Los próximos 23 y 24 de marzo se llevará a cabo el primer encuentro virtual del Ciclo Temático “Alimentos y Sostenibilidad”. Este ciclo temático, corresponde a la IX Conferencia Pública de Instituto SARAS que se inició en 2019.
El primer encuentro se titula «Saberes a la mesa: Hacia sistemas y prácticas alimentarias sostenibles».

Durante todo el año, y como producto de un proceso de trabajo colectivo que ya lleva 2 años de desarrollo, el instituto SARAS pondrá en marcha una serie de espacios de diálogo, debate, aprendizaje e imaginación que permitan avanzar y nutrir varias de las discusiones y desafíos que enfrentamos como sociedad actualmente, y que con claves para determinar la posibilidad de asegurar la salud humana y planetaria para las generaciones actuales y futuras.
Somos lo que comemos y mantener una dieta sostenible refuerza nuestro compromiso con el medio ambiente. Este tipo de alimentación saludable es rica en verduras, fomenta el consumo de productos locales.
Como se ha hecho especialmente evidente a partir de la pandemia causada por el COVID-19, los alimentos se ubican como casi ninguna otra área, como eje clave y motor de nuestras vidas.
El ciclo de su producción y consumo (así como tantos procesos asociados) presenta múltiples desafíos a nivel social, cultural, productivo, económico, político, ambiental y para la salud humana.
Entendiendo los alimentos como fuerza determinante de realidades existentes y posibles, hoy más que nunca, es necesario avanzar hacia la transformación de los sistemas alimentarios globales para que sean sostenibles y resilientes, y permitan formas de vida apropiadas, saludables y justas dentro de los límites planetarios.
La comida se ubica en el corazón de la sostenibilidad. Brinda significado, bienestar y sustento, y es una fuerza impulsora del cambio planetario así como de agitaciones y crisis socioeconómicas, culturales y políticas.
La comida nos permite abordar una gran variedad de temas y problemáticas al tiempo que permite mejorar la comprensión de la sostenibilidad, la resiliencia y las relaciones que los humanos tenemos con los sistemas planetarios. La comida se conecta con todos y cada uno de nosotros, lo cual ofrece diversas oportunidades de acción en todos los niveles.
Es una fuente de placer y un contexto para la cordialidad, mientras actúa como el escenario donde surgen diversas tensiones y conflictos de poder. Por consiguiente, brinda también una oportunidad perfecta para adoptar la transdisciplinariedad y permitir que múltiples voces se expresen y escuchen en diversas formas e idiomas, a fin de mejorar la gobernanza, la equidad y la justicia en general.
La producción de alimentos deja un sabor bastante amargo en la naturaleza. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la industria alimentaria es responsable del 30% del consumo energético mundial y de un 22% de los gases que provocan el calentamiento global. Tan solo la ganadería supone el 14% de estas emisiones a escala planetaria, tal y como señaló Greenpeace en un informe de 2018 sobre sostenibilidad alimentaria. Los cálculos de la Food and Agriculture Organization (FAO) señalan que para el año 2050 seremos más de 9.000 millones de seres humanos en el planeta y que vamos a necesitar producir un 60% más de alimentos.
CONSECUENCIAS DE UNA DIETA POCO RESPONSABLE
Nuestros mares también sufren las consecuencias de una dieta poco responsable. La pesca masiva para satisfacer la demanda de pescado provoca la degradación de la biodiversidad y de los ecosistemas marinos. En este caso concreto, la FAO advierte de que para el año 2022 la producción mundial de pescado deberá aumentar un 18% para cubrir las necesidades de los consumidores. En el campo, las explotaciones agrícolas y ganaderas vierten a los cauces productos químicos que contaminan los océanos y contribuyen al deterioro de los ríos, los lagos y las costas.
La salud es la otra gran damnificada de nuestra dieta. El sistema alimentario vigente resulta perjudicial y enfermedades como la obesidad aparecen vinculadas al consumo de productos de origen animal, cereales refinados y azúcar. En un estudio publicado recientemente que las dietas pobres en verduras, frutas y cereales integrales causan uno de cada cinco fallecimientos a nivel mundial y representan uno de los factores de riesgo más habituales en el desarrollo de enfermedades y de muertes prematuras.
LA AGRICULTURA ECOLÓGICA Y LA
PESCA ARTESANAL
La agricultura ecológica es una forma de cultivo responsable capaz de producir alimento suficiente para toda la población minimizando los daños medioambientales. Esta actividad se puede compaginar con una ganadería más sostenible, donde los animales se críen de forma respetuosa y sin sufrimiento. Aún así, para lograr la sostenibilidad alimentaria es fundamental que reduzcamos el consumo de carne y el desperdicio de alimentos.
La industria pesquera, por su parte, debe optar por métodos que protejan los ecosistemas marinos y favorezcan el empleo a gran escala, como la pesca artesanal de bajo impacto. Para ello, los gobiernos deben impulsar políticas que garanticen el derecho de estos pescadores y sus comunidades a cubrir sus necesidades nutricionales básicas.