De nuestros mayores hemos aprendido que jamás se debe tener en cuenta las experiencias personales para proyectar o tomar decisiones públicas, cuando se tiene esta potestad.
Un proyecto presentado por el Intendente de Durazno, Carmelo Vidalín pretende bajar la edad de habilitación para otorgar permisos de conducción de vehículos.
A decir verdad desconocemos si en el entorno de Vidalín existen casos en que se beneficiarían de esta rebaja de edad, pero nos queda la duda, de que se está tomando las excepciones como prueba de que es posible y aconsejable rebajar las exigencias y no el común denominador, que es que los menores de edad aún no está preparados para desempeñarse en el tráfico urbano.
Eso está muy mal, porque si bien conocemos muchos menores de edad prudentes y capaces de manejarse debidamente en el tránsito urbano, también debemos decir que la mayoría de las infracciones que vemos en nuestras calles son cometidas por menores de edad o personas muy jóvenes.
Los menores de edad, por más prudentes que sean, salen de casa la enorme mayoría de los días siendo prudentes, con la debida antelación por si se tiene un imprevisto y demás, pero hay un día o una ocasión determinada que esta prudencia queda de lado, ya sea por salir demasiado tarde, porque se hallaba nervioso o algún otro motivo y se día o en esa ocasión el riesgo es mucho mayor.
Habilitarlos a conducir a edades más tempranas sería a nuestro criterio como poner en sus manos un arma de fuego cargada. Las motos vienen cada vez más veloces y son más baratas.
Habilitarlos a conducirlas, en una edad en que aún no están preparados para hacerlo sería a nuestro entender un tremendo error.
No sabemos cual es la argumentación en este proyecto, pero desde luego que no la compartiremos nunca. Máxime sabiendo que los controles, sobre todo por parte del Ministerio del Interior en las rutas nacionales son muy pobres y endebles.
Tampoco compartimos la manifiesta intención política de una mayor tolerancia con la ingesta de alcohol por parte de los conductores y conste que somos proclives a tomar una copita de bebidas alcohólicas en una fiesta familiar, pero nos hemos acostumbrado a que el que maneja no bebe y a pedir en último caso un coche de alquiler.
No compartiremos jamás que se dé marcha atrás cuando aún con las actuales disposiciones se siguen produciendo accidentes fatales.
A.R.D.
Sería como darles un arma de fuego cargada
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