Una semana atrás, cuando NICOLÁS EMILIO FAGÚNDEZ llegó a los 37 años. Y al «Zurdo» lo años, no parecen disminuir el efecto de su clase. La clase está preservada, porque un ejecutor como él, se convence que el fútbol pasa por elaborarlo en la mente primero, para que después, fluya el valor de una zurda como la de él.
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Por eso, el sábado pasado en el «Silvestre Octavio Landoni» no arrió ninguna bandera. ¡No dejó de jugar, desde su jugar!.
Más allá de la ventolina de la confusión en varios pasajes de la recta final, el «Zurdo» concluyó en el de siempre: la pelota contra el piso, el efecto de la pegada, el virtuosismo del movimiento clave para descubrir la gambeta que desnivela y volcar la pelota al medio, para que duela.
Este Campeonato del Interior, hace prolongar la viva magia del «Zurdo».
Ahí está. Tanto como siempre. O más que siempre.
Es cierto que un zurdo como este «Zurdo», reconocerá que le otorguen una plaza de privilegio. Porque no dejará de ser. De puro fiel….a lo que es.
(Foto: VICENTE MASSARINO, enviado especial de EL PUEBLO a Durazno).