Cuando en los últimos años comenzó a conocerse el término “siniestro” como sustitución del
“accidente” en el tránsito, dijimos y así lo sostenemos hoy que hablábamos de cosas diferentes.
En materia de comunicación, no es lo mismo decir accidente que decir siniestro, porque la imagen que se hace el lector es muy diferente, la “fuerza” de uno y otro término también lo es.
Sin embargo estamos de acuerdo y admitimos que los “accidentes” prácticamente no existen.
Sencillamente porque la referencia de los medios de comunicación es a un choque o similar y ahondando en las circunstancias de estos “accidentes” encontramos que en todas las situaciones las causas estuvieron en una imprudencia, una distracción o una ignorancia.
Vale decir todos aspectos de la conducta humana. Más concretamente, imprudencias humanas que determinan el “accidente”.
Pero es obvio que la determinación de las causas es un tema de la justicia, porque hay muchos aspectos que inciden, desde la preferencia, hasta la velocidad y ni que hablar de la documentación delos conductores, la vigencia de licencia para conducir, las condiciones del vehículo, etc. etc.
Días atrás pudimos ver las consecuencias casi milagrosas del choque de dos vehículos en una céntrica esquina, habitualmente muy concurrida, que involucró a un tercer vehículo estacionado y arrancó un árbol.
Las causas del accidente deben buscarse en lo que decíamos antes y es un tema para la Justicia, pero seguro que más que accidente ha sido un siniestro, en una esquina de amplia visibilidad, donde además no sólo que el peatón tiene preferencia, sino que existe una “cebra” que recuerda y refuerza la absoluta prioridad del peatón y obliga a todos los vehículos que pasan por el lugar a circular con precaución, debido a que muchos delos peatones que suelen pasar por allí son pacientes.
Es la esquina enfrente a la entrada principal del Hospital local y además de un concurrido comercio en la esquina, hay un alto tránsito peatonal hacia la institución de pasivos existente sólo unos metros más allá.
Es que la causa principal de los “accidentes” de tránsito siguen siendo imprudencias o errores humanos. Seguimos confundiendo muchas veces la preferencia con la exclusividad de circulación y es habitual encontrarse con conductores que sabiendo que tienen preferencia aceleran totalmente excedidos de velocidad, aunque vengan a una distancia que va más allá de lo prudencial, con tal de traspasar primero la esquina.
No hablamos de ningún caso concreto, sino que intentamos aportar a la prudencia en el tránsito que solucionaría gran parte del caos que es actualmente.
A.R.D.
No confundamos preferencia con exclusividad
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