Pablo Quiñones desde El Salvador y ahora con 50 años sobre los hombros.
El fenómeno de las redes sociales, que en casos como estos, estrechan la distancia. No hay sabor a lejanía, cuando la voz de PABLO QUIÑONES llega hasta EL PUEBLO, justamente en un día demasiado especial. El día en que Pablo celebró los 50 años de vida.

Su nombre, al fin de cuentas, se metió en la historia, cuando en aquel 25 de marzo de 1995, su gol frente a Artigas en el Parque Ernesto Dicknson, implicó la consagración de Salto en el Campeonato del Litoral. Fue la última vez de un Salto consagrado a nivel del Litoral. El Litoral a secas. De los antes, desde el momento que al paso de los años lo postergaría a un segundo plano el Campeonato del Litoral-Norte. Por eso, aquel taponazo, parte misma de la historia. Se metió en ella. En aquel país centroamericano, Pablo no tendrá otra opción que admitirlo.
«El Salvador no ha estado al margen de la pandemia. De hecho en los últimos días, casos positivos en la escuela donde asiste mi hijo, por lo que retornamos por algunos días a las clases virtuales. Pero todo con la mejor onda que hay que ponerle, con la energía que no puede faltar. Lo mismo que en el fútbol, donde a veces las dificultades no faltan para determinados cobros y entonces hay que recorrer otras vías para intentar cobrar. Los que somos parte del fútbol, reconocemos que hay derechos y obligaciones. Son situaciones que se plantean, aquí también en El Salvador. Pero nada de qué quejarse y es válido siempre que uno recurra a la mejor actitud para que el fútbol como parte de la vida de uno, no deje de ser disfrutable, mientras que aquellos tiempos en Salto en particular, no se olvidan.
Estamos comunicados con los amigos del fútbol a través de un grupo de whatsapp. Una manera de compartir cuestiones del fútbol, pero sobre todo desde la condición humana de cada uno, mientras aquel campeonato…. ¡claro que no se olvida!»