Dentro de los grandes temas que tiene para resolver el país, se encuentra el tema del pasaje de los transporte por Salto Grande. Sobre todo en horas de la noche y la madrugada, los controles son bastante lasos, y prueba de ello es la cantidad de droga y otros productos que han sido incautados en los vehículos que pasan o intentan pasar por el puente internacional.
En Salto Grande, no sólo fue en su mayor período un pasaje gratuito del río Uruguay, sino que tampoco los controles eran los que teóricamente corresponden.
Se nos podrá decir que todos los organismos de contralor tienen su representación en el Paso de Frontera allí existente, lo cual es cierto, pero seguramente el contralor de estos controladores es lo que falla.
Como “habitués” de estos puntos de pasaje usados por algunos “bagayeros” sabemos que existen además muchas “estratagemas” para disimular la ineficiencia de los controles. Una de ellas es la de reunir una cantidad “impresionante” de contrabando y darla a conocer a los medios para “mostrar”, lo bien que funcionan (teóricamente) estos controles.
Así hemos sido testigos más de una vez de una cantidad de productos comestibles y otros que es mostrada por la Aduana, pero en realidad lo que no se dice es en cuantos operativos fue incautada la mercadería.
Somos testigos también del “pedido” formulado a quienes pasan por el lugar para que “dejen” determinadas cosas, las que reunidas en conjunto luego será exhibida a los medios.
En Salto Grande no sólo se ha incautado mercadería de contrabando, sino que además se ha incautados droga ilegal, cigarrillos, perfumes y demás muchas veces disimuladamente escondida en los transportes que pasan por el puente internacional.
Mucho desconfiamos que cuando se detiene uno de estos transportes obedezca a un operativo especial o bien haya sido “arreglado”, para que caiga la mercadería, pero los delincuentes logren escapar.
Otra duda razonable es aquello de que cuando se detiene un cargamento varios más han pasados antes o pasarán después.
La cuestión es que todos llegan a Montevideo donde son cargados y enviados a Europa, esta es una de las causas por la que Uruguay está desprestigiado, es considerado uno de los puntos habituales de envíos utilizado por el narcotráfico.
En estas mismas columnas hemos abogado por la necesidad de controlar a los controladores. Uno de los sistemas que debiera ser más controlado es el de los contenedores, controlados (teóricamente) en su origen y luego en su destino, pero en los hechos se ha comprobado que son violados en algún punto de embarque y dotados de precintos “clonados”.
Mientras esto no se solucione no habrá salida para el tema.
A.R.D.