¿Cuál fue la mejor versión del Uruguay en tiempos de este «proceso»?
Sin dudas el Uruguay del Campeonato Mundial del 2010 en Sudáfrica, mientras cuatro años después, algunas señales de vigencia, hasta que Colombia acabó con todo.
¡Es que el Uruguay del 2010 respondió al mandato histórico! El de la espera y el contragolpe.

El de la fiereza general en la actitud, SIN RENEGAR DEL REPERTORIO DE LOS QUE INTERPRETAN AL FÚTBOL A PARTIR DEL TALENTO.
Al paso de los años, el maestro del «proceso» se fue europeizando, apelando a volantes «de cara limpia y sin barba», al decir de un colega montevideano.
Volantes ellos, afectos al afiebrado toque lateralizado, para que justamente cada vez cueste más la explotación de los dos salteños.
Lo de esta Copa América, enraizó el pensamiento «tabarista» en esa dirección. Lo del maestro en cuestión, ha sido UN ATAQUE A LA ESENCIA DEL FÚTBOL URUGUAYO.
Uruguay es Lugano. Es Cavani. Es Suárez. Es aquel Godín y no éste.
Es el «Ruso» Pérez. Es Arévalo Ríos. Es Nández.
No es Bentancur. No es Vecino. No es Valverde. ¡No es! Y no será. ¿Se entiende?
Cada país, TIENE SU IDENTIDAD también en fútbol. Patear contra la identidad, es un acto de descomedida traición. Seguro que lo es. Y lo seguirá siendo.
