Es una discusión que la hemos escuchado o visto incluso muchas veces . ¿El carnaval es la fiesta del pueblo o de un sector de la población?
Nadie ignora que la denominada fiesta de momo, al menos en la capital tiene un tinte político de izquierda. En el interior no tanto. Si bien la ideología de izquierda sigue predominando. Hay también conjuntos imparciales e incluso está los que nada tienen que ver con la izquierda.
Esto es innegable y resulta obvio que este carnaval politizado al máximo atrae como nadie al público populista, al que le gusta, criticar, cuestionar, más que reconocer.
Para nosotros el fenómeno tiene una explicación lógica y una subliminal. La lógica es que sepamos siempre fue más facilongo criticar y cuestionar a quien o quienes están en el poder y toman las decisiones, que hacerlo con quienes están en la oposición.
Entendemos que la izquierda, predominante en el carnaval, está en su derecho de asumir la posición que prefiera, eso si, negar su posición y a qué ideología responde, nos parece necio.
Si esto es cultura o no, es una larga discusión. Creemos que una cosa es discutir si el carnaval se ha politizado o no y hacia qué ideología y otra muy diferente es discutir si se trata de una manifestación cultural o no.
Hemos sostenido y lo seguimos haciendo que la esencia del carnaval es la crítica y aplaudimos la posición de las autoridades que lo asumen y toman como lo que es, una crítica liviana, sin demasiados fundamentos y realizada en un lugar donde no es posible exponer argumentos en contra. Pero esto ha sido siempre así, Es más, tratamos de hallar en el tiempo un conjunto que apoye o fomente al oficialismo y honestamente creemos que han sido demasiado pocos.
Lo inaceptable es que se les haya hecho siempre “la guerra”. El carnaval es la fiesta de la oposición, así nació y así se conserva. Lo que hay que preservar es el histrionismo y en esto rompemos una lanza por la murga que otrora ridiculizó al ex presidente Mujica,
No se debe ignorar ni negar la ideología. Recordamos los tiempos en que se pretendió censurar las letras de las murgas. Craso error.
Harina de otro costal es el hecho si se debe o no “sponsorizar”, con cuanto y a quien en el carnaval. Si se pretende ser justos, se debe apoyar tanto al carnaval de Montevideo, donde vive la mitad de los uruguayos como también en su medida al interior, donde vive la otra mitad y obviamente existe un carnaval más pobre.
En fin, menudo problema a resolver.
A.R.D.