Uno de los principios básicos en materia de periodismo es que lo que se publica sea una verdad irrefutable.
Sin embargo en los últimos tiempos alertábamos de lo que en su momento consideramos en un enorme riesgo y era y es la denominada “realidad virtual”. Aún nos encontramos con mucha gente que no sabe distinguir entre una y otra cosa.
Sobre un mismo hecho existen varias versiones. Vivimos en tiempos en que “la versión” ha ganado terreno a punto tal que a nadie parece importarle la fuente de la información, quien es el informante, que intereses puede tener en el asunto.
Las “versiones” se han perfeccionado y se han mejorado a tal punto que no resulta fácil saber en principio antes qué estamos. De todas formas existen aspectos que no deben darse por sabidos, como la procedencia, la fuente y demás.
Pero esto no es lo más grave, Lo que vemos como realmente preocupante es el rol que se asigna a cada “versión”. Hemos comprobado cómo muchas veces personas que uno creía bien formadas y con suficiente capacidad analítica, cuando leen determinadas versiones (el millonario que se hizo mendigo, para corroborar determinadas situaciones; el albañil maltratado y demás) son capaces de confundir la “realidad virtual” (porque es obvio que no son situaciones reales) y sus autores, se aprovechan de las personas con menos formación obteniendo sendas ganancias.
Esto es lo preocupante. Cuando no se advierte al lector, televidente u oyente ante qué se está, resulta obvio que lo que se está haciendo es publicar lo que el público quiere, lo que le gusta o prefiere y manda el “marketing”. O sea que mientras exista mercado estas versiones seguirán existiendo, como todas las novelas, de situaciones irreales.
Hoy lo que vemos ganar terreno riesgosamente es precisamente la versión. Nuestro temor es que se confunda una cosa con la otra. Las novelas, como el cine y en esto que nos disculpen los amigos cinéfilos, siempre nos han caído mal en cuanto entendemos que es una forma de “jugar” con los sentimientos del público, de dirigirlos, de manejarlos, aunque esto no rige cuando se basa en hechos reales.
Es una opinión muy personal, pero a la vez muy real en el sentido que vemos como cada vez más proliferan las personas ”atrapadas” por la “realidad virtual”, sin ver lo que realmente interesa ver, para informarse al menos, como es la vida tal cual es.
A.R.D.
