Nadie en su sano juicio puede oponerse a la tenencia compartida. Es que lo mejor para el niño luego de ver a sus padres juntos y en familia, es verlos en buenas relaciones.
Pasar unos días con su mamá y otros días con su papá biológico, dispuestos por un juez si es necesario, es lo mejor que puede pasarle al hijo de padres separados.
Solo la comprobación de violencia doméstica, sexual o similar es causa de impedimento o anulación de este derecho.
Esta es la mejor forma de minimizar el daño que causa en él la separación de sus padres.
Pero una cosa es inadmisible porque va contra todo derecho y sistema jurídico. Es el hecho que basta una simple denuncia, sin prueba alguna para despojar inmediatamente a un padre u otros familiares de ver al niño.
Conocemos muchos casos así y lo inconcebible de esto es que baste con la denuncia. No importa si es verdadera o falsa. En España, país de donde solemos tomar algunas experiencias, se ha comprobado que la mayoría de las denuncias son falsas.
No pretendemos cobijar los casos de violencia doméstica contra los niños ni mucho menos, los padres u otros familiares violentos deben ser sancionados y si es necesario privados de ver a sus hijos.
Pero lo que debe entenderse es que con el afán de proteger al niño se lo sobreprotege y se ha establecido una norma aberrante, despojando a su padre u otros familiares gratuitamente. Es una norma inconcebible, no existe que sepamos en ningún otro sistema, porque una simple denuncia sin prueba alguna es tomada como válida, discriminando otro derecho,
¿Por qué sucede?, Es otro misterio. Quizás porque la figura de la madre tiene en el niño un rol esencial, pero también hay madres de las otras y muchos de los niños que ha sido víctimas de hombres violentos, son castigados por la nueva pareja de madre. Quizás por falta de recursos de la Justicia para investigar.
Que baste con formular una denuncia sin prueba alguna, es discriminatorio en cualquier sistema del mundo. La denuncia debe al menos venir con la debida prueba y establecer por ley esto es prestigiar un sistema judicial, donde no puede bastar nunca con una denuncia infundada.
Los primeros años del niño es cuando forja su personalidad y es en estos años que se da la mayoría de los casos. Es cuando los “valores” trasmitidos por su madre es “palabra santa”.
El daño que se le hace al niño a menudo es irreparable y por lo tanto entendemos que es hora de reparar el daño que provoca una disposición tan nefasta.
A.R.D.
