Docente y escritor

Rafael Fernández Pimienta

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Docente y escritor

“Salto es un lugar al que volver, siempre. Como si de alguna manera hubiera algo que me llamara desde ahí”

Rafael Fernández Pimienta

A Rafael Fernández Pimienta (1978) lo conocimos hace más de quince años, gracias a la literatura. Es docente de esta asignatura y además poeta. Pero lo conocimos sobre todo cuando llegó a Salto a presentar alguno de sus libros. Fuimos conociendo así a una persona que, aunque nació en Brasil y vive en Montevideo, tiene un fuerte vínculo con nuestro terruño. Nos pareció oportuno entonces que los lectores de EL PUEBLO también lo conocieran más:

1- Nacido en Brasil, ¿verdad?

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Nací en Montenegro, Río Grande del Sur. Montenegro es una pequeña ciudad a 60 km de Porto Alegre, que quedó bajo agua en las terribles inundaciones de estos días. Mis padres eran uruguayos, habían ido a trabajar por tierras brasileñas y nací allá. Entonces, por una cuestión legal, porque vivo acá desde antes de cumplir los dos años y porque lo siento así, soy uruguayo. Estuve casi 40 años sin volver a la ciudad en la que nací. Habíamos ido con mi madre cuando tenía unos 4 o 5 años. En el 2020, antes de la pandemia, decidí ir a esa ciudad en la que aparecí al mundo. No tengo parientes allá, ni a nadie conocido. Extrañamente sentí que ese lugar lo conocía, que podía caminar como de memoria por ahí. Algo similar me pasa con Salto… 

2-¿Cómo es eso de Salto?

Mi padre era salteño. Yo conocí Salto a los 22 o 23 años, con él ya fallecido. Sin embargo se dio una comunión extraña, con el lugar, con la gente sobre todo. Hice amigos, tuve pareja salteña y gente a la que considero hasta de la familia. No soy nada místico, pero a veces la vida te presenta unas conexiones en las que las casualidades no parecen tales. 

3-Contanos algo de tus primeros años de vida…

Mi infancia, como para Antonio Machado, son los recuerdos de un patio, pero no de Sevilla, sino de la Escuela Don Bosco. Las historias que contaba el padre Juan en las misas de los viernes, gran narrador. También es una casa en la que siempre hubo libros. Mi abuelo, albañil, tenía una biblioteca muy despareja, con clásicos y novelas de cowboys, o de terror clase B. Mi madre leía en los ómnibus. Mi tío, que tiene síndrome de down, pasaba leyendo. La única que no leía era mi abuela, pero vivía contando historias. Sumemos a esto un niño con asma, es decir yo. Entonces la lectura, vivir entre historias, fue algo natural. Tenía más libros que aire en los pulmones. Tal vez ellos fueron mi aire. Incluso, de adolescente, cuando se me fue el asma, me volví menos lector, como si el cuerpo ya no me pidiera lecturas. Los libros volvieron a aparecer ya entrando a los veinte, cuando no sabía muy bien para dónde ir… 

4-Hablando de adónde ir, ¿por qué quisiste ser profesor de literatura?

Te decía que había dejado de leer durante la adolescencia; en el liceo leía lo estrictamente necesario; me iba bien en general. Con dos o tres datos podía redactar bien y convencer. Los números también se me daban, tanto que decidí entrar en Facultad de Economía. Pero antes, en 6to. de liceo, dudé. Tuve una profesora excelente de literatura, hice unos trabajos en los que me fue muy bien. Pero también me gustaba mucho la historia. Mis profesores de historia fueron grandes narradores. Otra vez estaba entre historias, historias con minúscula que mostraban la otra, la que se escribe con mayúscula. Dudé. Pensé en ingresar al IPA a hacer historia, o quizás literatura, como segunda opción. Pero me fui a la facultad pensando en ganar dinero. Allí me empezó a faltar el aire, ese que te falta cuando haces algo que no te gusta. 

5-¿Y entonces?

Entonces volví a leer. Y a escribir, que era algo que también hacía de niño asmático, imitando las malas novelas del abuelo. Un día me decidí y fui a anotarme al IPA. La mejor decisión que tomé en mi vida. Desde entonces hago lo que me gusta. 

6-¿Qué es eso que hacés?

Desde hace 5 años soy docente en el liceo 58 “Mario Benedetti”, vaya nombre emblemático para la cultura uruguaya. Es un liceo de la periferia de Montevideo, está por Camino Maldonado, en el barrio Bella Italia. Ahí, además de docente, estoy con otros colegas en un Proyecto de Acompañamiento Pedagógico, en el que trabajamos con los estudiantes de otra manera diferente a la habitual. Tratamos de construir con ellos un espacio de reflexión y comunicación, siendo una de las grandes aristas del trabajo un Podcast, llamado Incógnito 58 (pueden escucharlo en Youtube, en Spotify). El programa es producido y conducido por los alumnos que se acercan al proyecto, y en él se han discutido temas como la necesidad del arte en la época en que vivimos o el cuidado que debemos tener con el agua. Los temas son muy variados. Además hemos promovido talleres de serigrafía, de escritura, de lectura, visitas didácticas, presentaciones de libros. Realmente es un proyecto hermoso que se puede llevar a cabo gracias a un grupo de docentes comprometidos y creativos. Otro punto interesante del trabajo en este liceo es la conexión que tiene con la universidad, con el PIM de la Udelar (Programa Integral Metropolitano). Ellos nos permiten conectarnos con un montón de instituciones para poder realizar nuestra tarea y además generaron, junto a la UNAM (Universidad Autónoma de México), un proyecto en el que estudiantes y profesores de varios países de América nos dedicamos a pensar y escribir sobre qué educación proyectamos para el futuro. Este proyecto implicó clases internacionales por zoom, en el que alumnos y profesores de México, Costa Rica, Colombia, Chile, Argentina y Uruguay intercambiamos visiones y generamos textos que van a ser publicados en un libro por la UNAM. Es decir, ese libro va a tener cuentos y ensayos de adolescentes americanos y textos académicos de profesores universitarios y de secundaria, sobre la educación que los jóvenes proyectan a futuro. El artículo de los profesores uruguayos está escrito por la colega Cecilia Gastambide, con la que trabajamos en el liceo Benedetti, por Cecilia Sánchez, docente de secundaria y de la Udelar, por Agustín Cano, docente de la Udelar (salteño) y por mí. Realmente estamos muy felices con este trabajo y estamos esperando con ansias esa publicación. Pensemos que adolescentes de 18 años van a tener ya, a esa edad, sus primeros textos publicados, y nada menos por una institución tan prestigiosa como la UNAM. 

7-A propósito de publicaciones, sos poeta y tenés libros publicados…

Publiqué tres libros de poesía, todos hace mucho tiempo. “Las formas del olvido” en 2004, “Mujer con fondo de agua” en 2009 y “Retrato de Julia” en 2013. Los dos últimos los presenté en Salto, incluso el último lo presenté ahí antes que en Montevideo. Desde entonces he publicado algún artículo sobre literatura y educación en algunos medios. Últimamente participo más en espectáculos en vivo, difundiendo la poesía en presentaciones con músicos y otros poetas. Por ejemplo con Ariel Pérez y Pope en banda, o más recientemente con un proyecto musical y poético denominado “Música para Búhos”, que ha ganado fondos concursables para hacer presentaciones por varias zonas del país, estuvieron por acá en Salto, pero esa vez no pude venir. Ahora estamos en presentaciones relacionadas con el festival internacional de poesía “Livrera”, un festival binacional, que se realiza en Rivera y Livramento, pero también en Montevideo. 

8-Justamente, tengo entendido que están preparando para dentro de unos días un espectáculo en Montevideo… 

En ese marco, el viernes 14 de junio estamos con el músico y cantautor uruguayo Javier Alonso en el Espacio Colabora de la Intendencia de Montevideo. Ahí presentaremos un íntimo espectáculo de música y poesía, con entrada libre. Volviendo a los libros, hay dos proyectos, uno de poesía y otro de narrativa, pero prefiero hablar de ellos cuando se concreten. Tengo que mencionar además que coordino talleres de escritura y de comentario de textos, en la Asociación de Afiliados a la Caja de Jubilados Profesionales, en Uni 3 Montevideo y a nivel particular. Hemos publicado tres libros en estos últimos nueve años con textos de integrantes de los talleres. 

9-Me quedé pensando en tu vínculo con Salto…Decinos lo que quieras sobre Salto.

Salto es un lugar al que volver, siempre. Como si de alguna manera hubiera algo que me llamara desde ahí. Ya lo dije antes, esa memoria de la sangre quizás, pero también las historias vividas desde aquel 2001 en que fui por primera vez, los amigos, los libros, la poesía, la costanera, Quiroga, Amorim, Marosa, Garet, la gente que conocí y la que queda por conocer, aquellos, aquellas, con las que podemos intercambiar y obsequiarnos las palabras. 

10-¿Planes a futuro?

En el horizonte más cercano está seguir participando de espectáculos poéticos musicales. Además del próximo, el del 14 de junio, para agosto hay uno en la sala Goes de Montevideo con Música para Búhos. Hay un cuento que saldrá en una antología sobre la memoria reciente. Los libros de narrativa y poesía que mencioné antes. La publicación en México del libro sobre la Educación del futuro. Y además espero tener más tiempo para lo personal. He tenido unos años complicados en lo familiar que me han alejado de muchas actividades, pero también de las cosas más sencillas y necesarias. Así que, por ejemplo, espero poder ir por Salto, a visitar a gente querida, gente hermosa, incluso tengo prometida alguna visita y algún regalo. 

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