Pablo Bonet, recientemente designado Director de Cultura por el intendente electo Carlos Albisu, asumirá su rol el próximo 10 de julio con el diagnóstico claro de que la cultura en Salto ha sido relegada durante años y necesita una transformación urgente.
Así lo expresó en una entrevista en la que detalló las primeras acciones, los desafíos más grandes y su visión para devolverle a Salto el lugar cultural que merece.
“En primer lugar, encontré una situación de gran desidia en muchos aspectos, responsabilidad de los principales de la administración actual. Estoy hablando del Intendente, del Secretario”, afirmó Bonet. Uno de los principales problemas detectados es que el área de cultura dejó de tener rango de dirección, convirtiéndose en una simple coordinación sin presupuesto propio. Explicó que esta falta de autonomía afectó directamente la ejecución de proyectos y el mantenimiento de la infraestructura cultural.
Mejores condiciones para los funcionarios
A lo largo de las últimas semanas, Bonet ha visitado cada uno de los espacios vinculados a la cultura, ha conversado con los funcionarios y evaluado sus condiciones reales. “Lo primero que tenemos que hacer es brindarle a los funcionarios las condiciones mínimas necesarias para desarrollar su tarea”, señaló. Sostuvo que se ha encontrado con una situación que va “desde vidrios rotos y baños clausurados, hasta techos deteriorados que permiten la entrada de lluvia en museos y bibliotecas, el panorama es crítico”, enfatizó.
Un ejemplo emblemático es el Museo del Hombre y la Tecnología, cerrado desde hace más de dos años. “Se están rompiendo las cosas, se están destruyendo. No puede ser que en un museo llueva como llueve afuera”, sentenció Bonet, quien también mencionó los daños en la Biblioteca Municipal, donde los vidrios rotos en la parte superior obligaron a retirar esculturas del Museo Prati para evitar su deterioro.
“No voy a calentar asientos”
La propuesta del nuevo director apunta a trabajar en múltiples frentes con soluciones urgentes y planes de largo plazo. Se apostará a mejoras edilicias, reorganización del recurso humano, contacto con instituciones nacionales e internacionales y apertura a nuevas propuestas. “Yo no voy a hacer una gestión de calentar asientos. No va con mi manera de ser. Voy a estar permanentemente actuando con los funcionarios, con los gestores culturales y con la comunidad”.
Otro de los objetivos es recuperar el edificio del Museo Histórico que hoy ocupa CECOED. “Ese edificio tiene que volver al área de cultura y cumplir una función cultural. No puede ser una oficina más”, aseguró.
Bonet también hizo hincapié en el Teatro Larrañaga donde los altos costos de uso desmotivan a artistas y academias locales. Plantea revisar el sistema de tarifas y derivar algunos espectáculos a salas más pequeñas o espacios alternativos. “No puede cobrarse lo mismo a una academia de barrio que a un productor internacional”, subrayó.
Ampliando el concepto de cultura
Pero la propuesta no se limita a lo patrimonial. Bonet plantea ampliar el concepto de cultura, integrando a la producción local como un activo cultural y turístico. “Salto tiene bodegas, chacras, arándanos, olivos. Tenemos que generar un acercamiento productivo, turístico y cultural”.
A pesar del difícil punto de partida Bonet se muestra optimista. Sabe que hay recursos humanos valiosos, ideas potentes y una comunidad con deseo de participar. “La Intendencia no es la única gestora de cultura en Salto, es un actor más. Y debe trabajar con todos los que hacen de la cultura su vida, su pasión y su trabajo”.
Finalmente, remarcó la necesidad de una agenda cultural pública y accesible que permita a los salteños y a quienes visiten la ciudad, saber qué ocurre y cuándo. “La información es importantísima. Que la gente pueda encontrar las actividades, que las vea alguien desde Montevideo o desde Europa. Salto tiene cultura en su ADN. Queremos que vuelva a brillar”.