Solo el 11% de las personas encuestadas por la empresa Factum dicen saber con exactitud la fecha en la que estamos siendo convocados los uruguayos a las urnas en las elecciones internas. Dicho sea de paso, aprovecho y les recuerdo que son el domingo 30 de junio. Eso me genera varias inquietudes, pero la primera de ellas es: ¿será que esa dejadez se debe a que las elecciones no son obligatorias?
Que a un mes de las elecciones el 89% de los uruguayos no sepan la fecha de la elección podría llegar a preocupar, pero más preocuparía si se usara el domingo para otra cosa que para ir a su circuito a votar, aun sabiendo la fecha.
No se trata pues solo de saber o conocer fechas, sino de lo que implica ejercer nuestro sagrado derecho al voto. Con nuestro voto nos transformamos en pequeños constructores de nuestro sistema republicano y democrático de gobierno. Nutrimos a los organismos del Estado a través de la savia de los representantes del pueblo, elegidos por sus respectivos partidos políticos en las urnas.
Si no participamos, nunca lograremos hacer escuchar nuestra voz, y lo que sea electo en las internas luego deberemos votarlo en octubre, aunque nos guste alguien que no llegó debido a que no tuvo votos suficientes porque, justamente, votantes como los que no fueron pudieron haberlo elegido a él y no a otro. Que no sea entonces una ley la que me obligue a ir a votar, sino que sea mi convicción ciudadana de que debo ir a votar porque el sistema necesita de cada uno de nosotros.
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