Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI, desde Montevideo.
Corrían épocas de «porteñadas» con invasión de conjuntos argentinos que sonaban en el Río de la Plata: Los Náufragos, Safari, La Joven Guardia, Trocha Angosta, Katunga, Séptima Brigada, Abracadabra, Pintura Fresca, y entre ellos estaba Industria Nacional, que había aparecido con una fuerza bárbara en el verano del año 1969 con su caballito de batalla «Un día de paseo en Santa Fé» de Orlando Giménez y Fernández Melo, un verdadero himno de aquel originado movimiento «beat», y uno de los hits más vendidos de la historia de la música Argentina, aparecido en disco simple y LP, y posteriormente en cassete y CD. Eran momentos de letras frescas, sencillas, pegadizas, de gran popularidad, los de la década de los setenta, mientras Francis Smith, Fernando Falcón, y Ricardo Kleiman fueron manejando todo en el rubro autoral y de producción.
En lo que corresponde a Industria Nacional -un cuarteto en su despegue- eran músicos con mucho oficio que llegaban desde el jazz, Néstor Astarita, Rafael Iglesias, Roberto «Fanacoa» De Vita y Orlando Giménez. Su debut fue con el sencillo CBS «Un día de paseo en Santa Fé» y su álbum despegue que también incluía el suceso, «Hurra para la banda de Industria Nacional», con arreglos de «Chango» Farías Gómez, donde aparecen condecorados en sendas medallas los componentes de la agrupación, teniendo la particularidad de tener todos los temas unidos entre sí, en el lado A y lado B. Una total novedad para ese momento.
LLEGA RAÚL ABRAMZON
Practicando un llamado «beat melódico» el 21 de septiembre de 1969 nacía Industria Nacional con un logrado repertorio que puso de manifiesto en su primer lanzamiento fonográfico editado meses después en toda América Latina.
Luego de dos años de abundante trabajo, con agendas llenas, en 1971 el conjunto se renueva, parten Giménez, Astarita y De Vita, y llegan Eduardo García Caffi, Fernando Brom y Raúl Abramzon, quien entonaría una sucesión de hits para la «nueva» Industria Nacional.
Esta etapa resulta notable con éxitos fulminantes: «Guatemala que chica tan mala», «Esa chica que me sabe amar», «La tarde que te amé», «Noche a noche, día a día», «Por ti una vez más», «La dueña de mi corazón», «La luna y el toro» y «El relicario», entre tantos otros. Raúl Abramzon fue activo protagonista del suceso de la banda, nacido en marzo de 1949, en el barrio de Almagro, Buenos Aires, hoy cuenta con 69 años, y reside en Miami, área latina de USA, manejando su propia productora, RA Producciones, con sede en Orlando. «Hace años que nos dedicamos a vender artistas y producir shows en toda Latinoamérica ya que tenemos equipos de gente muy experimentada en montaje, sonido, iluminación profesional, seguridad, escenografía, etc. También compramos giras artísticas», comentó Abramzon.
DE JOVEN EN BRASIL
La familia de Raúl, cuando él era pequeño, decide radicarse en San Pablo, Brasil, por motivos laborales de su padre, retornado a la vecina orilla luego de diez largos años. En ese periplo aprende a tocar la guitarra y comienza a darse coraje para cantar. En la capital porteña pasa por distintos grupos y recala en La Joven Guardia grabando con ellos en 1966, un simple con «Soy un bacán», y «25 de mayo de 1810», tema éste que le pertenece, hasta que de buenas a primeras llega a Industria Nacional con resultado super favorable a la vista.
Obtiene un esperado reconocimiendo de parte del público y decide lanzarse como solista también en el sello CBS. Lo mejor estaba por llegar.
«UNA VIEJA CANCIÓN DE AMOR»
Cuando llega 1974 Raúl Abramzon inicia su carrera como solista cantando sus propios temas que le darían el espaldarazo a la fama como intérprete. Así consigue pegar con «Querer por querer, amar por amar», «Una vieja canción de amor», «Chau, chau, adiós», «La plaza». En 1975 lanza el álbum «Canciones» con más temas de su autoría.
Dos años más tarde por diferentes aspectos decide alejarse de la música, pero sigue atraído por el mundo del espectáculo haciendo producciones de otros artistas.
Ultimamante ha regresado a los escenarios de Centroamérica con un show-retro de sus más grandes hits. Más allá de la nostalgia.