Rossana Guglielmone – Nurse Sanatorio Uruguay
Desde marzo del 2020, el mundo ha vivido bajo el azote de una nueva e intensa pandemia que lo tomó por sorpresa. Uruguay, no fue la excepción. El personal de la salud supo, indiscutiblemente, y lo continúa haciendo hoy, enfrentar dicha situación con esmero, responsabilidad y compromiso. En Salto, el ejemplo es sobrado, y quienes estuvieron y están aún en la primera trinchera, han sido los enfermeros, a quienes debemos darles todo nuestro reconocimiento y respeto.
EL PUEBLO dialogó con la Lic. En Enfermería, la Nurse Rossana Guglielmone, encargada de tan compleja área en el Sanatorio Uruguay, quien nos narró el cómo debieron y pudieron enfrentar a ese extraño –hoy conocido-, enemigo, resaltando el ímpetu y el esfuerzo con el que se ha venido sobrellevando tan inesperada coyuntura.

TODO UN DESAFÍO
Nosotros en el sanatorio fuimos centro de referencia de las pacientes Covid obstetras, todas las pacientes del Centro Médico obstétricas que tuvieran Covid, se tenían que asistir acá. De hecho asistimos a unas cuantas pacientes, lo cual fue todo un desafío, porque, en realidad, era la paciente, era el bebé y éramos nosotros. Entonces, había que cuidarnos entre todos, a muchas personas. Por ejemplo, en una cesárea, entran, aproximadamente, unas 10 personas, entre el acompañante de la mamá, la paciente, hematólogo, el circulante, el instrumentista, el anestesista, el ayudante de anestesia y los ginecólogos que son tres. Entonces, son 10 personas que teníamos que cuidar ahí adentro. Además, lograr de que saliera de la mejor manera posible; un bebé al que había que asistirlo rápidamente, que había que tomar medidas diferentes, la mamá, la misma historia. Iban a un área en aislamiento, la persona para poder asistirla y atenderla se tenía que vestir con todas las medidas de protección, y darle toda la atención; luego se tenían que bañar y seguir trabajando con otros pacientes.
Tuvimos momentos muy complicados, que fue cuando, nosotros teníamos pacientes que, supuestamente, venían sanos, sin sintomatología ninguna, y se les hacían testeos al azar, y nos daban positivos. Entonces, ahí, era otro desafío. Teníamos que aislar a ese paciente, aislar al que estaba al lado, ver a cadena epidemiológica de la gente que lo acompañaba. Tuvimos, también, gente que era acompañante, que aún con órdenes de cuarentena las violaban, y venían a cuidar, lo cual era todo un tema, porque, cuando nos enterábamos, la gente nos decía que les acababan de avisar que eran positivos y que se tenían que ir, y ya habían estado en contacto con todos, lo que implicaba todo un reordenamiento de pacientes dentro del sanatorio, con las habitaciones completas. Tratando, siempre, de darle, también, a la otra persona que estaba sana, la atención a sus otras patologías.
NUNCA DEJAMOS DE
ATENDER OTRAS
PATOLOGÍAS
En realidad, en este sanatorio, se siguió atendiendo el resto de todas las enfermedades comunes, que se veía y había que atenderlas. Había que operar las urgencias, había muchos accidentes, y la gente empezó a estar muy mal.
Acá nunca se dejó de lado ninguna patología, y de hecho, tratábamos de que, cuando el paciente venía por otra patología, algunas otras cosas que estaban trancadas, se las resolviera en la internación. Entonces, si el paciente tenía que irse, tenía que hacerlo bien. Quizás, hubo algún problema, sí, en algún momento, en las policlínicas, porque en lugares de policlínicas no se habían priorizado eso. Pero, los pacientes que venían con una patología, no solamente se les veía dicha patología, sino que se lo veía como un todo, y si había que resolverle algún otro tipo de problema, se resolvía. Los pacientes que tenían urgencias, por ejemplo, un cuadro de colecistitis, que es una inflamación en la vesícula y hay que resolver, si era necesario resolverla en operación, se resolvía con urgencia. Y los pacientes que sufrieron accidentes y tuvieron fracturas y fueron complicados, se los atendió y se lo hizo como corresponde.
De hecho, por ejemplo, nosotros atendemos toda la parte de traumatología, del Ministerio de Salud Pública, y tuvimos pacientes que se habían accidentado que eran Covid, y había que operarlos. Y también, con todas las medidas de protección, se los atendió.
Desafíos fueron muchos; porque, por ejemplo, instrumentábamos un protocolo, y en 24 o 48 horas, cambiaba el protocolo. Otra vez a estudiar, otra vez a pensar, otra vez a readecuar. Eso fue súper demandante; y creo que eso cansó mucho.
RECURSOS HUMANOS
En realidad, teníamos los mismos recursos humanos, que fue otro problema que tuvimos. ¿Por qué? Porque el Hospital empezó a hacer llamados y, entonces, la gente que estaba trabajando acá, empezaba allá también, cubriendo entre 12 y 18 horas, y algunos abandonaban; teníamos cambios de plantel, etc. Era todo un desafío de gente. Y todo eso se tenía que resolver sobre la marcha y se fue resolviendo. Los mandos intermedios de enfermería, son los que nunca se ven; pero, en realidad, son los que tienen que pensar y gestionar todo lo que puede pasar. Por ejemplo, nosotros teníamos pacientes que eran sanos que teníamos que atenderlos, y pacientes con Covid, que también teníamos que atenderlos. Había que instrumentar recursos para eso, como materiales específicos, por ejemplo. Y por qué, bueno, porque no se sabía nada; ahora, se sabe mucho más. Ahora se sabe que, la única forma de transmisión del Covid, es aérea. Cuando hablamos, cuando respiramos, cuando cantamos, cuando exhalamos, cuando bostezamos, y ahora, la única protección, seguirá siendo el tapabocas, el aislamiento social, el aire libre, tener las ventanas abiertas, y la ventilación. Y eso, no es fácil, porque es todo un cambio de vida. Entonces, qué sucede; a todos nos cansa, y la gente comienza a tener reacciones de estrés, importantes.
Pensaba. Fíjese en enfermería y ambulancias. Tenían que hacer traslados de pacientes con Covid, para ello tenían que vestirse todos, hacer el traslado, llegar, hacer toda la desinfección de la ambulancia para poder prepararse otra vez para salir. Y a veces, la gente cree que la desinfección se hace en 5 minutos, y no es así porque hay muchos detalles. Y la gente se quejaba porque la ambulancia demoraba. Y sí, iba a demorar. Después que pasa la ola, uno dice que es como un tsunami, pasó, arrasó y ahora qué hacemos. Y ahora lo que tenemos que hacer es retomar las tareas dentro de una normalidad que nos cuesta aceptarla, y nos cuesta cuidarnos.
ALGO BUENO DE
TODA LA EXPERIENCIA
Algo bueno de todo esto, fue que no tuvimos bajas de personal lamentables. Yo recuerdo las primeras fotos, las primeras imágenes de los enfermeros de España, que fue caótico; eso, nosotros, no lo tuvimos. Sí cansancio, mucho cansancio, porque es como todo, después que uno está en esto, es como que la responsabilidad lo lleva a que tiene que trabajar, a que tiene que hacer las cosas bien y demás, y es todo un desgaste, sin lugar a dudas.
Creo que hay algunas cosas que nos aventajan respecto a otros países. Una, que somos pocos; otra, que no tenemos un tan mal sistema de salud como la gente a veces cree, donde, es como todo, hay errores y hay aciertos, hay cosas buenas y malas; pero, por ejemplo, me consta, que la cantidad de veces que nosotros mantuvimos reuniones con otras instituciones para coordinar problemas, siempre estuvo de ambas partes la voluntad. Tuvimos cursos de capacitación para ayudarnos, para saber cómo actuar y qué hacer. También, importante. Es que no tuvimos brotes ni contagios intrahospitalarios. Los pocos contagios que tuvimos nosotros del personal, no fueron por trabajo sino por contagios familiares o sociales.
Ahora que esto va pasando bajo los estrictos controles, lo que estamos haciendo es poniéndonos al día con todo el trabajo atrasado, como las cirugías que van marchando.
Lo importante de todo esto es que el sanatorio nunca bajó la calidad de su atención. Siempre dimos y damos todo. Enfermería es así, siempre da el 100%.