Fue una noche distinta. Hasta fue noche plena, cada dos por tres.
Pero sobre todo, eso de ser Universitario y eso de ser Salto Nuevo, amos del suspenso siempre.
Casi hasta el último minuto, y Salto Nuevo bordeó la chance de gol, cuando a los 34′ llegaba al empate 3 a 3. Del centro aéreo, al rechazo sin acierto de Burgardt y Bruno Almada metiendo la cabeza generadora del suspenso también. Porque fue 3 a 3 y hubo más de diez minutos de suspenso pendiente.
Universitario fue y tentó el desnivel, pero con Salto Nuevo volviéndose obra maciza a favor de la resistencia.
Suspenso de saber si aguantaba la estocada roja y aguantó. Suspenso por algún contragolpe de Salto Nuevo y le salió alguna que otra bala más.
La influencia de Universitario en el arranque. La sociedad de Llama-Fornaroli, para generar los primeros suspensos en el bloque defensivo de Salto Nuevo. El primer gol de Llama y el suspenso de ir descubriendo el estallido espiritual de Salto Nuevo.
Cuando malogra el rechazo Facundo Barrientos y le queda justa para que Dalton Bueno empalme soberbio. Manuel riverense para pegarle con un fierro a esa pelota. Fue un latigazo cruel. Y gol.
ALLÍ ESTÁ, ESE DE LA REACCIÓN
Suspenso de saber en qué medida Universitario recuperaría la vertical, porque a los 37′, Mateo Dávila se hizo luz y presencia y entrando por el medio, Bueno resolvió.
Y como Universitario tiene la etiqueta de equipo paciente, propio de una su generosa madurez, del pase de Fornaroli surgió la cesión a Albín y el toque de Juan por posición central terminó con Diego Cavani vencido.
Y más suspenso , más.
¿Qué fue eso de Salto Nuevo cortando el viento y ganando espacios? ¿Qué fue eso de Universitario, alcanzando la dimensión del campeón qué es?.
Sobre el final del primer tiempo, a Diego Llama no le importó que la pelota se fuese toda y ni Ferreira ni Guglielmone pudieron descubrir el hecho al margen de la ley. Llama primero hasta el fondo, Flores por callejón central. Matías para habilitar a Fornaroli y el Vale ingresando por zona izquierda del área, mandando el cuchillo al medio de la presa. Fue el 3 a 2 rojo.
QUE VENGA EL SUSPENSO QUE FALTABA
El del segundo tiempo. Porque Universitario iría a imponer su vitalidad física superior y porqué Universitario fue limitando su geografía ofensiva.
Más pensó en el arco propio. Esquivar la chance del cuarto rojo y sumarse a alguna aventura de contragolpe. Hasta ese minuto 34′ cuando el suspenso se dibuja en el rechazo a media luz de John Burgardt y el que aparece en escena es Almada.
El suspenso de saber si reconocía la claridad del concepto básico para que la pelota se convierta en gol. Y fue nomás. Más que nunca el alma «republicana».
El Salto Nuevo abrazazado a la ilusión de permanencia-. Ayer, a despecho de las ausencias y frente a ese rival del copete levantado. Pero se jugó el pellejo. Hasta el último suspenso.
Universitario se fue mirando al piso. Sabe que ahora el suspenso le golpea la mejilla roja.
Sabe que si Ferro le gana a Dublín, lo pasa en el Acumulado. Ahora se expone a un suspenso en serio. Bien en serio. Y bien que lo sabe.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-