En un mundo tan radicalizado y tan dividido es lógico entender por qué llama tanto la atención de que los políticos veteranos, que han estado en las antípodas en cuanto a ideas durante su vida activa, al llegar a esta etapa parecen encontrarse, hallar puntos de coincidencia y estar dispuestos a construir juntos, el desarrollo del país.
No referimos a supuestas reuniones o encuentros telefónicos entre Julio María Sanguinetti, José “Pepe” Mujica y otros tan notorios como éstos.
Esto demuestra que la denominada “grieta” puede ser superada, al menos en los grandes temas, porque en definitiva quienes piensan que primero están los demás y que los más desposeídos debieran ser los más beneficiados, como quería el más grande de los uruguayos, existen y se pueden juntar.
Es que en un país, más allá de los intereses partidarios se supone que las ideas que alientan tanto uno como otro político jamás podrían encontrarse, coincidir y buscar un país con mayores coincidencias que discrepancias, es aún posible y ojalá siempre lo sea.
Cuando vemos cómo los militantes políticos aparecen luego ejerciendo puestos de relevancia y muy bien remunerados y los votantes siguen como en todos los tiempos, sea cual sea el partido gobernante, nos explicamos muchas cosas.
Nadie escapa a este comentario, sencillamente porque nadie que sepamos ha gobernado el país con la idoneidad y la justicia social y la honestidad que entendemos se requiere. Es más, diremos que nada tenemos contra quienes han llegado al poder sin mentir, sin engañar, quizás sólo fomentando la esperanza de mucha gente necesitada que tarde cae en la cuenta de cómo funciona el sistema.
Días atrás nos enterábamos que a propósito de “El Guardián”, sistema de alta tecnología (y por supuesto un alto costo) que usa la policía supuestamente sólo con orden judicial para investigar y reunir pruebas en determinados casos, ha sido usado sin la autorización correspondiente.
Es lo que establece la ley. Y si éste sistema se aplicara correctamente nada tendríamos contra él. Pero la cuestión es que queda demostrado que una cosa son las declaraciones, las leyes y otra muy diferente es la aplicación, los controles y para nosotros resultan fundamentales, en tiempos en que la credibilidad está tan venida a menos.
De allí que entendemos imprescindible en estos casos que se demuestre quienes tienen a su cargo los controles y cómo lo hacen. En caso contrario permítasenos seguir dudando…
A.R.D.