En reiteradas ocasiones hemos visto y oído como argumento sustancial para sostener la vigencia de la LUC el hecho de que hasta el momento, a más de una año y medio de puesta en vigencia, nunca se produjeron los hechos que fueran “anunciados” por quienes se oponen a su mantenimiento entre las leyes aprobadas por el parlamento uruguayo.
Honestamente hoy a poco más de un mes para que la misma ley de más de 400 artículos sea sometida a referéndum y cuando ha sucedido un hecho atroz en el sur del país, donde un joven fue “confundido” con un delincuente y poco faltó para que lo mataran, consideramos oportuno hacer algunas puntualizaciones.
En primer lugar se ha ideologizado la discusión, a tal punto que vemos que en muchos casos ni siquiera se escuchan argumentos.
Sencillamente se averigua de donde viene una versión, o una posición para rechazarla.
En segundo lugar y para nosotros está en la esencia de lo que se discute.
Nos parece tonto creer que mientras una ley no esté firme (esto es haya sido confirmada en el plebiscito), sucedan abusos y atropellos “anunciados” precisamente por quienes se oponen a ella, porque sería y en los hechos lo es, la mejor forma de darle argumentos a quienes se oponen a la vigencia de la LUC.
Ya entrando en los hechos registrados. Todo hace suponer que el joven (de 18 años recién cumplidos) fue “confundido” por su apariencia rapera (algo muy frecuente entre jóvenes y adolescentes) y por esa presunción fue ferozmente atacado, por más que explico a sus atacantes que era un residente circunstancial, en una de las casas que se alquilan a los turistas y donde se hallaba junto a su familia.
Y por último y lo más grave a nuestro entender, es la opinión de la policía femenina convocada al lugar para recibir la denuncia. Ante las manifestaciones de los agresores de que había sido una confusión, sostuvo que efectivamente hay muchos robos en la zona, lo que sonó a una justificación del hecho.
Esto es precisamente lo preocupante ¿Qué va a pasar cuando esté firme la LUC, que habilita la presunción delictiva? ¿Podrá un policía o alguien que se vista como tal, secuestrar y hasta matar a alguien a quien dice haberlo “confundido” por su apariencia? ¿Quién determina que hay “presunción delictiva”, por su apariencia, por su actitud, o porque se me “antoja”?.
Honestamente esto es para nosotros lo que hay que discutir y no si se está atándole las manos al gobierno.
No confundamos libertad, con libertinaje.
¡Que conste!
A.R.D.
