Lo que comenzó como una celebración por la primera Champions del Paris Saint-Germain terminó en una noche trágica de violencia, saqueos y represión. El saldo: dos muertos y cientos de heridos.
CELEBRACIÓN QUE TERMINÓ EN CAOS
La capital francesa se tiñó de humo y caos luego de que el Paris Saint-Germain lograra su primer título europeo al vencer al Inter de Milán en la final de la Liga de Campeones. Lo que debía ser una noche inolvidable para el fútbol parisino se transformó en un escenario de disturbios generalizados.
UN BALANCE DESOLADOR
Durante la madrugada, se registraron enfrentamientos violentos entre seguidores del club y la Policía, con un saldo de dos personas fallecidas —una de ellas menor de edad—, 192 heridos y al menos 559 arrestos. Uno de los agentes permanece en estado crítico tras recibir un fuerte traumatismo.
LA CIUDAD, BAJO FUEGO
La euforia de los festejos pronto dio paso al vandalismo: vehículos incendiados, locales saqueados, vidrieras rotas y autobuses atacados. El colapso del tráfico y varios atropellos agravaron aún más el panorama. Los denominados ultras fueron protagonistas de los principales focos de violencia.
UNA DERROTA PARA LA SEGURIDAD
Aunque el gobierno desplegó 5.400 efectivos en un operativo especial, los hechos superaron cualquier previsión. Ya antes del inicio del partido se habían producido 59 detenciones. Tras el pitazo final, los enfrentamientos escalaron, obligando a las fuerzas antidisturbios a utilizar gases lacrimógenos para contener los ataques con objetos y fuegos artificiales.
LA OTRA CARA DEL TRIUNFO
La histórica victoria deportiva quedó opacada por una noche negra para París. Las autoridades investigan el accionar de los grupos violentos y evalúan medidas para evitar que futuras celebraciones se conviertan en tragedias. Mientras tanto, la ciudad despierta entre cenizas, con su orgullo deportivo manchado por la violencia.
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