Tiempo atrás se ha replanteado el rol del periodismo y de los medios de comunicación. Sucedió cuando el corresponsal de un noticiero capitalino entrevistó al vocero del gremio de guardavidas de Maldonado y este pretendió “amenazar” al corresponsal diciéndole que si la nota no salía completa y tal como había sido concedida, “tomarían medidas”.
Es precisamente lo que sucede frecuentemente, nada más que no se sabe o no trasciende, pero el entrevistado (uno de los intereses en juego) pretende que se diga o se manifieste lo que él considera más importante o más interesante de decir.
Por su parte el periodista o el medio que realiza la entrevista también necesariamente tiene que “editar” la nota, de acuerdo al criterio del medio, o a su propio saber y entender, suponiendo que no tenga otros intereses.
Honestamente debemos decir que durante los años que estuvimos al frente de la Redacción de EL PUEBLO, lo que más encontramos fue gente habida de aprender y ejercer el periodismo con responsabilidad y con honestidad.
Pocos, muy pocos fueron los que notamos que pretendían usar el periodismo a favor de sus ideas. Pero obviamente que pretender que el gran público o “la masa” entienda esto es utópico.
Cuando se conceden declaraciones o lo que se conoce como una “nota”, de por sí se confía en en el medio o el periodista y se tiene que entender que los tiempos son acotados, tanto en el medio escrito, como mucho más aún en la televisión o en la radio.
Si nos limitáramos a transcribir o sencillamente a poner un micrófono para que otro u otros expresaran todo lo que quisieran no estaríamos cumpliendo el rol del periodista.
Se supone que éste ha sido capacitado, preparado para tomar lo sustancial en cada caso y transcribirlo siendo lo más transparente posible con los términos y la posición incluso de cada entrevistado.
Siempre nos llamó la atención la confianza delos españoles en sus periodistas al punto de que sólo consideran “noticia”, aquello que “el periodista” considera como tal. Obviamente allí existe una colegiatura que significa que sólo puede ejercer como periodista quien resulta autorizado a hacerlo por este colegiado.
Quien no tiene suficiente preparación está obligado a realizar cierto aprendizaje antes de empezar a ejercer como tal. El sistema tiene ventajas y desventajas, pero nadie puede negar que resulta llamativa la confianza que deposita el gran público en sus periodistas.
A.R.D.
Sobre comunicación y periodismo
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