Debemos confesar que pertenecemos a otro tiempo. No llegamos a verla pero supimos de su existencia, cuando los ediles eran verdaderamente “honorarios”, vale decir que no recibían ninguna retribución, ni monetaria ni de ningún otro tipo por su labor.
Grandes hombres capaces de poner de su bolsillo para realizar una tarea que a lo sumo le redundaría en “honor”, prestigio o les permitiría hacerse conocer. Hoy la cuestión es muy diferente y nos apresuramos a decir que no estamos en su contra cuando la retribución solapada que se hace es justa y necesaria, porque tampoco es justo que alguien pague para trabajar.
La cuestión es cuando se vuelve un “negocio” y se transforma en politiquería.
Días pasados hacíamos conocer este tema, que como muchos otros fue laudado con el “silencio de los señalados”, pero hoy los ediles reciben una remuneración en “especie” que vuelve a estos cargos muy apetecibles.
Lo que reclamábamos es que se “blanqueara” los beneficios que tienen los ediles, porque hemos oído hablar de vales de nafta, de retribución de gastos, de computadoras y teléfonos móviles que exceden muchas veces a los beneficios establecidos de exoneración de patente, cuando se usa un vehículo para las tareas propias de un legislador departamental.
Hemos oído hablar de “sueldos encubiertos” que van desde los 20 mil a los 160 mil pesos. Vale decir que en todos los casos exceden a un sueldo mínimo y a veces largamente.
Existe otra forma encubierta de desempeñar uno de estos cargos y es el famoso “pase en comisión”. Vale decir que un funcionario público se desempeña en la Junta Departamental donde no tiene horario ni exigencia alguna, mientras es el organismo al que pertenece quien paga su sueldo.
Estos sin referencia los “secretarios de bancada” y al derecho de secretario que tiene cada edil y cuyos sueldos debe abonar la Intendencia.
De todas formas los ediles gustan de hacerse conocer como “la caja de resonancia” de todos los problemas, que resumiríamos en Calles, Basura y Alumbrado y ¡cuantos se quedarían sin temas si se los suprimiera!
Es parte del tema por el cual vemos a una ciudadanía “cansada” de escuchar a los políticos ¿o politiqueros?, que prometen tal o cual salida para los problemas de la gente y luego “se olvidan”.
Estos es sólo una pequeña parte del tema que va mucho más allá, pero no debemos olvidar que en las actuales circunstancias sólo es posible elegir el mal menor…porque la salida que se se promete no siempre es salida.
A.R.D.
