Con Enrique Garbarini Lluberas
Abogado, docente de derecho, Notario de la Curia, Canciller del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Salto, y dirigente político del Partido Nacional, el Dr. Enrique Garbarini puede definirse como un hombre multifacético, que encara cada actividad con la que se encuentra comprometido, bajo la fuerte influencia de su fe y pensamiento cristiano.
Agradecido a Dios por poder transitar su camino tanto personal como profesional junto a su esposa María Noel Realini, desea poder seguir formando jóvenes, en ésta sociedad que hoy necesita no sólo gente con conceptos intelectuales, sino también ciudadanos formados para que en un futuro puedan sustentarla sólidamente.
La docencia en su caso particular, ¿es una vocación heredada?
La docencia viene impregnada en uno por la familia; mis dos abuelas, Clelia Repetto de Lluberas y Sara Macció de Garbarini, fueron maestras; mi madre y varias tías y tías abuelas también lo fueron, así que me formé en un núcleo docente importante. Pero en mí, la vocación surge desde muy joven, luego de haber cursado en Brasil “Comunicación Social”, gracias a una beca otorgada por la Congregación Salesiana y la Diócesis de Salto; orientando al volver, un Taller de Comunicación en el Colegio Salesiano, y ahí tuve mi primera experiencia docente. Después orienté un Taller de Espacio Curricular Abierto en el Liceo Nº 7, hasta que en el 2011, se efectuó un llamado para docentes en la Universidad Católica, ingresando a dictar clases allí de Derecho en tres áreas: Entorno Legal, como materia introductoria de derecho en el ciclo fundamental que tiene en la carrera de Ciencias Empresariales; Derecho Comercial, en la carrera de Contador Público; y Legislación Rural a los estudiantes de la carrera de Licenciatura en Gestión Agrícola – Ganadera. Y en éste 2017, con un nuevo desafío, que es orientar el curso de derecho de la carrera de Ingeniería en Informática.
¿Qué significa para usted?
En sí es un desafío, pero antes que nada es una vocación. Yo tengo una formación de raíz salesiana, lo que me lleva a que me guste trabajar con los jóvenes, lo cual implica que la docencia sea un trabajo directo, en el entendido de que los jóvenes necesitan no sólo que se los formen curricularmente, sino que también les enseñemos prepararse para la vida, para enfrentar los desafíos que vendrán. Y eso la Universidad Católica con su lema de formar personas para la sociedad, tanto en lo académico como también en valores y en la fe, lo tiene muy claro; por lo tanto, los docentes que trabajamos allí y en particular, tratamos de aplicarlo en cada asignatura que dictamos.
¿Por lo tanto el enseñar conlleva otras aptitudes amén del conocimiento?
El docente no sólo enseña, también recibe, y va formándose con el alumno, en un ida y vuelta, en un dar y recibir, lo cual es muy importante, ya que el alumno espera del docente, no sólo que le dicte una clase, sino que también lo forme u oriente en otros aspectos de la vida. Entonces, nos encontramos frente a un compromiso que he asumido y que comparto junto a María Noel, mi esposa, que es quien me acompaña en la cátedra, y en ese sentido ambos nos sentimos contentos de poder trabajar con la juventud, lo cual siempre agrada, y agradecido personalmente a la vida de haber tomado éste camino y a la Universidad Católica por la oportunidad, deseando poder seguir formando jóvenes, en ésta sociedad que hoy necesita no sólo gente con conceptos intelectuales, sino también ciudadanos formados para que en un futuro puedan sustentarla sólidamente.
¿Cómo ve a la educación uruguaya y cuál considera que sea la falencia más grande que la misma tiene hoy por hoy?
Estamos atravesando sin duda, una etapa difícil; vemos día a día y año a año, en los que van ingresando las nuevas generaciones a la universidad, cómo cuesta tratar con algunos aspectos a los que recuerdo que antes, fuera en primaria o en secundaria, era imprescindible llegar; hablo de las exigencias y los niveles necesarios, y que hoy en día nos enfrentamos ante carencias en la comprensión lectora, por ejemplo; o la lentitud para sacar un cálculo; etc. Y creo que no hay que culpar a los docentes; la alta población que se da en secundaria, o el docente que va de un lado a otro en el día, no permite que se dedique el tiempo que en otras épocas sí existía y se dedicaba, habiéndose producido un estancamiento de la educación que hay que destrabar, tanto en el sector público como en el privado. Por otra parte, tenemos las serias carencias por las que está pasando el sistema, que hace que Uruguay tenga un gran desafío por delante en superarlas, pues las exigencias en el mundo laboral para los jóvenes de hoy, son elevadísimas, por lo cual hay mucho por hacer y aportar, al haber un futuro que lo reclama.
Desde su perspectiva cristiana, ¿el uruguayo es un pueblo de fe?
Uruguay tiene una rica tradición cristiana de orígenes, desde los tiempos de los héroes como Artigas, Lavalleja, Oribe, Rivera, lo que no hay que desconocerlo; recordemos que una de las primeras iglesias se fundan en el tiempo de Artigas, como es la de Carmelo; los Treinta y Tres que desembarcan en la Playa de la Agraciada con la imagen de la Virgen; etc. Y esa rica tradición se dio y no se perdió; pero el cambio de los primeros años del Siglo XX, marcó un quiebre, que llevó a que el uruguayo no haya perdido su fe, sino que no la manifieste como en otros países, bajo una fuerte influencia del laicismos, transformándonos quizás, en un pueblo débil al momento de demostrar nuestras creencias y nuestra fe. Pero somos un pueblo al mismo tiempo, en el que todas las creencias se practican y en las que los creyentes están presentes.
También cumple funciones de responsabilidad dentro de la Curia, ¿en qué consisten?
En el año 2013 asumí el cargo de Notario del Tribunal Eclesiástico Interdiócesano de Segunda Instancia, que antes era el Tribunal Nacional de Apelación para las causas de nulidad matrimonial que se tramitaban hasta hace un tiempo atrás, todas en Montevideo. A partir del 8 de diciembre de 2015, cambió el sistema, y por nombramiento del Obispo, se creó el Tribunal Eclesiástico de Primera Instancia de la Diócesis de Salto, del cual desde el 19 de marzo del 2016, soy el Canciller y Notario. Las funciones van un poco juntas, aunque tienen tareas que se diferencian; a modo de ejemplo, cumplo todas las funciones de un Actuario en el sistema judicial, dando fe y certificando todos los actos que se realicen en el Tribunal Eclesiástico; y paralelamente, cumplo el cargo de Notario de la Curia, que es dar fe de todos los documentos eclesiásticos que el Obispo o que el Vicario General o el Pastoral emitan, de una decisión que se toma.
¿Podemos hablar de que la Iglesia Católica está transitando un período de cambio de la mano del Papa Francisco?
El Papa Francisco ha mostrado una nueva cara de la Iglesia, sin dejar de reconocer el gran camino que hicieron todos los Papas desde León XIII. Francisco, como buen hombre que es, y a quien todos ya conocían en su misión pastoral como Cardenal y Arzobispo de Buenos Aires, tiene una forma muy particular de ser, por lo que lo podemos ver expresándose de otra manera, siendo quizás más cercano, con su forma de decirnos: “vayan, salgan, no se queden, hagan lío”, en el buen sentido, con un estilo muy rioplatense, muy nuestro, que lo demostró desde el inicio, dándole a la Iglesia una nueva impronta pastoral, manteniendo al mismo tiempo toda la tradición, con la idea de salir del encierro, yendo en busca del hermano, apostando a la unidad de los cristianos.
¿Cuándo surge la decisión de abocarse al derecho como profesión?
Surge un poco en la búsqueda de la vocación; porque originalmente la misma estuvo en el rubro de la comunicación social, dentro del ámbito de la Iglesia. Pero luego esa búsqueda continuó, donde lo hablamos con la familia, con algún sacerdote amigo, pues también transitaba por la búsqueda de saber si iba a ser religioso o no; y al final llegué a la conclusión de que los tiempos en ese momento eran los que me hablaban de poder encaminarme por la Facultad de Derecho. Tuve la gracia de encontrar a un excelente grupo de compañeros, y lo quiero mencionar, pues me ayudaron muchísimo en encaminarme en dicha vocación, como fueron Gerardo Leis, Hugo Villanueva y Héctor Lacoste, entre otros, pero con ellos una vez recibidos, hasta hace un tiempo atrás, continuamos trabajando juntos. Fueron un montón de años transcurridos y eso me ayudó muchísimo, egresando en el 2007.
¿Cuánto tiempo compartiendo “el camino”, como le llama, junto a María Noel?
Desde el 24 de agosto del 2009, somos producto de la Noche de la Nostalgia, hasta el 8 de febrero de 2013 como novios; y desde el 8 de febrero de 2013, que marcó el paso hacia la vida conyugal, hasta hoy, y que Dios sea quien marque el camino, juntos; pidiéndole que nos permita continuar por el resto de nuestras vidas, uno al lado del otro.
¿Es un agradecido por sus logros?
Le estoy agradecido a la vida, a Dios que me orientó por el camino de mis decisiones, y a mi familia que me apoyó en un largo camino, la que con altibajos de la carrera y la vida, siempre estuvo ahí.