Uno de los problemas más acuciantes de nuestra humanidad, que nada tiene que ver con la violencia de género, con la seguridad, con las guerras y otros temas acuciantes, pero que sin embargo hasta hoy demostramos que no somos capaces de resolverlo, a pesar de su pequeñez es el de los residuos.
Es decir la basura y otros materiales que seguimos desechando cuando en alguna medida son reciclables. Se ha dicho que es un problema complejo, que se trata de tener espacio suficiente y fuera de la vista ciudadana para depositar estos residuos. Es la “solución” que hemos visto más frecuentemente..
Nada de esto es cierto. La cuestión es que se trata de una mala cultura ciudadana. Que sepamos a muy pocas personas les importa arrojar sus residuos a la calle o depositarlos fuera de la vista de los demás ciudadanos, “total un papelito más o menos no mueve las agujas del reloj”, como si con ello solucionáramos el tema.
A nadie le importa por ejemplo, contaminar con los agrotóxicos o agroinsecticidas o llámense como se llamen, la cuestión es que sus residuos son dañinos para el suelo y generalmente terminan en el agua donde producen un grave daño a la flora y fauna de estos cursos de agua. Han pasado varias décadas y el hombre en ninguna parte del mundo ha encontrado una solución adecuada para este problema. Es más, hoy sabemos que existen otros residuos, aún más nocivos para el ambiente que son depositados en sitios escondidos o enterrados en el fondo de los mares y océanos para que no se vean, aunque llega el momento en que la propia naturaleza se encargará de sacarlos a flote.
Cuando alguien baja el vidrio del auto en el que circula y arroja el papel de una golosina, una botella de plástico vacía o un vaso de plástico, está contaminando. Está diciéndole al mundo que no le interesa la preservación ambiental y lo que es peor, que tampoco le interesa preservar la naturaleza para las generaciones que no continuarán en la vida. Es sabido que los cambios culturales llevan muchos años en producirse, pero al menos debiéramos asumir la necesidad del cambio. La necesidad de cuidar los bienes que hemos recibido y que los tomamos prestado de las generaciones futuras, como lo dijo alguien.
Sabemos que estamos obrando como si nada nos importara. Lo peor de todo es que la misma humanidad que obra tan desaprensivamente tiene hijos, nietos y demás a los que jura que ama y que quiere lo mejor para ellos.
No es lo que se demuestra con estas acciones porque si no cambiamos las cosas sólo les dejaremos miseria, un mundo en ruinas y una situación caótica.
A.R.D.
Se requiere un cambio cultural
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