porque supo de qué se trataba la situación y cómo manejarla. Pero además, no fue un empate producto de quien se escuda en la duda o en la ambición entrecortada. Universitario se fue convenciendo de lo posible y no por nada en los 20 minutos finales, generó tres situaciones de gol.
No pareció Universitario un equipo visitante, expuesto a la defensa de la trinchera propia y poco más, El equipo de Emilio Silva, FUE UN EQUIPO DE RESOLUCIONES y por eso NUNCA se vió superado.
Lavalleja se limitó en todos los terrenos, a tal punto que recién en la recta final, produce dos chances y una de última, frentazo mediante. ¿Pero cuántos remates para obligar a Burgardt?.
Y no. Definitivamente no.
EL VALOR DE NO DEJAR DE SER
En claro que este equipo rojo defiende bien y es una atributo a manera de plataforma. El capitán Matías Flores ordena el dispositivo y los demás, actúan desde la sumatoria. Pero más allá del marcaje, el sentido de creación subiendo, como en el caso de Bentín, un lujo en las dos áreas. ¿Cómo devaluar ese metro noventa?
En algún momento del primer tiempo, Lavalleja niveló el trámite, pero se hundió en la impotencia de no ser, aturdido frente al anticipo rojo, que también en ese rubro, fue experto sin vueltas.
Valentín Fornaroli fue pesadilla y Jonathan Jorge, monitoreando siempre, desde ese saber correr la cancha, hasta alcanzar la más generosa y reconfortante dimensión.
No fue gran cosa el partido, desde lo estético, pero el producto rojo a la medida del objetivo. Puntazo y pico. Hasta mintió ese 0 a 0 porque pudo ganar. Desde esa razón roja.
Obra de un experto. Universitario, lo fue.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
