Denunció al presunto autor ante la Policía y todavía espera respuesta
Leticia Azurica es una madre de seis hijos, y jefa de una familia que reside en el barrio Cerro, cerca del cruce de las calles Camino del Éxodo y Nicanor Amaro.
Su hijo Felipe, que este mes cumplirá seis años de edad, el más pequeño de los seis hermanos, recibió un diagnóstico en el mes de septiembre del 2009 con el Síndrome Nefrótico, una enfermedad auto inmune que de acuerdo a lo que les explicaron los médicos, puede ser provocado por una pequeña infección o por contacto con un elemento tóxico.
“Por esa fecha, envenenaron tres veces a nuestro perro, entre otros canes del barrio”, dijeron a EL PUEBLO. Felipe, luego de ser asistido por los médicos, estuvo diez días internado. Pero “luego se le dio el alta, porque se encontraba con bajas defensas y era más conveniente que prosiguiera con su tratamiento en casa”, declaró Azurica, quien busca una solución y que se investigue sobre este hecho que causó un daño en la familia.
El síndrome nefrótico es una enfermedad delicada, en donde las membranas externas de los riñones se inflaman y a causa del tratamiento el niño se ha vuelto córtico – dependiente.
“Es un niño que debe tener cuidados extremos, debido a la vulnerabilidad de su sistema inmunitario. Se le hizo el análisis y los resultados indicaron que padecía la mencionada afección”, dijo la madre.
“En el momento que el pediatra me explicó que las causas podrían ser una pequeña infección o el contacto con una sustancia tóxica, asocié con el veneno que algunos vecinos diseminaron para matar perros. El tema es que nadie hace nada ni quiere involucrarse”, enfatizó angustiada Azurica.
Actualmente madre e hijo deben viajar cada quince días a Montevideo, para que el niño sea evaluado por un especialista y se está intentando un nuevo tratamiento.
Es una enfermedad que puede desaparecer o tornarse crónica, lo que indica su magnitud.
VENENO PARA MATAR A LOS PERROS…
“ES UN RIESGO PARA LA SALUD DE LOS NIÑOS QUE JUEGAN EN EL BARRIO”
“Cuando se dio esta situación, la vecindad señaló a una persona como la responsable de diseminar el veneno para exterminar a los animales domésticos”, dijo la mujer.
“Lo cierto es que nuestro hijo se encuentra enfermo y no sabemos a quien acudir para que dejen de usar ese tóxico que pone en riesgo la salud de la gente que está en la zona”, informó la entrevistada.
Ella “piensa que es más de una persona la responsable”. Y denuncia que “este señor que denunciamos en la Seccional Quinta de Policía (como el presunto responsable de diseminar el veneno en la zona), es un ex policía y no sabemos porqué razón hasta el momento no nos dieron respuesta”, cuestionó la vecina del lugar.
Comentó que según datos que le fueron aportados por otra mujer del mismo barrio, “hace dos meses una vecina nos comentó que ese mismo vecino que denunciamos, había amenazado con volver a tirar el veneno para matar a los perros. Yo le pedí que por favor, no volvieran a diseminar el tóxico, pues mi vida corre peligro”, sostuvo.
De acuerdo a las expresiones de Leticia Azurica, el día que a su hijo le dieron de alta, una niña que vive a dos cuadras de su casa, fue internada con una sintomatología similar, lo que aumenta las sospechas de la progenitora, que se trate del elemento tóxico que haya perjudicado seriamente la salud del pequeño Felipe.
En el caso de la niña que estuvo internada, ésta vio afectada sus articulaciones, lo que señala que se trata de otro daño causado por el mismo hecho.
VARIOS CANES MUERTOS POR EL VENENO
“Luego que mi hijo se enfermara, al año siguiente, en mayo del 2010 volvieron a envenenar a los perros. Nuestro perro finalmente se murió y con él varios más quedaron tendidos muertos por las calles del barrio”, narra Azurica el tremendo epoisodio que les tocó vivir.
Dijo que para tratar de lograr un impacto positivo en estos temas, “llamamos a la Intendencia y a los funcionarios, los que vinieron a levantar los cadáveres y uno fue levantado de una casa particular por la protectora de animales, PRODEA”, aseveró la entrevistada.
Azurica vino a EL PUEBLO para acercarse a dar su testimonio con la finalidad de que alguien investigue cuál es el elemento tóxico empleado por el vecino del lugar y que él o los responsables, dejen de tirar veneno, ya que lo consideran “un peligro inminente”, tanto para los niños como para los adultos del barrio.
“Mi hijo ya está cansado de viajar a Montevideo y su salud está muy quebrantada, ya no sabemos qué hacer”, reveló la mujer.