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jueves, 1 de mayo de 2025
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Padre Pío, el Santo de los milagros

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Diario EL PUEBLO digital
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El Padre Pío es uno de los Santos más populares y venerados en nuestra región, en Salto hay varias imágenes  del mismo siendo una de las más visitadas la que se encuentra en la Estancia La Aurora.

Conmovedores testimonios cuentan su experiencia y fe en el Padre Pío
No importa el clima, ni el día, ni la hora, aunque sea un día de semana y haga frío, muchos fieles visitan a diario la gruta del Padre Pío, ya sea para hacer algún pedido, para agradecer algún milagro, como forma de ofrenda o simplemente para sentir su presencia.
De la misma manera, testimonios relataron su experiencia con este fraile y sacerdote católico italiano famoso por sus dones GrutaPadrePiomilagrosos que ha manifestado su presencia a través de sueños, apareciendo en momentos difíciles en una estampita, o con el aroma a rosas, uno de los dones que, según sus creyentes tenía; en su presencia se podía percibir fragancia de flores (el “olor de santidad”).
Así lo comprobó EL PUEBLO entrevistando a algunos testimonios que contaron conmovedoras historias.
PESE A TODO, LA FE CONTINÚA INTACTA
Este miércoles por la mañana, a pocos días de haber sufrido la pérdida de su esposo que se había operado del corazón, Selva junto a su hija y otros amigos visitaron la gruta del Padre Pío en busca de esa paz que le transmite el estar allí.
Selva contó que junto a su esposo siempre, desde hace muchos años iban al menos una vez al mes a ese lugar, “a tomar unos mates y a charlar con el Padre Pío”, y así lo hicieron también antes de la operación para pedir que “todo saliera bien”, y aunque no salió como esperaban, considera que él la ayuda a sobrellevar este momento, le tiene “mucha fe”, de hecho en su casa tiene imágenes por varios lugares, como llaveros, retratos, capillitas, “el Padre Pío siempre estuvo presente, le tenemos mucha fe”, expresó Selva y agregó que incluso su esBeatrizposo falleció en la madrugada posterior al día del Padre Pío.
“Sé de gente que ha venido, ha pedido y se les ha cumplido milagros, ya sea por enfermedad u otros motivos”, pero en su caso, más que a pedir, van a sentir su presencia, se quedan largos ratos y vuelven “con una energía especial, una paz interior que te hace reflexionar tanto…”.
A TRAVÉS DEL AROMA A FLORES CONFIRMARON SU PRESENCIA
Para Carolina ir a ese lugar es algo especial “porque espiritualmente estamos con mucha fe, por él (Padre Pío) porque es increíble pero te aferras a una estampita, a una imagen o una oración y sentís que él está”.
A propósito de ese sentimiento de presencia, Carolina manifestó que una vez tuvo una experiencia siendo jovencita cuando concurrió a la gruta con un grupo de amigos, tres de los cuales (incluyendo ella) estaban atravesando momentos más complejos y fueron ellos tres solamente que al subir de la vertiente sintieron un aroma a flores muy intenso y no había flores naturales, sino artificiales en el lugar. “A mi me sorprendió porque fue algo inesperado, porque mirabas alrededor y había solo hierbas y flores artificiales, pero lo sentimos como una bendición, volvimos para atrás para sentir el aroma por el camino que habíamos hecho y no se sentía más, fue esa ráfaga, en ese momento. El regreso a casa lo hicimos a pie fue sumamente reflexivo porque fue como una señal”.
A Carolina una de las cosas que le gusta cuando va, es recostar la espalda en la parte posterior de la gruta ya que siente una energía particular.
COMO OFRENDA AYUDA A OTROS COMO ÉL LO HIZO
Beatriz es salteña, siempre va a la gruta del Padre Pío, no recuerda en qué momento se hizo devota, pero hace muchos años que lo conoce y cree que se aferró a él en el momento que un familiar estaba con un problema visual complicado.
Los domingos siempre va con su esposo y su hija, siempre recorre el camino desde la entrada a la gruta y Selvaviceversa, descalza.
Ahora está cumpliendo una promesa por temas económicos y familiares hasta el mes de noviembre y entonces una vez al mes, viaja en el ómnibus que llega hasta a las Termas, y de allí va caminando hasta la gruta, entra rezando un rosario hasta donde lo termina, vuelve rezando el rosario, toma el ómnibus en las Termas y regresa a la ciudad.
No le pide algo concreto sino que es como una ofrenda que le hace y en agradecimiento en lo que se siente con él comprometida de ayudar a la gente. De esta manera ayuda a quienes van a pedir a la puerta de su casa, está en un movimiento político y a través de éste trata de juntar ropa para ayudar a las personas, “lo hago de corazón, nunca esperando que la persona me diga ‘gracias’, sino pensando en él que fue una persona que ayudó mucho, dedicó mucho su vida a la gente, a los enfermos y por eso también soy de entregar estampitas, compro acá (en la entrada a la gruta), llevo y entrego, ese es mi objetivo”.
Consultada acerca de algún hecho que le haya parecido una señal de su presencia, contó que en una de las venidas a la gruta, cuando venía por el puente sobre el río Daymán, miró hacia el destacamento y no venía nadie, cuando de repente a su lado caminaba una persona anciana que, a juzgar por su aspecto de indigente, tendría que oler mal, pero esa persona no tenía olor, “ni siquiera me miró, se cruzó para la senda de enfrente y caminamos hasta la mitad del puente, yo pensando que era un indigente- no tenía miedo- pero miré porque me dio curiosidad si iba a seguir y cuando me di vuelta no estaba más”.
“Simplemente era él”, dijo convencida, “por qué (se le apareció) no sé, si me quería reafirmar mi fe, o me quería decir algo”.

“Soñé con el Padre Pío sin saber que era él… al poco tiempo también se le apareció en sueños a mi hermana Paula”

Sara nació en el campo y sus primeros años de vida transcurrieron en el entorno rural… siendo muy joven se instaló con parte de su familia en la cuidad de Salto y nunca hasta ese entonces había escuchado acerca del Padre Pío.
Pero una noche sucedió algo inexplicable… en sueños se le apareció la imagen de un anciano de sotana marró, que le hablaba… su apariencia curiosamente coincidía con la imagen del venerado sacerdote a la que miles y miles de fieles rinden devoción.
Al comentar lo sucedido en el ámbito familiar, Sara se enteró que se traPadrePíotaba del Padre Pío, pero allí quedó la historia.
Años más tarde su hermana Paula, debió guardar quietud ante un embarazo complicado… de pronto en sueños se le apareció el Padre Pío.
Créase o no… a la mañana siguiente, en la reja del portón encontró una estampita del beato… a pocos pasos de la puerta.
A partir de allí, la figura del Padre Pío cobró sentido en la familia y solían cada tanto ir a la gruta.
Más tarde – a una sobrina de Sara – se le apareció la imagen de la Virgen Milagrosa, poco tiempo antes de que le descubrieran una enfermedad terminal.
Esa relación con la figura del Padre Pío – si bien no fue estrecha al extremo – hizo que las hermanas establecieran cierto vínculo de fe y por ello emprenden esporádicas visitas a la gruta.
Existen testimonios de personas que si bien siempre fueron creyentes, por algún suceso de sus vidas o simplemente por una cuestión casual, se empezaron a interesar por la figura del Padre Pío y que éste en sueños los instó a transitar por el camino de la espiritual, al servicio y a cambiar drásticamente la forma de vivir.
Hay otras historias que señalan que a partir de ver un filme relativo al Padre Pío, ataron cabos y se percataron que ese sacerdote ya se les había aparecido anteriormente en sueños y ese suceso les hizo aferrarse más a la fe y a descubrir la importancia de la oración y la vocación de servicio.
Dicen que el Padre Pío tiene la particularidad de la bilocación – de poder aparecerse en más de un lugar al mismo tiempo.
Cada uno de los testimonio que rescató EL PUEBLO llegando a la gruta del Padre Pío coinciden inexorablemente en un punto… que allí la atmósfera en los alrededores del campo es diferente… que se siente una energía especial… y todos se emocionan hasta las lágrimas al rememorar sus experiencias.
Unos cuantos años atrás Alicia – una artista plástica – aseguró haberse topado con una imagen en la zona cercana a la gruta, de un sacerdote al cual no le podía ver el rostro… empero pudo distinguir que era el Padre Pío por sus sandalias.
Los devotos están convencidos de que si se reza con fe, el Padre Pío atiende todos los petitorios y ayuda a mitigar el dolor de quienes experimentan grandes sufrimientos. Lo cierto es que a la gruta del Padre Pío llegan feligreses de los lugares más remotos, que están dispuestos a hacer el sacrificio que sea para poder llegar – ni bien sea – una vez al año.
Más que pedir, vienen a agradecer…gran número de creyentes aseveran haberse curado de sus males o también familiares o amigos que lograron salir adelante de una enfermedad incurable o de una situación extrema.
Los jóvenes habitualmente suelen acercarse y rezar, para que el Padre Pío los ayude en los estudios, para aprobar los exámenes y que él responde.
El Padre Pío en vida siempre habló del poder de la oración y que las puertas siempre se abrirían mediante la fe y la persistencia en orar.
Fascinados con la historia del Padre Pío de Pietrelchina, muchos adquieren sus estampitas e imágenes y se hacen creyentes de su poder sanador.
Desde niño el Padre Pío era diferente… tímido, callado y daba muestras de un ser interior profundo y espiritual. Y es esa particularidad que lo llevó por un camino de piedad y compasión hacia sus semejantes, que hoy lo recuerdan y han tomado como ejemplo de referencia.
Veamos entonces, otros testimonios conmovedores que EL PUEBLO recabó al visitar la gruta, una de estas tibias mañanas de mayo.

Visita de la familia Gómez a la Gruta del Padre Pío cumpliendo con la última voluntad del recientemente fallecido Hugo Gómez

Nos encontramos en la Gruta del Padre Pío con el hermano y los hijos del recientemente fallecido Hugo Gómez, una figura salteña vinculada al deporte y EL PUEBLO pudo establecer una charla muy emotiva con los dolientes.Carlos
Hugo era un ferviente creyente y devoto en el Padre Pío Juan Pablo – hijo de Hugo y Carlos su hermano, también su hija Camila reafirmaron la fe de Hugo, quien solía concurrir a la Gruta y le pidió a su hermano Carlos que le trajera de su viaje a Chile una pequeña estatua del Padre Pío bendecida. “Fue justo cuando se internó para operarse… él era extremadamente devoto…era usual que fuera a la Gruta a tomar mate”.
El vínculo de Hugo con el Padre Pío era muy fuerte… sin ser un practicante católico, su religiosidad pasaba por Pío.
Camila – hija de Hugo – embargada por la emoción recordó que su padre los llevaba de pequeños y esas visitas se hicieron durante muchos años, donde el creyente acostumbraba a agradecer y a pedir por sus seres queridos y amigos. Cumpliendo con sus últimos deseos, la familia una vez más visitó la
gruta.

Estela de Canelón Chico no deja de agradecer una y otra vez todos los favores recibidos del padre pío

“Conocí al Padre Pío hace once años, época en que empecé a venir y con mi esposo viajamos hacia aquí todos los años aproximadamente en la fecha de su aniversario. “He llorado pidiendo y he llorado agradeciendo” – reveló entre sollozos Estela.
Su hijo tuvo un tremendo accidente y afortunadamente sobrevivió y Estela cree fervientemente que el Padre Pío lo protegió.
En un principio Estela conoció más de la historia del sacerdote por unos pequeños libros que le obsequiaron en las Gruta. “Desde que vinimos por primera vez sentimos algo diferente… inexplicable aquí y realmente no podemos dejar de venir. Tocamos su medalla y sentimos protección.
Mucho le tenemos que agradecer y le confiamos todo.
En el altar del Padre Pío podemos ver muchas ofrendas, escritos, muestras de profundo agradecimiento, flores y objetos que dejan ver muchas historias de vida, de fe y de espiritualidad.
Para los devotos del Padre Pío resulta inconcebible llegar a Salto y no visitar a la Gruta.

Oración al Padre Pío para pedir su intercesión
Oh Dios,
que a San Pío de Pietrelcina,
sacerdote capuchino,
le has concedido
el insigne privilegio
de participar, de modo admirable,
de la pasión de tu Hijo:
concédeme,
por su intercesión,
La gracia de(……)
que ardientemente deseo
y otórgame, sobre todo,que yo me conforme
a la muerte de Jesús
para alcanzar después
la gloria de la resurrección.

Sixto Monetta:
“El Padre Pío mostraba con gran sencillez que Dios no nos abandona”

EL PUEBLO dialogó con el ex padre Sixto Monetta, quien, sin lugar a dudas, es una de las personas que más conoce respecto al Padre Pío, y denota una inmensa devoción por el Santo de Pietralcina. Compartió con nosotros y nosotros lo hacemos con ustedes, su visión sobre el mismo y testimonios de sus milagros, enfatizando en que: “la devoción al Padre Pío en este tiempo, se debe a ese gran carisma que durante toda su vida lo practicó; escuchar y guiar con mucho amor a todo aquel que se le acercaba”.
PADRE PÍO
Hablar del Padre Pío en este tiempo, realmente es un Milagro de Amor. Hablar del Padre Pío, es volver a redescubrir ese Milagro de Amor de Jesús, Buen Pastor, que con mucho amor apacienta a su rebaño. En San Pío se cumplen las palabras del Evangelio “vayan y anuncien a todo el mundo la Buena Noticia de la Salvación” y, realmente, en él se cumple el anuncio de la Buena Nueva.
No sólo vivió el mandamiento del Amor durante su vida terrenal, sino que lo continúa haciendo a través de los millones de devotos que sigue atrayendo a lo largo de todo este tiempo.

El gran Milagro del Santo de Pietrelcina, no es hacer milagros, sino el seguir atrayendo “almas a la Salvación”.
LA DEVOCIÓN
La sencillez y humildad de San Pío, es lo que cultiva a las personas de toda claINFORME SIXTO MONETTAse y condición social; cuando hablamos o pensamos en los innumerables seguidores que tiene, no nos deja de asombrar que, en estos tiempos, donde muchas dificultades apremian al hombre y, donde son muchos los que se alejan de la Fe, incontables son los que retornan por el Padre Pío.
Ver la cantidad de Milagros que Dios realiza por la intercesión del Padre Pio, es realmente una fuente de esperanza para los creyentes que buscan con sencillez y amor encontrar a Jesús.
Frente a un mundo tan materializado e incrédulo por tantas cosas, nos encontramos con esta devoción tan sencilla y amorosa, como un oasis, en un desierto, donde el hombre tantas veces quiere ocupar el lugar de su Creador, y termina produciendo tantos sufrimientos y padecimientos para con sus semejantes.
Por otra parte, el hombre de nuestra época, cree que la “felicidad” está en tener bienes materiales y evitar todo tipo de sacrificios; esta es la gran pobreza, porque nos vuelve egoístas y más individualista, donde pensamos sólo en nosotros y nos olvidamos de los que están a nuestro rededor. Aquí, es donde el Milagro del Padre Pío se hace patente, “solo el amor basta”, nos dice, con la misma sencillez y santidad de otros tiempos y nos vuelve al anuncio de la Buena Noticia de Jesús: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado… en eso conocerán que son mis discípulos”.
Aquí está la Santidad del Padre Pío, ya que, su entrega generosa a Jesús, en el sufrimiento y el dolor, no dejaba de confiar en su Salvador; ante la mezquindad y pobreza espiritual que muchas veces nos agobia, no dejaba de confiar en el mensaje de Salvación; ante la duda y desconfianza, la seguridad de que Dios no abandona a sus hijos.
Cuántos son los que se acercan a pedir la intercesión del Santo ante Dios por innumerables necesidades y allí, nuevamente, el Padre Pío, como el Buen Pastor, nos apacienta y conduce a las fuentes de agua tranquila, donde el Amor de Dios calma y sacia toda necesidad.
Yo creo que la Devoción al Padre Pío en este tiempo, se debe a ese gran carisma que durante toda su vida lo practicó; escuchar y guiar con mucho amor a todo aquel que se le acercaba, mostraba con gran sencillez que Dios no nos abandona. Muchas veces, las personas regresaban con los mismos problemas con los cuales habían acudido a él, la diferencia estaba en saber que, si ponían la confianza en Dios, el Padre no los abandonaría.
Recuerdo que cuando estuve en San Giovani Rotondo en compañía de Monseñor Gil, Obispo de Salto, donde el Padre Pío vivió gran parte de su vida, ver los miles de peregrinos devotos del Santo, que venían de todo el mundo, nos muestra la actualidad y popularidad del Santo.
TESTIMONIOS
Cuentan que, si bien tenía un carácter fuerte y no se amedrentaba cuando tenía que corregir a alguien, jamás perdía su espíritu jocoso y su alegría.
Cuentan que, una vez, una Señora sufría grandes dolores de cabeza y puso una foto del Padre Pío debajo de la almohada pensando que el dolor se calmaría, pero no fue así; después de un tiempo, y con ese temperamento que caracteriza a los italianos, tomó la foto y exclamó: “Padre Pío, cómo no me has curado el dolor de cabeza, te pondré debajo del colchón como castigo y colocó la foto debajo de su colchón”. Poco tiempo después, fue a San Giovanni Rotondo a confesarse con el padre. Después de arrodillarse frente al confesionario, el Padre Pio la miró fijamente y cerró la puerta del confesionario con un gran golpe. La señora quedó petrificada, ya que no esperaba tal reacción y no pudo decir palabra alguna. A los pocos minutos la puerta se abrió y el padre le dijo sonriente: “¿No te gustó verdad? A mí tampoco me gustó que me pusieras debajo del colchón”.
Otra vez, cuentan que, un hombre que iba quedando calvo, le pidió: “Padre, ruegue para que no se me caiga el pelo”. El Padre Pío en ese momento bajaba por la escalera del coro. El hombre lo miraba ansiosamente esperando una respuesta. Cuando estuvo cerca de él, cambió el semblante y con una mirada expresiva señaló a uno que había detrás y le dijo: “Encomiéndate a él”. Se dio vuelta y detrás había un sacerdote completamente calvo, con la cabeza tan brillante que parecía una bola de billar. Todos comenzaron a reírse.
También, se dice que había un niño que era hijo de un policía y que quería que los Reyes le trajeran un trencito eléctrico, se acercó a una foto del Padre Pío y le hizo una promesa: “Padre Pío, si los Reyes Magos me traen un trencito eléctrico, yo te voy a llevar un paquete de caramelos”; el 6 de enero recibió el trencito. Pasado un tiempo, el niño fue con su tía a San Giovanni Rotondo. El Padre Pío lo miró sonriente y le preguntó: “¿Y los caramelos, dónde están?”.
Como podemos ver, muchas son las anécdotas sobre el Padre Pío, y todas ellas no dejan de asombrarnos. Mientras ejercía mi Ministerio Sacerdotal, muchas personas me daban testimonio de la presencia del Padre Pío a través de sentir la fragancia de Rosa, también, la manifestación de innumerables curaciones de enfermos con enfermedades terminales. Yo mismo puedo testimoniar que, después que dejé de ejercer el Ministerio Sacerdotal, contraje matrimonio y mi Señora quedó embarazada, pero, al poco tiempo, comenzó a tener problemas con el embarazo y al ir al médico, le dijo que no se ilusionara porque venía complicado y seguramente lo perdería, lo cual produjo en ella una gran angustia; en medio de todo esto, le pedimos al Padre Pío que no perdiera el embarazo, pedíamos un Milagro, y que si nacía bien, lo llamaríamos Pío. En ese momento sentimos una gran paz, y comprendimos que, el Padre, nos había escuchado. El 24 de enero del 2009 nacía un hermoso varón al cual llamamos Pio Emanuel.
Muchas son las veces que siento su presencia y sé que no solo intercede por mí, sino por todos aquellos que recurren a su intersección, El Padre Pío era un enamorado de la Virgen María y de ella aprendió a amar a su Hijo, no dejaba de rezar cada día el Rosario, el cual pedía especialmente por los enfermos y los que sufrían, y pedía la poderosa intersección de Ntra. Sra. de Fátima, la cual lo curó estando él muy enfermo.

LA BILOCACIÓN Y SU PRESENCIA EN SALTO
Como bien sabemos, el Padre Pío tenía el don de la bilocación, y estuvo en Salto propiamente en el Obispado.
Mons. Damiani -Secretario de la Curia de Salto en el tiempo que Mons. Alfredo Viola era Obispo de Salto-, quería conocer al Padre Pío y, estando en Italia, fue a confesarse con el Santo; luego de hacerlo, se quedó unos días en el Convento. Una noche se sintió mal y llamaron al Padre Pío para que le diera los últimos sacramentos. El Padre Pío demoró en llegar y, cuando llegó, le dijo: “Ya sabía yo que no te morirías. Volverás a tu Diócesis y trabajarás algunos años más para dar Gloria a Dios y hacer el bien a las almas”. “Bueno” le dijo, Mons. Damiani, “me iré, pero si Ud. me promete que irá a asistirme a la hora de mi muerte”. El Padre Pío lo miró y le dijo: “te lo prometo”. Después de cuatro años de trabajo en la Diócesis de Salto, en 1941 Mons. Viola festejaba sus bodas de Plata sacerdotales, donde vinieron todos los Obispos del Uruguay, Mons. Damiani estaba muy enfermo. Era media noche, el Arzobispo de Montevideo, que después sería el 1er Cardenal de Uruguay, Antonio María Barbieri, se despertó al oír que llamaban a su puerta. Apareció un fraile capuchino en su habitación y le dijo: “Vaya inmediatamente a ver a Mons. Damiani. Se está muriendo”. Mons. Barbieri fue corriendo a la habitación de Mons. Damiani, justo a tiempo para recibir los últimos sacramentos y escribiera en un papel: “Padre Pío…” y no pudo terminar la frase. Fueron varios los testigos que vieron a un capuchino por los corredores del Obispado. En 1949, el Cardenal Barbieri fue a San Giovanni Rotondo y reconoció al capuchino que había visto aquella noche en la Curia de Salto. El Padre Pío no había salido en ningún momento del convento.
ORACIÓN
Comparto con ustedes esta oración que el Padre Pío rezaba a diario con mucha devoción.
Oración del Padre Pio:
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad les digo, pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá!”.
He aquí que, confiando en tus santas palabra, yo llamo, busco, y pido la gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío en Ti.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad les digo, pasarán los cielos y la tierra pero mis palabras jamás pasarán”
He ahí que yo, confiando en lo infalible de tus santas palabras pido la gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío Ti.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad les digo, todo lo que pidáis a mi Padre en mi Nombre, se les concederá”.
He ahí que yo, al Padre Eterno y en tu nombre pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío Ti.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre, San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros. Amén.

Para Monseñor Pablo Galimberti
“La fama bien ganada del Padre Pío hay que custodiarla como la herencia o patrimonio que uno recibe”

Siendo Obispo de la Diócesis de Salto, durante muchos años Monseñor Pablo Galimberti realizó dos misas al año en la Gruta del Padre Pío, conociendo así de forma directa a los feligreses que vienen desde todos los rincones del país, así como también de otros países, para tomar contacto con el Santo. EL
PUEBLO consultó a Monseñor Galimberti sobre los orígenes del Padre Pío.
ORÍGENES
“La figura de un Santo es testimonial –comenzó diciendo Galimberti-, alguien que ha recibido el don de la fe. En el caso del Padre Pío en su propia familia, una familia trabajadora, agricultora, con dificultades económicas. El padre después tuvo que ir a trabajar a Estados Unidos un tiempo para mandar aportes económicos. Tiene una familia normal pero con una fe muy profunda, arraigada en el sur de Italia”. “Ya a los 18 años se despierta esa vocación en él de consagrarse, de dedicarse a Dios totalmente, y quería hacerlo dentro de la comunidad de los Capuchinos que él conocía porque eran los que atendían la capilla del pueblito donde él vivía”. “Este hombre recibe estas llagas a los 18 años, que es una manera de pensar llevar las llagas de otro. Son fenómenos muy escasísimos en la historia, es como una manera de solidarizarse con aquel pensando ‘te llevo en mi corazón, en mis manos’. Y este joven pidió a Dios que le sacara esas heridas en la mano y que al principio ocultara. Se le fueron y al poco tiempo volvieron. Estaba marcado, y él en lugar de mantenerse absolutamente escondido, empezó a descubrir que allí había una misión, o sea, ser solidario con todos los que andan errantes caminantes sin destino, sin camino, ilusionados por mil espejismos”. “Así que este hombre experimentó lo que es la lejanía de Dios. La lejanía no se mide en términos de distancia, de kilómetros, sino de la conciencia involucrada en múltiples actividades, ocupaciones buenas, no tan buenas, opuestas al bien común, como si uno explotara la tierra y no le importara la contaminación que está produciendo”.
ANÉCDOTAS DEL PADRE PÍO
“Cuentan que un político muy renombrado de Italia, del Partido Comunista, a quien su esposa le suplicaba ‘por qué no me acompañas’. Un día aceptó, y de camino a San Giovanni Rotondo, donde él vivía en su comunidad religiosa, le comentaba la señora ‘puedes explicarle a este padrecito cómo va el mundo, por dónde va Italia, cuáles son las propuestas del partido’, y se encontró con que el Padre Pío empezó a preguntarle y solo con su mirada este hombre quedó como descolocado porque veía una profundidad, esa perspicacia y esa misericordia también.
O sea que era difícil esconderle al Padre Pío la propia conciencia por más que muchos decían una cosa y ocultaban otras”.
“El Padre Pío también era muy conocido porque no daba el perdón que cada uno espera. ‘Bueno padre, en nombre de Dios, perdóneme’, y él decía, ‘volvé dentro de dos meses’. O sea que no era siempre el alivio, la tranquilidad. Tanto que le decían algunos compañeros religiosos, ‘pero Padre Pío, usted manda gente y no le da esa señal del perdón de Dios’, y él los hacía volver y les decía, ‘vayan a confesarse con otro’, como quien dijera, ‘a vos te conozco todo, andá a confesarte con otro que no se da cuenta de lo que vos estás escondiendo’”. “Usaba unos guantes especiales para ocultar las heridas en sus manos, no quería que se mostraran, a tal punto que ya siendo mayor, un frailecito le dice, ‘Padre Pío, mire que sus pies dan olor’, entonces permite que lo lave. Así que lavó con mucho cariño las heridas, las secó y después este hermanito le da un beso en los pies, y él dijo ‘andate de aquí’. O sea, todo lo que era elogio o autorreferencialidad, no quería nada de eso. Al mismo tiempo que era extraordinario en sus dones, era también profundamente celoso para que eso no fuera motivo de honores, admiraciones, aplausos”.
REMANSO Y EXIGENCIAS
“Fue famoso un hospital que él impulsó, que se llama Casa para el Alivio del Sufrimiento. Muchos decían que como San Giovanni Rotondo estaba en una cierta altura, le dijeron ‘Padre Pío, ¿por qué no hace construir este centro hospitalario, que es uno de los mejores en todo el sur de Italia, en una parte más llana, un poco más alejado de acá’, y él dijo ‘no, quiAero que esté simultáneamente para que el peregrino que viene acá al templo a honrar a Dios, también se preocupe del cuerpo’. O sea, no era un hombre que vivía en las nubes”. “Es así que, por ejemplo, el Centro de Rehabilitación de Niños Discapacitados, una casa de acogida para sacerdotes ancianos, cooperativas varias, y el Centro de Formación Profesional que él inspiró y que nació del dolor del Padre Pío al ver a tantos jóvenes desempleados subir al convento a pedir limosna. Es la otra cara. El Centro hospitalario es de mucha fama, pero de alguna manera muestra un ejemplo de cómo él también quería obras, la fe que tengas obras, que se exprese y no solamente que sea una fe que sea una anestesia, un alienación.
Este compromiso es el que atrae tanto”. “Por otra parte, en el año 1918, cuando él recibe estas llagas en sus manos y en su costado, es cuando está terminando la Primera Guerra Mundial, entonces uno también puede pensar que fue una guerra que anticipó las guerras del siglo 20 y que después se fueron multiplicando. Vino la Segunda y después con todas las dimensiones atómicas, con todos los descubrimientos, etc. De modo que al morir en 1968, había formas nuevas de enfrentar los conflictos, las guerras. Simultáneamente, en medio de todos estos escenarios conflictivos y oscuros en el mundo, el Padre Pío ofrecía allí un remanso y al mismo tiempo una exigencia, porque no solo era recibir una bendición y seguir luego promoviendo la guerra o fabricando armas, que a veces se veía ese doble discurso. Así que de alguna manera se hizo solidario con todos y no era simplemente que bendecía sino que exigía mucho, era muy exigente. “De alguna manera, esto resume lo que es la figura extraordinaria de este Santo del siglo 20; pero claro, llega a todos lados y acá en Salto ni que hablar.
Tú sabrás mejor esta difusión que ha tenido la presencia del Padre Pío y también lo que pueden ser abusos, porque en nombre del Padre Pío puede aparecer un delirante que diga soy la voz del Padre Pío. Ese que vaya al psiquiatra porque no es la voz de la Iglesia. O sea que al mismo tiempo, lo religioso también se presta a abuso”.
LA CERCANÍA DEL PADRE PÍO
“He visto fotocopias de cartas del Padre Pío con su amigo Toto Tonna, también con Monseñor y con el Vicario de la Diócesis de Salto, que les decía ‘quisiera ir a trabajar con ustedes a Uruguay, pero mis superiores no me lo permiten’”.
“Así que de alguna manera, la fama bien ganada del Padre Pío también se trata de custodiarla como una herencia que uno recibe, una herencia o patrimonio, un regalo, una cercanía que uno encuentra al Padre Pío por muchos lados y que hace tanto bien”.

La gruta de Cervantes y Morquio, otro punto de gran convocatoria desde hace 20 años

Una vez que se llega al lugar, la visión panorámica de la ciudad es imponente. Se trata de uno de los puntos más elevados de Salto, que se por sí ya genera una sensación especial, a la que se suma el silencio y el recogimiento predominantes para conformar una atmósfera única. Nos referimos Cervantes y Morquioal sitio ubicado en la intersección de las calles Cervantes y Morquio. Se encuentra allí la Gruta del Padre Pío junto a la Capilla Nuestra Señora de Fátima, la Gruta Santa Maravillas de Jesús y la del Sagrado Corazón de Jesús. Todos estos elementos se hallan separados entre sí por varios metros, orientados en diferentes direcciones, pero todos en el mismo predio, grande, con césped bien cuidado, que ocupa casi media cuadra por cada una de las dos calles que lo abrazan.
Pero también hay otras construcciones, porque además de la capilla y las grutas, funciona allí el Complejo “Monseñor Emilio Ghidotti”, que incluye el Hogar de la Madre (lugar de alojamiento para madres de niños enfermos de cáncer internados en el Hospital, provenientes de lugares alejados), la Casa Scout y una escuela de fútbol infantil.
Es la Gruta del Padre Pío la que especialmente convoca a muchas personas cada día y en todo momento. El portón que da hacia calle Cervantes apenas queda recostado y los fieles saben que a cualquier hora, incluso en la madrugada, pueden ingresar al predio. De hecho, es a toda hora e incluso bajo lluvia (como presenciaron periodistas de este diario en la tardecita del pasado jueves) que hay personas junto a la imagen del Santo, con una oración o una palabra de agradecimiento en los labios. Asimismo, a un lado, un muro recibe placas en cerámica, azulejos, fotografías o simplemente notas en papel, con distintas frases de agradecimiento. “Promesa cumplida. Gracias” es uno de los textos predominantes entre las varias decenas allí colocados.
Hace un mes, se cumplieron veinte años de la inauguración de esta gruta, que cuenta con la imagen del Santo en tamaño natural y fue construida enteramente en Salto. La inauguración se llevó a cabo el 2 de mayo de 1999, fecha en que se cumplía su beatificación.

La historia de Elena Rivero oriunda de Dolores

Elena Rivero desde hace cuatro años viaja desde Dolores – su pueblo natal – junto con su hija y nietas, todos los años a visitar y a agradecer. Intenta contarnos su experiencia pero las lágrimas le impiden continuar. “Es muy fuerte”… nos dice con un hilo de voz, entonces nos lo cuenta su hija. “Mamá fue diagnosticada con un cáncer… en una operación sencilla los médicos se encontraron con tres tumores en el útero y en los ovarios. Desde el principio nos moElenavimos muy rápido y paralelamente le pedimos protección al Padre Pío”. Antes de comenzar con el tratamiento de quimioterapia y durante el proceso, Elena visitó la Gruta. Cuando su hija quedó embarazada también le pidió al Padre Pío que todo saliera bien. Ya hacen cuatro años de la operación y la familia antes de llegar a las Termas del Daymán llega al lugar y luego antes de volver a Dolores. En su casa también tienen imágenes del Padre Pío, una en el interior del hogar y otra en el patio. “Todo empezó una vez que visitamos la Gruta… sentimos algo especial… empezamos a leer los libros y ver las películas del Padre Pío y así nació nuestra devoción… es algo que nos atrapa… por más que haga mucho frío aquí podemos andar de manga corta porque se siente una energía especial.
“Creemos en los milagros… mamá felizmente se curó”. Elena siente que nació de nuevo y por más que les resulta dificultoso venir, siempre se dan espacio para llegar una o dos veces al año. Todas las noches en las plegarias de la familia el venerado sacerdote está presente. “Cuando sucedió lo del tornado en Dolores, mi auto tenía una calcomanía del Padre Pío y si bien un árbol cayó cerca y alrededor todo era destrucción, el auto no sufrió ni un rasguño. Creo que él nos protegió”.

 

 

 

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