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lunes, junio 2, 2025
EL PUEBLO
Columnas De Opinión
Leonardo Silva Pinasco
Leonardo Silva Pinasco
Periodista en diario El Pueblo, Canal 4 de Flow, Radio Arapey.

Preocupa a la Iglesia Católica “el tema del suicidio y de la salud mental, la falta de trabajo y la polarización en la sociedad”

Arturo Fajardo, Obispo de la Diócesis de Salto

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EL PUEBLO dialogó con Monseñor Fajardo para conocer los nuevos desafíos que se presenta a la Iglesia Católica al inicio del Pontificado de León XIV.

– Luego del fallecimiento del Papa Francisco y la llegada del nuevo Papa León XIV, ¿se han presentado nuevas formas de trabajo para la Iglesia?

– Lo primero, me llamó mucho la atención toda la conmoción mundial que se generó con la muerte del Papa Francisco, primer Papa latinoamericano, primer jesuita de la historia y muy cercano a nosotros, al que conocíamos y tratábamos mucho. Y bueno, todo lo que se generó, me impresionó sobre todo ver a Donald Trump y a Zelenski reunidos allí, sentados en dos sillas rojas. Me quedó esa imagen patente. Me parece que eso fue muy interesante, también la presencia de tantas delegaciones que participaron en los funerales de Francisco.

Después, normalmente en la Iglesia hay continuidad y novedad, no hay una ruptura de una realidad con otra. En ese sentido, fue muy interesante todo lo previo al Cónclave, lo que son las congregaciones generales donde participó el Cardenal Sturla, con quien he hablado en esos días, y donde de ahí se toma el pulso de la situación de la Iglesia. Quedé gratamente sorprendido de la rapidez de la elección del nuevo Papa, porque fueron casi cuatro votaciones en un grupo de 133 Cardenales, cuya característica de este periodo final era que no se conocían, porque tradicionalmente hay algunas reuniones anuales de ellos. ¿Cuál es la función de los Cardenales? Los Cardenales eran propiamente los Presbíteros de Roma, cuando estaba el Obispo de Roma, porque el Papa es Papa porque es Obispo de Roma, lugar donde Pedro, según cuenta la tradición, allí murió y que allí fue previamente martirizado. Entonces, Pedro es como la cabeza de los doce, del grupo apostólico, y los Presbíteros de Roma elegían al sucesor de Pedro. Así que, de alguna manera, cada Cardenal tiene una parroquia de Roma que es como si fuera su parroquia, esa era la finalidad.

Pero bueno, se desconocían, y el Papa Francisco había hecho Cardenales sobre todo en los últimos consistorios, que así se llama, a gente de la periferia. Me parece una cosa interesante también, de lugares casi desconocidos, lugares donde un Cardenal italiano que estaba en misión creo que tenía 2000 fieles prácticamente. Así que, me parece que fue muy interesante la rapidez con que se eligió al Papa León, al Cardenal Prevost, que no era de los principales candidatos ni era muy conocido en ese momento, era Obispo de Chiclayo, en Perú, de origen norteamericano, había sido superior general de los Agustinos. Tuve la oportunidad de tratarlo brevemente cuando participó de la asamblea del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño) en Puerto Rico, recién había sido elegido por Francisco para estar a cargo del Dicasterio para el Obispo, que es el que se encarga de aconsejar al Papa para la elección del Obispo de todo el mundo.

No ha habido grandes novedades en cuanto a eso, simplemente él le ha insistido mucho en el tema de la unidad y de la misión, pero me parece que el proceso que venía haciendo el Papa Francisco, que hablaba de una Iglesia hospital de campaña, que es la imagen que usaba, y una Iglesia en salida, creo que lo ha retomado y habrá continuidad y también le dará su impronta personal, eso sin duda.

– Los analistas del Vaticano nos dicen que cuando se reúnen los Cardenales en el Cónclave, suelen analizar el estado situación del mundo antes de elegir a un Papa. ¿Tiene que ver que hayan elegido a un Cardenal norteamericano siendo Trump presidente de Estados Unidos?

– No sé, pero la verdad es que tradicionalmente se decía que no iba a ser un norteamericano el elegido. Es verdad que Prevost es norteamericano, de Chicago, pero su episcopado lo tuvo en Perú.

– Por eso digo, pero además tiene raíces latinas, y Trump está en contra de todo lo que no es norteamericano.

– No creo que se haya pensado precisamente en eso. Sin duda que se ha tenido en cuenta también la coyuntura internacional y la geopolítica, la guerra de Ucrania y Rusia, y la situación de Gaza, que es terrible. Después, se armó un perfil de cuál era la idea, donde aparecía alguien que hablara muchos idiomas, de alguien que fuera ni muy joven ni muy mayor, alguien que tuviera experiencia de gobierno. Él había sido Padre General de los Agustinos, y conocía la curia romana porque hacía dos o tres años que era uno de los principales colaboradores de Francisco. Pienso que esas características fueron como cerrando, porque fue tan rápida la elección. He leído y escuchado que hay una gran conformidad en cómo se logró el consenso y cómo fue elegido rápidamente.

– ¿Con qué Iglesia se encuentra el nuevo Papa?

– Uruguay es un país totalmente atípico. Somos un país donde la iglesia es libre y hermosa, pero también tiene fragilidades muy grandes. Ya la primera evangelización fue muy tardía acá, el primer episcopado fue de 1878 con Monseñor Vera, no hubo formación de sacerdotes hasta 1881. Hay una cantidad de condicionamientos que marcaron la realidad uruguaya. Pero bueno, estamos aquí. Se recordaba la fundación de la Biblioteca Nacional, fue un sacerdote que la fundó, fue Artigas el que pidió la primera escuela de la patria, en la universidad el primer rector fue un sacerdote, y hoy estamos también trabajando y aportando a la sociedad, que me parece que es lo importante, en un momento donde se necesita también encontrar el sentido de la vida. Si me preguntan cuáles son las grandes preocupaciones, el tema del suicidio, el tema de la salud mental, el tema de la falta de trabajo, el tema de una cierta polarización, bueno, en todas esas cosas quizás la Iglesia pueda aportar también a nivel mundial. Este proyecto que había iniciado Francisco, que se llama Sinodalidad, que en griego significa caminar juntos, era el esfuerzo de unir y de superar las polarizaciones que también se puede generar en la vida de la Iglesia.

En ese sentido, creo que el Papa se encuentra con una Iglesia que crece mucho en Asia, en África, que decrece en Europa y que tiene siempre que volver al inicio, siempre al Concilio Vaticano II, y después, lo que fueron las asambleas del Episcopado Latinoamericano, que han marcado un camino que es de continuidad y renovación, creo que siempre esa es la novedad, que es la lectura hermenéutica, que se hace continuidad y renovación.

– La gente que viene a la Iglesia es muy espiritual, pero vivimos en un mundo muy materialista, absorbido por el consumismo. Eso lleva a que hayan proliferado satelitalmente a la Iglesia Católica, iglesias que se encargan de vender religión, y que han crecido mucho, sobre todo en América del Sur. ¿Hay competencia por los feligreses?

– Decía el Papa Benedicto que la Iglesia trae por atracción, y el Papa Francisco siempre hablaba de una cosa que es evangelización y otra que es proselitismo. Uno no hace proselitismo, presenta la realidad, presenta la novedad del evangelio que siempre es atrayente. San Agustín, que es un poco el patrono del Papa, es muy interesante, dice aquello de las confesiones de visite para ti, Señor, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti. Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé, decía en ese texto. Yo creo que también lo que me han dicho a mí, que vengo de un encuentro de frontera en Corrientes, en Itati, y lo que decían también es que no han dejado de crecer estas iglesias tipo pentecostales, que hay que tener mucho cuidado porque yo también creo que con las iglesias tradicionales es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, tenemos la misma palabra. Después hay realidades que pueden utilizar los religiosos desde el punto de vista no del todo sano, que se puede hacer un uso de la religión, y ha sucedido. También puede suceder en la Iglesia Católica. Por eso tenemos que tener cuidado siempre que la propuesta sea lo suficientemente transparente, justa, adecuada y que las conciencias sean las que elijan, nunca forzar la conciencia en el sentido de la fe, la fe se propone, no se impone.

– Para terminar, un tema local que los feligreses están muy interesados en conocer. Sabemos que después que se trajo hasta Salto la donación del órgano desde Suiza, se ha comenzado a trabajar en su instalación, cuénteme cómo está ese proceso.

– Bueno, estamos esperando la venida de Mario D’Amico, que fue el gestor de todo esto. Hay que agradecerle a la comisión del órgano, a muchas instituciones y personas que han colaborado y hecho el proceso posible para que esto sea un sueño que se hace realidad, la Catedral con eso de alguna forma termina sus obras. Dicen que es el más grande de Uruguay y bueno, creo que va a ser un aporte no sólo a los religiosos sino a la cultura, la idea es que esté al servicio de la cultura de la ciudad porque Salto va a tener un órgano a la altura de las circunstancias. Falta la parte de afinado, no soy experto en este tema, pero se ha hecho toda la parte de carpintería, la parte electrónica y bueno también todo lo que significó la preparación del lugar donde va. La idea sería celebrar la inauguración en octubre.

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PERFIL DE ARTURO FAJARDO

Nació en Aiguá, departamento de Maldonado.

Es hincha de Peñarol.

¿Una comida? El asado.

¿Un libro? La Biblia y El Quijote.

¿Una película? La vida es bella y El viaje hacia el mar.

¿Un hobby? La lectura y caminar.

¿Qué música escucha? Folklore, rock uruguayo y música clásica.

¿Qué le gusta de la gente? La solidaridad y aquellos que buscan ayudar.

¿Qué no le gusta de la gente? La hipocresía de decir determinada cosa dependiendo de dónde esté.

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