Insistimos en un aspecto. No se trata de palabras, de designaciones, de declaraciones sino de hechos que fundamenten estas designaciones. Nos explicamos. Quien llega a Salto se encuentra con senda señalización que le indica que llega a una “ciudad universitaria” (¿?). Que tiene de diferente esta ciudad a otras que también tienen universidades ofrecen iguales o incluso superiores posibilidades de estudio para los jóvenes, a través de diferentes carreras.
Tiene acaso lugares gratuitos de hospedaje en forma importante (miles de apartamentos por ejemplo). ¿Tiene becas de libre acceso a la alimentación para todos los estudiantes? O estamos mal informados o esto no es así.
Por otra parte es frecuente encontrarse con autoridades que se refieren a Salto como “ciudad turística”. Nos preguntamos, salvo el agua termal (que se derrocha como si fuera infinita), ¿que cosa turística ofrece Salto al visitante?.
Tenía un zoológico (hoy cerrado), que se puede discutir o no si los animales que albergaba estaban cómodos o se sentían “presos” en su situación, pero lo que no se puede discutir es el atractivo que significaba para los visitantes, al punto tal que hoy que conserva toda su cartelería, siguen llegando visitantes.
Lamentablemente se encuentran con que no solo el zoológico está cerrado, sino el parque Harriague, un privilegio de la naturaleza, por sus particularidades, que lo alberga también está cerrado, al menos en su puerta superior, por la que intentan acceder los visitantes.
No sabemos por qué motivo está cerrado con un fuerte candado y un letrero que así lo indica.
Es hora que tomemos conciencia que no se trata de colgar cartelitos, de designaciones rimbombantes, ni de referencias pintorescas, sino de hacer lo necesario para que estas designaciones se basen en algo concreto.
En estas columnas hemos insistido en la necesidad de señalizar el tramo de ruta 3 que va de “la Gaviota” hasta las termas del Daymán, con cartelería que indique aspectos básicos del tránsito carretero, como la prohibición de circular por las banquinas o de adelantar por la derecha.
Coincidimos que son aspectos básicos, sustanciales que quienes transitan por las carreteras deben conocer, pero si no se respetan el tránsito se vuelve un caos, como lamentablemente se ha vuelto en nuestra ciudad.
Lo peor de todo esto es que muchas veces las infracciones tienen lugar ante la propia mirada de quienes se supone que están para hacer cumplir las leyes.
En fin, no queremos encontrarnos como lamentablemente se nos ha dicho más de una vez, “Uds. los salteños, piensan que con una designación basta y no se dan cuenta que quienes somos atraídos una vez de esta forma, no sólo nunca más venimos, sino que les hacemos una propaganda negativa, ante quienes piensan venir”.
A.R.D
No es cuestión de designaciones
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