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martes, 3 de junio de 2025
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Tribunal de Cuentas:
¿un rol decorativo?

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Diario EL PUEBLO digital
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Varias veces hemos escuchado como argumento de quienes cuestionan o se oponen a determinadas medidas, ya sea de las intendencias departamentales, como de organismos del Estado, que dicho gasto o inversión (que no es lo mismo), fue observado por el Tribunal de Cuentas.
Es así que a nivel de ASSE se dice que muchas de las decisiones que hoy están investigadas fueron observadas. Es más, algunas fuentes señalan que en determinados hospitales la observación alcanzó el 97 por ciento de los gastos.
Desde el avión de presidencia hoy vendido en subasta pública por mucho menos de lo que costo – que es justo reconocer que se ha usado varias veces con fines sanitarios – hasta los gastos en servicios de traslados de pacientes en forma urgente, han sido reiteradamente observados por el Tribunal de Cuentas (TC).
Es más, el ex Intendente de Florida, Sergio Botana, admitió públicamente en su momento que él no tenía en cuenta las observaciones del Tribunal.
No lo culpamos. Es lo que sucede habitualmente y no solo en este caso, sino en el caso de todas las intendencias la opinión del TC es solo decorativa, pero la propia Constitución de la República. Establece la forma de ignorarla, esto es reiterando el gasto por parte del intendente. La inquietud periodística nos lleva entonces a preguntar ¿para que sirve el TC?

No tiene la más mínima fuerza, para impedir que se consuma algo que es al menos “irregular” o inconveniente. No es esta una forma de hacer más “pesado” el andamiaje estatal. ¿No se ha oído decir acaso que Uruguay tiene una de los estados más “pesados” debido a la cantidad de funcionarios innecesarios?
De que sirve un integrante de un órgano controlador o de fiscalización, si no tiene recursos, si no cumple con su rol o sencillamente está atado de pies y manos. ¿No es necesario acaso revisar el rol de estos órganos y en caso de que no cumplan tal función no será mejor
eliminarlo?
Nos queda la amarga sensación de que solo se mantiene como un lugar donde colocar “correligionarios” o “compañeros”, para que reciban un buen sueldo, que pagamos todos los
uruguayos.

Por que como el TC existen varios órganos más, en igual situación y más allá de algunos reclamos puntuales, a nadie parece molestar su existencia y sobre todo su situación actual.
A.R.D.

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