legando ya casi a promediar el gobierno instalado en el Uruguay se ha anunciado la intención de rendir cuentas de todo lo actuado. Es una sana costumbre y creemos que siempre debió hacerse, siempre y cuando haya formas y caminos abiertos para verificar lo que se enumera.
Es que nunca que recordemos alguien ha rendido cuentas para echarse tierra encima, vale decir para enumerar errores y malos resultados, por lo tanto es necesario poner en práctica las herramientas que felizmente existen en nuestro país para verificar en los hechos lo que se señala.
Este ha sido un año irregular, complejo y difícil, nadie lo puede ignorar, pero el acierto o el error en la conducción del gobierno, es igualmente importante.
Desde tiendas oficialistas y seguramente para la mayoría de la población se ha obrado correctamente, con la prudencia de la hora y atendiendo las carencias sociales que se han presentado dentro de los límites que se han planteado. No es el concepto que tiene la oposición que básicamente acusa de insensibilidad y de escasos los aportes que se han efectuado con destino a las personas más necesitadas, porque según sostiene la oposición el país está en condiciones de hacerlo y debe hacerlo.
Que recordemos siempre ha sido así. No conocemos los términos de la rendición que piensa efectuar mañana el gobierno nacional, pero no es lo que más nos preocupa, porque siempre será motivo de discusión, de diferentes miradas. Lo que realmente sabemos y nos preocupa es que se trata de un momento complicado. Nadie puede ignorarlo. El trasfondo de todo esto, es que más allá de los intereses políticos, el mundo atraviesa una verdadera ”tormenta” a raíz de la pandemia, que tiene sus consecuencias, en la economía, en el ámbito social y demás.
Quien o quienes conducen el destino de un país deben por lo tanto estar preparados para enfrentar este momento y eso es lo que está en juego.
Más allá de lo político partidario en sí, que consideramos importante, entendemos que al momento de evaluarlo habrá de considerar que se trata de un año muy particular y que aunque puede enfrentárselo con diferentes medidas, hasta el día de hoy al menos no hemos caído en el caos.
Seguro hay cosas para corregir porque se han hecho mal. Siempre las hubo y en todo momento, pero también hay que tener en cuenta la anormalidad del momento que vive el mundo y no sólo nuestro país, para dimensionarlo en toda su incidencia y en todos los temas.
A.R.D.
Un buen hábito
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