La música es una de las herramientas que tiene la sociedad en general y el individuo en particular para distraerse, bailar, recordar, reflexionar, protestar.

La música traslada a otras etapas de la vida de las personas, en cada una de ellas tiene un significado especial.
El niño cuando nace se le canta para que duerma, en ese canto reconoce la voz de la madre en especial, pero también del padre o de aquella persona que le da tranquilidad y seguridad.
Hoy en día también se destaca y se recomienda que el bebé dentro de la panza de su madre ya escuche música, al igual que cuando la persona está atravesando un estado inconsciente, la compañía de una canción es fundamental.
En la infancia, qué niño no ha soñado con ser cantante, de distintos géneros, pop, murga, tango, rock o del grupo del momento.
En la adolescencia, la música marca la personalidad de los jóvenes, los hay más tranquilos, idealistas, rebeldes.
Quizá no somos consientes de la importancia de la presencia de la música en la vida corriente.
«En una sociedad, la cultura musical es identificatoria, transmite costumbres, modos de vida, ideologías»
Para la Mag. Alejandra Andrioli
En busca de una visión sociológica sobre el objeto de investigación del Informe de hoy sobre la música como expresión de arte y comunicación, EL PUEBLO consultó a la Magíster y Licenciada en Sociología Alejandra Andrioli.

«Desde el punto de vista sociológico –comenzó diciendo-, la música como expresión cultural tiene una función esencial en tres aspectos que me parecen importantes. Uno tiene que ver con la integración social, otro con la identificación a una sociedad concreta y el tercer aspecto tiene que ver con el afianzamiento de los sentidos de pertenencia».
A TRAVÉS DE LA HISTORIA
«La música ha sido en diferentes épocas, una de las formas de expresión y comunicación humana. Desde tiempos inmemoriales y a través de la música alababan a los dioses, recreaban a través de la música en sus rituales elementos de la vida cotidiana, como puede ser, por ejemplo, los nacimientos, las bodas, las cosechas, donde expresaban alegría, pero también expresaban tristezas».
«Y en esos rituales, donde la música era utilizada por sociedades muy pequeñas hasta llegar a las sociedades actuales, tienen como característica que se van transmitiendo de generación en generación. Si bien hay transformaciones de los géneros musicales, en general hay también sociedades que se sienten muy identificadas con esos géneros musicales. En esas sociedades, uno de los elementos que ha sido interesante para analizar los sentimientos de pertinencia e identificación con una sociedad concreta, entre muchos de los elementos culturales, la música ocupa un lugar muy importante».
EN LAS SOCIEDADES MODERNAS
«En las sociedades modernas, por ejemplo, si bien una de las características que tuvo la modernidad fue ponerles ciencia a las expresiones culturales a diferencia de las sociedades más pre modernas, que como le dije, se transmitían de generación en generación, pero no tenían el carácter de tener pentagramas, el solfeo, todos los distintos géneros que se utilizó a partir de las transformaciones».
«La música ha avanzado en todos los elementos tecnológicos que hoy requieren estas expresiones, de todas maneras, en la época moderna, podemos encontrar, por ejemplo, actualmente en los jóvenes, la influencia que tiene en esta época porque, así como se identifica la música con una sociedad, también se identifica con distintos grupos sociales, específicos. Por ejemplo, los jóvenes que adhieren a distintos géneros, jóvenes que comparten sus gustos por esas expresiones, y a su vez, también los identifica y los integra a una sociedad o a un grupo social concreto».
«Entonces, la música, junto a otras expresiones culturales o artísticas, es un elemento sustantivo en la comunicación social, porque es donde afloran también todos los sentimientos humanos característicos que nos identifican justamente como seres humanos. En la música se transmite amor, desamor, heroicidad, patriotismo, rebeldía, críticas. Es decir, todas las pasiones humanas se ven transmitidas a través de los distintos géneros musicales».
«A modo de conclusión, lo que puedo decir es que, en una sociedad, la cultura musical es identificatoria, transmite costumbres, transmite modos de vida, transmite ideologías, y también tiene la característica de ser parte de procesos de incorporación de pautas culturales, que a su vez tienen como características, que la música es una de ellas, muy particular, y tiene la característica de que se transmite de generación en generación, y que además, también son aprendidas. Si bien se transmiten géneros musicales, también hay apertura como para grandes transformaciones de estos mismos géneros que se van aprendiendo y van permaneciendo en una sociedad concreta».
¿Qué sería de nuestras vidas sin la música?
Lic. Silvia Correa – Psicóloga
EL PUEBLO dialogó con la Licenciada en Psicología, Silvia Correa, quien sostiene que la música «tiene un rol fundamental en la terapia», tanto en el trabajo individual como en el grupal.

«Se ha demostrado que hay sentimientos universales al escuchar canciones, por ejemplo, sentir felicidad o miedo, la música estimula ciertas zonas del cerebro independientemente de entender la letra», enfatizó la facultativa.
La importancia de la música en la psiquis de las personas.
La música tiene un gran poder sobre el psiquismo y sobre el cuerpo también. La música induce a emociones fuertes y tiene un fuerte impacto en el humor.
Se ha demostrado que hay sentimientos universales al escuchar canciones, por ejemplo sentir felicidad o miedo, la música estimula ciertas zonas del cerebro independientemente de entender la letra. Esto lo experimentamos claramente cuando miramos una película. Si bien somos conscientes de que es una película, de que no está pasando realmente; pasamos por varias emociones fuertes.
El cuerpo se ve afectado también, tras la emoción; estará más relajado o tenso, sensación de comodidad o incomodidad. Pero, también se ve afectado directamente por las vibraciones producidas por la música. Esto también lo podemos experimentar, escuchando música y prestando atención a nuestro cuerpo, comprobaremos que no solo escuchamos, sino que también sentimos en la piel, que a su vez es el órgano más grande que tenemos.
No tenemos control sobre los oídos, no es como los ojos, que si no se quiere mirar algo, se los cierra. El poder que ejerce sobre el psiquismo, puede ser positivo pero también puede ser negativo. La música fuerte ha sido utilizada como medio de tortura, no solo para molestar, sino evitando así que las personas puedan dormir, función fundamental para el ser humano.
Otras situaciones, no tan extremas, si vamos a la costanera alguna tarde a mirar el atardecer, puede resultar un deleite para los oídos escuchar el ruidito del agua, los pájaros; sin embargo; esto se puede ver afectado por la música fuerte a corta o mediana distancia.
Por la positiva, se podrían comentar infinitas situaciones dónde las personas buscan a la música. Personas que desde que se levantan hasta que se acuestan escuchan música, que viajan con música. Las miles de personas que van a conciertos, recitales, espectáculos, show, bailes (bueno ahora no), buscando el placer de la música.
Positivo o negativo, consciente o inconscientemente; la música tiene un gran poder sobre las personas.
¿Sirve la música como terapia?
La música tiene un rol fundamental en la terapia. Tanto en el trabajo individual como en el grupal.
Esta pregunta la voy a responder en dos partes, primero contando cómo utilizo la música en el consultorio o en los talleres. Segundo hablando de la musicoterapia.
A)Si bien tengo algunos instrumentos en consultorio para utilizarlos en algunas dinámicas, utilizo la música mediante su reproducción, dado que no soy música.
En mi caso, en el abordaje con Brainspotting, utilizo la música bilateral con auriculares. Es como si la música se fuera moviendo entre ambos oídos, suena aquí y suena allá. La música bilateral activa los hemisferios cerebrales, siendo el resultado deseado que se conecten más rápido. Para poder trabajar más profundamente el procesamiento en la terapia.
En el caso de trabajo con grupos, es más variada la música que se reproduce, para ir atravesando diferentes etapas del taller, o, según el tema que se esté trabajando.
Pero es muy importante, elegir la música previamente, es todo un trabajo previo. Viendo cómo va a afectar a las personas emocional y corporalmente, dinámicas con mucho movimiento energético, y también sin movimiento, con relajación y respiración.
B)Musicoterapia. Refiere al uso de la música o sus elementos, sonido, ritmo, melodía y armonía, realizado por una persona calificada, formado en musicoterapia, o un psicólogo y músico. También se puede trabajar con una persona o con un grupo.
Es un trabajo que puede tener diferentes objetivos, así como la terapia psicológica. Promueve la comunicación, relaciones, vínculos, aprendizaje, expresión, organización.
Mejor integración intra o interpersonal. Mejora la calidad de vida ya sea desde la prevención, rehabilitación o en tratamiento.
El objetivo del proceso es el mismo que en la terapia psicológica, la diferencia es el medio para lograrlo, que es mediante el uso de instrumentos musicales y la voz, digamos «en vivo».
Ante la situación actual de pandemia y confinamiento, ¿qué papel juega o podría jugar la música?
En confinamiento se puede sacar el mejor provecho de la música, dependerá de cada persona, no hay una receta única. Depende de cuál es el objetivo buscado, se debería armar una secuencia de música. Por ejemplo, en la mañana si se quiere levantar la energía, tener armado una serie de canciones que inviten a mover el cuerpo.
En el momento de hacer ejercicios, otra secuencia. En un momento tranquilo de relajación, o meditación; otro tipo de música.
Lo recomendable, es que se elija lo más fuerte y movido para el día; y al ir acercándose la noche ir bajando. No es bueno tener estímulos fuertes previos a la hora del descanso.
Se puede armar un historial de música propia, dado que en confinamiento tenemos un poco más de tiempo disponible. Ir recordando la música que nos marcó en las diferentes etapas de nuestra vida. Qué música se escuchaba en la niñez, no solo las infantiles, sino lo que se escuchaba en la casa. La adolescencia, época que nos marca mucho y la música está muy presente. Y así, sucesivamente, con tiempo, armar nuestra propia historia de música.
Habría tantas combinaciones como personas, cada una con su historia musical; y aunque así fuera dos personas con el mismo historial, impactaría en forma diferente en cada uno. Porque es la vivencia personal relacionada a la música.
Y para cerrar, una pregunta: ¿qué sería de nuestras vidas sin la música?
Demócrito Silva: «La música incide en todos los estados emocionales del ser humano… trae alegría y también tristeza»
Pasión por las murgas
Demócrito Franklin Silva Muhlethaler, popularmente conocido como «Peluco», es un salteño ampliamente conocido tanto porque se lo ve cada día en las calles (es cobrador desde hace muchos años) como por su amor al Carnaval, a las murgas más precisamente. Hincha de «Diablos Verdes», supo tener su propia murga (además de conjuntos afines como «Casi una murga» y «Código de Barras») durante varios años. Fundó «Diabla Compañera» en 1987. Pero desde siempre escuchó y miró murgas, luego fue parte de ellas y más tarde comentó espectáculos de Carnaval en radio, tanto en Salto y como en Montevideo. La pasión que siente por el canto murguero se evidencia cuando desliza confesiones como esta: «Yo he llorado con la murga, he estado al lado del teatro de verano y he llorado… ¡He escuchado letras que por favor!».

Su palabra también fue a buscar EL PUEBLO para el presente informe y así transcurrió parte del diálogo:
-Hablemos en primer lugar de la música en general, ¿qué importancia cree que tiene en la vida cotidiana?
La música incide en todos los estados emocionales del ser humano. Es importantísima para todo. La música trae alegría y también tristeza, según el tema que uno escuche. Con la música todo cambia. La música es para una fiesta en general, cumpleaños, casamientos, para un estado íntimo, y hasta en la muerte incide…O en un vestuario de fútbol…
Hay gente que camina escuchando música, o corre escuchando música. A mí me gusta toda la música, pero ubico los temas musicales según mi estado de ánimo, aunque siempre trato de levantarlo. El otro día iba a visitar un cliente, saco cuenta y me quedaban 5 quilómetros, como a mí me encanta el tango y además tengo todas las colecciones de tango y murga, entonces como iba lejos me puse toda la colección de tangos de Troilo, y llegué al cliente creo que en un minuto…(risas). Es importantísima la música para el ser humano. Uno puede hasta componer una música y una letra sin saber una sola nota musical, viene al cerebro y uno lo transmite… Lo mismo pasa en la murga.
-Justamente, pasando ahora a las murgas en particular, ¿qué le atrae de ellas?
A mí la murga me encanta y me gusta todo. Desde hace muchísimos años aprendí con gente que sabe mucho, que me fueron enseñando a escucharla y a mirarla. En los concursos hay un ítem que es globalidad, en el que incide todo, es decir que usted tiene que mirar: ropa, melodía, maquillaje, entonación, letra, percusión… Entonces todo eso usted está mirando y llega un momento que una murga lo atrapa más que otra… Este año vi tres veces «Agarrate Catalina» personalmente y tres veces por TV y dije: ¡gana la Catalina! Generalmente no le erro, porque me enseñaron a mirar y escuchar la murga. Pero puedo decir que lo que más me gusta de la murga son melodía y letra. Los murguistas son verdaderos maestros, grandes artistas. Cuando la murga se planta y canta, y canta bien, 1Dios mío! Lo que atrae es la melodía, y después de ahí usted va a la letra, y después viene lo otro, otros rubros…mucho brillo que también hay.
-Sería tonto preguntarle a usted si cree que la murga es importante, así que la pregunta es: ¿por qué cree que es importante?
Por muchas cosas. Es muy importante porque canta todo lo que pasa en el año y me animo a decir que nunca miente. La murga es crítica y es pueblo. Porque la murga canta lo que el pueblo quiere escuchar y muchas veces no lo sabe decir, no lo sabe expresar y no tiene un micrófono; sobre todo estoy hablando de murgas profesionales, claro que los muchachos de acá son verdaderos maestros porque hacen una murga con nada. La murga tiene ese canto y esa cosa especial que la gente está esperando. A lo mejor usted no se dio cuenta de algo que está pasando, hablando políticamente, y la murga se lo va a hacer escuchar. La murga ha criticado a izquierda y a derecha, no se casa con nadie. Y si usted va a la murga de cualquier año, le va a decir lo que pasó ese año.
-Como se dice generalmente: es parte de la cultura popular uruguaya…
La murga en nuestra cultura popular es muy importante. El Uruguay yo diría que no puede caminar sin murga. Fue un bastión muy importante en dictadura por ejemplo. Conozco toda la historia, tengo libros, hubo murgas a las que le bajaban la letra y tenían que cantar mañana, y al otro de día se presentaban con otra letra sabiéndola de memoria, los murguistas son grandes cracks. No puede vivir nuestro país sin la murga, al menos más de la mitad de la población.
-Y cuando se dice que «la murga es pueblo», ¿cómo lo explica usted?
La murga es pueblo en sentido figurado, porque pueblo es todo, en su canto la murga transfiere lo que el pueblo quiere saber y lo ayuda cuando necesita cerrar alguna idea. Claro que después comparará; felizmente nosotros tenemos una Constitución de la República y tenemos elecciones libres. Acá el Frente Amplio perdió y punto, allí estarán las murgas cantando. Hay grandes naciones como EEUU donde pierden y no quieren entregar el poder, eso acá nunca se vio… La murga este año va a cantar y va a estar divino… También las orquestas típicas son pueblo, mi suegro era violinista profesional y puedo decir que una típica es pueblo, lo es el rock, la cumbia, pero la murga se identifica con el canto popular. También se puede ir a lo que fríamente dicen los diccionarios, que la definen como grupo de músicos callejeros, de ahí viene lo popular
«No creo que haya una persona en el mundo que no le guste
escuchar música», dice Marcelo Vives
ASDEMYA: 76 años de lucha por los derechos del músico
Como es sabido, en Salto tiene ya 76 años de funcionamiento la Asociación de Músicos y Afines (ASDEMYA), con el objetivo de dar la mayor difusión a la música local y respaldar a los músicos. Para este informe EL PUEBLO dialogó con Marcelo Vives, cantante e integrante de esta Asociación, quien reflexionó: «más allá de ser una Asociación de Músicos y Afines del departamento es un sindicato. Muchos de los salteños no saben qué es un sindicato. Nosotros velamos por los derechos de los músicos, nada más ni nada menos que sea respetado su trabajo, pero a su vez que su trabajo tenga en un futuro un beneficio. Estamos persiguiendo ahora el objetivo que los músicos se puedan jubilar como músicos. Más allá de que hoy en día ya hay casos de músicos que se han jubilado, porque le han tomado los años que han actuado.

Más allá de que hay una ley, en Salto no se ha aplicado, recién ahora se está a punto de ejecutar ese beneficio, que es que cada vez que tengan una actuación poder facturar y que esos ingresos sirvan para sus aportes, para su jubilación y obviamente para cubrir la parte médica y demás. Eso es una cosa muy importante, otra cosa es los derechos de una ley de compensación que estamos peleando también, que quiere decir que cada vez que se trae a un artista del exterior o a nivel nacional, se tiene que contratar por lo menos a dos artistas locales, del departamento, por eso se llama de compensación. Cada vez que se trae alguien de afuera, sí o sí se tiene que contratar a artistas locales».
Por otra parte destacó que «la Asociación cuenta con salas de ensayo, una productora audiovisual que está tercerizada pero también tiene un beneficio los socios, también tenemos un salón para eventos que cuenta con una barbacoa para poder hacer sus asados. Un montón de beneficios que hoy la Asociación ya los tiene y también cumplimos uno de los objetivos más importantes que es la formación. Se imparten clases de danza, de música y demás, que también están tercerizadas pero forman parte de la organización».
Vives enfatiza en que «se aclare que más allá de ser una asociación de músicos, es un sindicato, que quede claro eso, porque el perfil de un sindicato es la pelea por los derechos de los artistas y eso es sumamente importante. Hoy se está peleando más que nunca para que los músicos y afines, también entra la danza, los escritores, los sonidistas y los iluminadores, tengan sus beneficios, tanto beneficios sociales como de la salud, eso es sumamente importante…».
«Un mundo sin música no existiría»
A modo de reflexión final expresó: «Creo que la música para todo ser humano es importante, yo creo que es sumamente importante porque lo que logra es meterse en el área emocional de la persona y creo que un mundo sin música no existiría, soy rotundo en eso.
La música hoy en día se la toma como terapia, totalmente terapéutica, y debe existir en todo ser humano, en algún momento de su vida debe existir, antes o después, no creo que haya una persona en el mundo que no le guste escuchar música. Uno capaz que sin bailar puede vivir, sin una danza, quizás sin escribir un poema podés vivir, pero sin escuchar una melodía es más difícil, así que creo que a cualquier ser humano le hace bien y es primordial y sumamente importante que exista y que sigan existiendo artistas que la creen».
«La música ha sido el hilo conductor de mi vida»
Luciano Campos – Músico
Nuestro entrevistado, es un salteño que ha tenido una vida bastante particular. Se considera un privilegiado, por haber vivido, siempre, de su gran pasión: la música; la que considera, le ha abierto puertas y hecho vivir momentos inimaginables. Luego de 30 años en España, regresó a Salto, apostando a un país, que más allá de sus dificultades, considera grande. Nos referimos a Luciano Campos, quien, consultado sobre el tiempo con el que contaremos con él en un escenario, respondió sin dudarlo: «hasta que el cuerpo aguante».

Háblenos de sus comienzos
Soy nacido en Salto, en calle Morquio del otro lado de la Avenida Harriague, en barrio Ceibal. Fui a la Escuela N° 9 de dicho barrio, cursé los seis años ahí; luego, cursé secundaria en el Liceo de la Zona Este y en el Ipoll. En la Zona Este tuve la posibilidad de formarme con un gran equipo de profesores, con un equipo directivo ejemplar; siempre digo que, la base educativa que tuve en la Escuela N° 9 y en el Liceo de la Zona Este, fue la que me marcó en mi vida. La enseñanza de esos dos centros educativos, forjaron mi futuro.
Cuando tenía 10 años tuve un sueño, que era que me regalaran para Reyes, una guitarra, lo cual se cumplió. A los 11 años, ya empecé a dar mis primeros pasos en el tema de la música, sobre todo con la folklórica, de mayor presencia aquí en el norte del país, con una gran influencia de Argentina; y a los 12 años, ya andaba cantando por las escuelas haciendo beneficio, en los fines de cursos, en las quermeses, en escuelas públicas, privadas, en entidades benéficas que siempre pedían colaboración. La verdad que fue un muy lindo comienzo, porque, recuerdo que me temblaban las piernas cuando subía al escenario, siendo una experiencia jocosa, yo no me animaba a llevar la guitarra (quizás tendría un poco de vergüenza de andar con ella por la calle), era mi padre quien lo hacía, y me la entregaba cuando llegaba al escenario; en ese momento me la tomaba, subía las escaleras y se me pasaba, y comenzaba a cantar. Cuando terminaba, bajaba y se la entregaba de nuevo (risas). Anécdotas que van quedando.
Pero además, con tan sólo 14 años, se me dio la oportunidad de hacer un programa de folklore en Radio Tabaré, en la época de Valsiagácomo; en fin. Eso fue desde los 12 a los 17 años, cuando me fui de Salto a Montevideo.
¿En esa época fue cuando comenzó también a desarrollar su gran pasión, la música?
Exactamente. Comencé a aprender a tocar guitarra con Juan José Aramburú, también periodista de Salto, quien me dijo que precisaban linotipistas; yo no sabía que era eso, y me pidió que fuera hasta el diario Tribuna Salteña, donde me explicó lo que era. Y, entonces, ahí, los fines de semana empecé a ir y a escribir. Independientemente de que cantaba, estaba en la coral, el programa en radio; me dije a mi mismo que iría a Montevideo Al diario El País y sería linotipista, y así fue. Trabajé tres años; y aquí en Salto, llegué a hacer alguna cosita más, con Enrique Tourn, levantando los resultados de los partidos de básquetbol.
Musicalmente, toque en el grupo «Los Cantores de Viana»; cuarteto vocal, con guitarra, que cantaba folklore, el que estaba muy influenciado por Argentina, con el que viajaba a varios festivales. Esto último, constituyó una actividad cultural, que para mí, fue muy importante. Así marché a Montevideo, ya sabiendo que estaría por un tiempo, y luego, me iría del país.
¿Y, ese lugar elegido, fue España?
Sí; con 24 años, conseguí cruzar el gran charco. Me fui a cantar a Europa. Había un amigo que se había ido también, con el que estudiamos juntos, quien me comunicó que estaban necesitando un cantante; y me fui sin pensarlo. Así llegué a Cataluña, a Gerona, precisamente. El mismo día que llegué, comencé una carrera frenética, cantando y haciendo música.
¿Cuál es el significado de la música para usted?
La música ha sido el hilo conductor de mi vida. Afortunado. Libertad. Realizado. Hacer algo sin presiones, que te sientes bien. Pasión. Refugio. Soltura. Sentimientos. Compartir.
La música como expresión
Manos. Miradas. Cuerpo y alma. Sacas con ella cosas escondidas, a través de los gestos, de las manos, del cuerpo, como instrumentista, y de la voz que a veces toma colores diferentes dependiendo del estado de ánimo. Fluyen cosas q son difíciles de explicar, algo innato permanentemente
La música como arte.
Primero digo es un don divino. Cantar, es música. Dar gracias a Dios, por estar entre los elegidos para poder realizar algo que, como la pintura, la escultura, artesano, el teatro, pasa a formar parte de tu vida. Poder compartir, te sientes bien. Sensaciones en todos los momentos de la vida. La música como Arte, siempre acompaña en la vida y también en la muerte. Ella se encuentra siempre presente. Dichoso de ser músico y cantante. Gracias infinitas por una vida musical global.
Me permitió conocer otras culturas, y creo que no hubiese alcanzado tantos lugares, que el pasaporte de la música me ha llevado de la mano.
¿De dónde nace la inspiración de un compositor?
Uno busca en el entorno, donde vive, donde reside, sacarle el máximo provecho a la zona, en nuestro caso, el Río Uruguay, el Arapey, el Dymán; o sea, son poemas que, después, se transforman en canciones.
Justamente hace muy poco tiempo fui a registrar dos temas, dedicados al Río Uruguay, un candombe y un tango: «Yo crecí cantando tangos».
Increíblemente, cuando era pequeño no me gustaba el tango pero, se ve que esas cosas nos quedan grabadas cuando somos niños, y mi madre, que era modista, cortaba la tela con los padrones y, mientras lo hacía, cantaba tango, y eso me inspiró. Por eso hoy, estamos presentando un programa a nivel nacional, para poder participar de los festivales, una vez que pasemos por este mal momento por el que estamos pasando la gente del espectáculo a causa de la pandemia.
La inspiración pasa, entonces, por el momento en el cual uno vive, y en el momento en que uno se encuentra para escribir. Por lo tanto, vale decir que, no siempre se está inspirado.
Trabajar y vivir de lo que a uno le gusta, ¿es un privilegio?
Totalmente. Es un enorme privilegio. En mi caso, siento la música como parte de la vida y de la muerte. Es mi gran pasión. Porque la vida, siempre pasa acompañada por la música, y cuando alguien fallece, en muchos lugares, se acompaña también con música. Cuando yo me vaya, desearía que fuera así. Vivir de la música, me ha permitido llegar a gente que, de otra forma, nunca hubiese conocido. Presidentes, artistas, escritores, y un sinfín de personalidades. Me ha permitido viajar por el mundo, y llevar a cuestas muchas anécdotas.
Por medio de esa gran pasión, como lo comenté, llegue a organizar eventos musicales y desempeñarme en un mundo en el que siempre quise estar y nunca imaginé llegar.
¿Cuánto tiempo más se lo verá en un escenario cantando?
Le respondería: los viejos rockeros, nunca mueren; y, hasta que el cuerpo aguante. Son muchos años, 50 al servicio de la música, y seguiremos por muchos más.