Este sábado, la Colonia Osimani y Llerena volverá a llenarse de vida, aromas y colores con una nueva edición de la feria rural, un evento que desde hace nueve años se sostiene gracias al compromiso de productores, artesanos y vecinos de la zona.
Lo que comenzó como una pequeña iniciativa local para promover los productos de la huerta familiar, hoy se ha consolidado como un verdadero espacio de encuentro, identidad y desarrollo comunitario, que atrae no solo a los salteños, sino también a visitantes de otros departamentos y turistas que valoran la autenticidad del trabajo rural.
La feria, organizada por la Sociedad Fomento Rural de la Colonia se ha convertido en un símbolo de continuidad y esfuerzo colectivo. A lo largo de los años, ha logrado mantener la esencia de ofrecer productos frescos, naturales y elaborados con dedicación por manos locales, al mismo tiempo que promueve la integración entre vecinos y la revalorización del campo.
“Lo que buscamos desde siempre es dar a conocer la producción hortifrutícola de nuestra zona y también mostrar qué cosas hacen los vecinos, desde alimentos hasta artesanías. Es una forma de demostrar todo lo que se genera aquí, con trabajo familiar y mucha pasión”, expresó Patricia Real, una de las referentes de la feria, quien destaca el espíritu colaborativo que la caracteriza desde sus inicios.
Cada edición ofrece una amplia variedad de propuestas, verduras y frutas de estación recién cosechadas, huevos, miel, quesos y panificados junto con elaboraciones caseras como picles, dulces, mermeladas, escabeches y jugos naturales. “Todo es hecho acá, por productores de la colonia. Son productos que tienen historia, que salen directo de la tierra a la mesa, sin intermediarios”, enfatiza Real.
En esta época del año, los puestos se llenan de color con la presencia de hojas verdes —espinacas, acelgas, rúculas y lechugas—, además de zapallitos, cebollas de verdeo, frutillas, tomates y morrones. Los visitantes también pueden encontrar pan casero, tartas saladas, pasteles, alfajores y panes de campo, todos elaborados artesanalmente. A esto se suman artesanías en tela, papel y tejido, costuras, plantas ornamentales y pequeños árboles, conformando un verdadero paseo para disfrutar con calma y descubrir la diversidad productiva de la zona.
Uno de los atractivos que se mantiene año tras año es la parrilla para quienes deseen almorzar o llevarse algo para compartir. “Invitamos a la gente a venir con su menage y quedarse a pasar la tarde. Es un espacio familiar, tranquilo, donde se puede comer bien, conversar con los productores y conocer más sobre cómo se elaboran las cosas”, comenta Real.
La referente destacó además que el balance del año ha sido muy positivo. “Tuvimos un año muy bueno, con jornadas de feria donde el clima acompañó. Solo una o dos veces tuvimos lluvia, pero en general las ferias se pudieron realizar con normalidad y eso ayuda muchísimo. Notamos que la gente cada vez se acerca más, algunos son clientes de hace años que vienen todos los meses, y otros descubren la feria por primera vez y luego vuelven. Es lindo ver cómo se genera ese vínculo entre quienes producen y quienes consumen”, señaló.
Esa cercanía es, precisamente, una de las claves del éxito de la feria. El boca a boca, el apoyo de los medios locales y la constancia de los organizadores han permitido sostener una propuesta que, más allá de lo comercial, tiene un profundo valor social. “Para nosotros, la feria es un punto de encuentro. Acá no solo se venden productos, también se comparten saberes, se fortalecen vínculos y se reafirma el sentido de pertenencia con el lugar”, resume Real.
En estos nueve años, la feria rural de Osimani y Llerena se ha transformado en un espacio que combina producción, identidad y comunidad. “Nos entusiasma ver cómo cada edición suma nuevas familias, nuevos productores y también nuevos visitantes. Eso nos motiva a seguir adelante, porque sentimos que vale la pena el esfuerzo”, concluyó Real.
La cita es este sábado a partir de las 13 horas, en el predio de la Sociedad Fomento Rural de la Colonia, se puede acceder por camino del Éxodo o por la Costanera, donde hay señalización que facilita la llegada.
