La mesa está servida: cambio de sistema de distribución de comida
“Lo más importante es asegurarnos que todos tengan su alimentación”
Ma. Eugenia Taruselli

EL PUEBLO dialogó con María Eugenia Taruselli, Directora de Desarrollo Social del Gobierno de Salto ante el planteo que realizó de ir cambiando el sistema de alimentación entre los salteños de mayor vulnerabilidad.
– ¿A qué se debe el cambio de sistema?
– Es un proceso largo, no voy a decir que es como la continuidad del MIDES, pero sí capaz es un debe que quedó estando en el MIDES, que veíamos que si bien existe un sistema de comedores, tenemos el comedor central en el cual se elabora toda la comida para ser distribuido en los distintos puntos. Ya hemos planteado en su momento esa falencia, que si bien está el contenedor, las personas levantan ahí la comida, nos parece que no son lugares adecuados ni apropiados para estar levantando comida. Entonces, partimos de esa base, decimos, ¿cómo podemos mejorar este sistema, que era algo que ya al momento de asumir este nuevo rol en la Dirección de Desarrollo Social era uno de los temas bien importantes, el tema de alimentación. Lo más importante es, en primer lugar, asegurarnos que todos tengan su alimentación, el plato de comida, que en definitiva ese es como el punto final del sistema de comedores en cualquier lugar.
Convengamos que el organismo rector de la alimentación, y siempre hablando de personas extremadamente vulnerables, es el MIDES. La Intendencia lo que debería hacer es apoyar al MIDES, es un trabajo que se hace en conjunto.
INDA entrega alimentos, carne, verduras, cada tres meses, que es una partida de dinero, pero más allá de lo que entrega INDA, llevan un registro. La Intendencia también pone muchísimos recursos para el tema de la alimentación. Es más, se entregan 25.600 platos almuerzos por mes, que es muchísimo, que cuando lo extrapolamos a números, en el año se gastan $ 2.040.000 en compras de insumos en la Intendencia. Sumado a todo el personal y todo lo que implica esto es como lo básico, que obviamente rota un poquito más, un poquito menos.
A ver, son muchísimos platos, la logística, la entrega, o sea, realmente es un movimiento grande para la Intendencia, y parto de la base siempre, con todos estos recursos que utilizamos, en definitiva, también es plata de la gente. Somos todos quienes aportamos a estas causas, entonces me parece que está bueno siempre la transparencia, la claridad, saber a dónde va, está todo esto dirigido a dónde, y sobre todo yo creo que también es bien importante el tema de que si bien hoy es el plato de comida y que la persona esté alimentada, eso no puede ser el punto final de todo esto. También tenemos que pensar en esta persona que viene a levantar su comida, pero el objetivo debería ser que la persona pueda mejorar a lo largo del tiempo, que no piense que va a estar toda la vida yendo a un comedor a levantar un plato de comida, sino capaz conocer sus potencialidades, poder vincularlo con las instituciones, capaz hay gente joven también, hasta vincularlo a un trabajo sería maravilloso, que no tenga que ir más. Esto va mucho más allá del plato de comida.
– ¿Cuántos comedores se instalarán?
– Son cuatro. Se sacan tres contenedores y se ponen cuatro puntos fijos. Hoy levantan la comida a un contenedor, van con el tupper, se paran adelante, se les sirve, se llevan el tupper. Llueva, truene, haga frío, la cola está y la gente está ahí. Todos los días, de lunes a viernes. Eso no está bueno para nadie.
– La persona que vaya al comedor, va a comer ahí en el lugar, pero ¿no puede levantar la comida y llevársela?
– No. Eso tiene una razón de ser. Va la persona y ahí va a haber una licenciada en trabajo social, un equipo multidisciplinario el cual va a poder trabajar con la persona, va a poder conocer perfectamente el núcleo de su casa, cuál es. Vamos a poner un ejemplo, para ser más gráfico. Mañana vas y te hacemos preguntas, nos enteramos que en tu casa hay un adulto mayor que está en cama que no puede moverse, la comida va a llegar a la casa de esa persona. Ninguna persona ni discapacitada ni adulto mayor va a quedar sin comer. Eso tiene que quedar muy claro porque es como el discurso que se está tomando para que esto no funcione y no es así. Son las mismas personas que hoy hacen cola juntas abajo de la lluvia, con frío, con calor, o sea, ya se conocen entre ellos de hecho.
Y hay un montón de problemas. A ver, hay un tema de consumo real, que hay mucha gente que va sobre todo en este caso al Andén, que lo vamos a sacar porque va para otro lado fijo también, donde se arman muchos problemas afuera, que hay que estar llamando a la policía, no es tan sencillo como parece. Ahora, yo pregunto, ¿cómo vos intervenís en una situación de consumo si a la persona la ves exactamente un minuto, o menos, mientras le entregás la comida? ¿Me explico? Y la gente termina comiendo en la vereda, lo ves, pasa el mediodía porque lo ves, se sienta en la vereda a comer. Entonces, eso es lo que estamos en desacuerdo.
Ahí es donde podemos intervenir con el Ministerio de Salud Pública, con ASSE, podemos ver el tema de consumo, no te digo que la persona quiera ingresar, pero sí hacerle un trabajo más fino, mientras va al comedor, se sienta, que no coma en una vereda, porque cuando llueve también comen en la vereda. Entonces, esto tiene otra cara.
Y el trabajo en red, la única forma de hacerlo es en un lugar seguro, en un lugar al cual la gente vaya, la cual vos tengas cómo sentarte al lado de esa persona para poder dialogar, conversar, ver dónde vive, para poder incluso tener toda la información de la familia, a ver si tiene en la casa una persona que nos ha pasado de ir a la casa por otro tema, y justo te encontrás con una persona con discapacidad, que capaz no tiene silla de ruedas, por decirte, y lo hemos gestionado con el hospital. Y capaz si nosotros no íbamos a la casa nunca nos hubiésemos enterado de eso, porque la gente no te lo cuenta en esos 30 segundos que llenan el tupper.
– ¿Cómo va a ser el ingreso al comedor?
– Hoy ya existe una base de datos. Vas y te anotás y entras, es gratis. A ver, vas, ahí va a estar la persona que te va a recibir, te va a hacer una fichita, también a modo de registro, de poder tener esta información sistematizada. Y si no vas capaz que por 5 días al comedor, capaz hasta podemos ir a tu casa a ver qué te pasó. Tampoco le vas a decir, no te doy la comida porque no tenés el carné de vacuna. No, vení, sentate, comé, charlemos, y ahí tratemos hasta de gestionarte el carné de salud. Las asistentes sociales que tenemos en Desarrollo Social trabajan divino, pero realmente es imposible, como técnica, poder hacer un trabajo bueno, de calidad, en la puerta de un contenedor. ¿Me explico? O sea, no tenés manera. Entonces, la única forma es esta. Y sí, tenemos que empujar para que la gente termine comiendo en su casa, con su familia, fruto de su trabajo. Pero para eso, tenemos que empezar por conocernos.
“A veces la respuesta tiene que adecuarse barrio a barrio. Debemos tener esa flexibilidad cuando instrumentamos acciones de Estado”
Jorge Vaz Tourem
EL PUEBLO consultó a Jorge Vaz Tourem, Director Departamental del MIDES, quien marcó coincidencias y algún matiz referido a los cambios planteados desde el Gobierno de Salto en materia de distribución de la comida a personas en situación de extrema vulnerabilidad.

“La realidad social de nuestro departamento -comenzó expresando Vaz Tourem- tiene un nivel de complejidad importante. Entonces, el MIDES que estamos tratando de construir es un Ministerio que trabaja sobre el desarrollo social de una perspectiva integral, integradora, y que no es solo orientado a la población vulnerable. El desarrollo social se construye si tenemos una sociedad que integra, que es capaz de tender la mano, que es capaz de generar rutas de salida a situaciones de exclusión social, que no es solo provocada por situaciones económicas o de estructura productiva. Hay situaciones de exclusión social que tienen que ver con vulneración de derechos asociado a, por ejemplo, procesos de discriminación que tenemos como salteños”.
“En 10 años pasamos de tener 2.200, 2.300 nacimientos a tener 1.300. Esa reducción importante, ¿qué nos implica? Que de esos casi 1.300 niños que nacen en Salto, tenemos que poder garantizarle un desarrollo como debe ser, como sociedad. No nos podemos permitir que nuestros niños crezcan en situaciones de pobreza, en contextos habitacionales y ambientales que no son adecuados. Ese niño se va a alimentar mal, no va a poder en el sistema educativo insertarse correctamente. Ahí la necesidad es lograr que oportunamente podamos intervenir en ese hogar que está en situación de pobreza”.
“en esos casos, muchas madres son jefas de hogar, son hogares monoparentales. Son mamás que se hacen cargo de los gurises. Esa mamá a veces está sin trabajo, no tiene todas las herramientas para poder generar una crianza. A veces son madres que no tienen experiencia. Entonces el abordaje de esos casos es central. Y hacerlo de manera integrada, ahí participa el INAU, ASSE, MIDES. Lo fundamental también tiene que ver con la parte alimentaria, porque el niño se está desarrollando y si está mal alimentado, no estoy hablando de que coma poco, estoy hablando de la calidad de la comida que consume, no se le desarrolla el cerebro. Estamos hablando de que justo está en la edad en el desarrollo del cerebro. Y entonces está conspirando contra su propio futuro”.
“Por ejemplo, cuando el MIDES identifica a esa mamá que tiene que hacerle un apoyo alimentario, instrumentamos un acuerdo con productores de Salto que se están entregando frutas y verduras una vez al mes. Se ayuda a capacitar a la mamá en cómo elaborar los alimentos, además se le entrega canasta de víveres secos. La leche en polvo es fortificada con hierro, porque está comprobado científicamente que es un componente que ayuda a garantizar el desarrollo neurológico de ese niño y que permite ese crecimiento”.
– A nivel alimentario está el tema del colectivo Ollas y el trabajo que realiza la Intendencia desde Desarrollo Social, ¿cómo se está trabajando con eso?
– MIDES trabaja los temas alimentarios en forma histórica, y la directora de Desarrollo Social conoce muy bien el proceso, porque además ya cumplió el rol de la dirección del MIDES. Hay un trabajo que debe tener también una mirada desde la complejidad de lo que es el fenómeno alimentario. O sea, hay que partir de ahí, todo lo otro viene después. Un niño o un adulto que no está bien alimentado no puede trabajar, no puede estudiar, no puede tener vínculos sanos a nivel de la familia y la comunidad. Entonces, el tema alimentario es básico. Para eso hay un conjunto de acciones. Una de ellas tiene que ver con el Sistema Nacional de Comedores, que es una política nacional y que acá en Salto se instrumenta a través de un convenio entre la Intendencia y el MIDES, donde el MIDES aporta los alimentos a través de INDA, la Intendencia resuelve los temas de elaboración y la logística de distribución de los alimentos. Para eso hay un convenio donde el Ministerio transfiere una partida anual para la compra de los alimentos. Además, se encarga del abastecimiento de la proteína, por ejemplo, la carne. Además, se encarga del abastecimiento de los productos secos. Y la Intendencia elabora los alimentos en el comedor municipal y a través del CECOED hace el trabajo de distribución, con quienes coordinamos muy bien y es una de las políticas importantes a sostener e impulsar. En el caso de esa política, la Intendencia recientemente anunció algunos cambios, que tienen que ver con planteos que desde el MIDES se le había trasladado a la administración, que nos parecían importantes. Y otros que tenemos que todavía trabajarlos un poco más, madurar cómo se van a implementar, que tiene que ver con los puntos de entrega en algunos barrios. Algunos vecinos han acercado la preocupación de qué va a pasar con los puntos de entrega, si tienen que ir a comer a un lugar fijo. Eso creo que es parte de lo que hay que trabajar.
Entendemos que a veces la respuesta tiene que adecuarse inclusive barrio a barrio. Debemos tener esa flexibilidad cuando instrumentamos acciones de Estado. No es lo mismo el punto de entrega en el centro, donde concurren muchas veces personas que están en situación de calle, a un comedor que funciona en un barrio populoso en nuestra ciudad, donde a veces quien levanta la vianda va a las 11 de la mañana, que a veces es el horario en que se entrega la comida, pero el gurí de repente está en el liceo y va a comer cuando salga del liceo. O una persona consigue una changa y se fue, y va a comer cuando vuelva. O además el revalorizar el tema del alimento en la propia casa.
Entonces, la clave de todo esto es el trabajo social, conocer quiénes son los que van a estos servicios, evaluar en cada caso qué es lo que se necesita. Y en eso es lo que hemos estado conversando con la Intendencia, de cómo se ajustan a las situaciones particulares. En esto hay que tener una mirada muy profesional, muy técnica. Y además, que el hambre de las personas no puede ser un factor de política partidaria. Entonces, esto tiene que ser un tema que sea abordado con responsabilidad, con perfil técnico, encontrando la mejor respuesta. Y va a ser así, eso sin duda.









