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Miguel Ángel Silveira: “Yo quiero, yo puedo y yo soy capaz…El “no puedo” no es parte de mi vocabulario”

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“Miguelito”, así, con ese diminutivo, este salteño de 21 años, se ha hecho sumamente popular en diferentes ámbitos de Salto. Hay quienes lo recuerdan por su pasaje por Primaria, otros por el liceo o por la UTU, otros por haberlo visto y escuchado cantar sobre un escenario en algún festival…Pero hay una cosa que se repite: la humildad, el respeto hacia los demás y la corrección con que este joven se maneja en la vida. Es sumamente estudioso, además de ser Bachiller, cursa 5to. año de Piano en el Conservatorio Departamental de Música y, como si fuera poco, recientemente obtuvo un título en una Universidad de Venezuela. Todo esto, quizás no sea valorado en su justa dimensión si no se dijera que Miguel es no vidente desde su nacimiento.

1-Te pido que empieces presentándote y para eso, hablemos de tus primeros años…

Me llamo Miguel Ángel, soy nacido el 28 de febrero de 2003. Nací prematuro, pesaba 580 gramos cuando nací y tuve muchos problemas de salud (estuvo 77 días en CTI), pero afortunadamente lo único que tengo es la ceguera. Digo afortunadamente porque me considero una persona bendecida. A mí me decían que iba a quedar con miles de problemas, que no iba a tener una vida normal, incluso parecía que me moría, estaba muy complicado. Pero yo soy una persona muy creyente y acá estoy, en la lucha. Hay muchas pruebas, muchas luchas, pero yo tengo un dicho que es “Yo quiero, yo puedo y yo soy capaz”. El “no puedo” no es parte de mi vocabulario, aunque he tenido momentos difíciles, momentos de bajón como dicen los adolescentes…Pero siempre en la vida tenés que ser positivo, la negatividad no te lleva a nada, solo te conduce a complicarte más la vida.

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2-Contanos sobre tu ceguera…

Tengo una condición que se conoce como retinopatía del prematuro. Mi retina no se desarrolló por nacer muy antes de tiempo, está como una pasa de uva digamos. En realidad es medio raro de explicar, porque cuando uno nace la retina se conecta al nervio óptico que está en el cerebro. Allí se arrolla y luego se desarrolla; mi retina se desarrolló pero no como debía, más bien quedó arrugada,como si se hubiera arrollado y desarrollado una cartulina. Por eso digo que quedó como una pasta de uva. No hay solución para eso. Sí hay para otros tipos de ceguera digamos, pero para esta no, no hay.

3-Siempre has estado estudiando, ¿cuál ha sido tu formación?

Empecé la escuela a los dos años y medio, en la Escuela 97. Ahí me prepararon en el tema de utilización de los dedos, que para un ciego es muy importante. Y empezamos con el sistema Braille. Para un ciego no saber Braille es ser analfabeto, no podría acceder a otros conocimientos. Después, a los seis años pasé a la Escuela 5. En el horario de 11 a 12 nos daban clases especiales a los niños ciegos y con otras dificultades, y en la tarde nos integrábamos a las clases normales de 13 a 17. La experiencia fue muy buena. Solo tengo cosas buenas para decir. Uno en la vida tiene que quedarse siempre con los recuerdos y con las cosas buenas, lo demás debe ser desechado. Más adelante fui al Liceo 7, donde también tuve un excelente trato de profesores y compañeros, no quiero nombrar a nadie para no olvidarme, todos fueron muy buenos. Recuerdo que en la pandemia, hasta había un profesor de matemática que me iba a dar clases especialmente. Luego cursé Bachillerato en UTU. Todo es un gran esfuerzo de todas las partes, no solo mío, también de los docentes, de los compañeros y de mi familia, sobre todo mis padres (Luisa y Omar).

4- Y además estudiás música…Pero recuerdo que ya desde muy chiquito cantabas, ¿cómo es eso?

En el Conservatorio Municipal estudio Piano, ya en 5to. año. Pero sí, empecé a los cuatro años tocando la guitarra y cantando. “De una bailanta con acordeón” fue la primera canción. A los nueve años me di cuenta que la guitarra no era lo mío. Entonces un día estábamos en casa escuchando Entre mate y mate (programa de Radio Libertadores) y le digo mamá: Me gustaría empezar a tocar el teclado. Y papá me dice: “¿Por qué no hablás con la gente de la radio?, capaz te ayudan”. Y lo hice; me acuerdo que me atendió Claudino y le dije que me encantaría empezar a tocar el teclado, porque la guitarra para un ciego es muy compleja, no la podemos tomar verticalmente como la agarran las personas que ven. Estaba Carlos Ríos que también le dio difusión, y ese mismo día conseguí mi primer teclado, es algo que nunca me olvido.

5-De todas maneras, uno piensa que si es difícil aprender un instrumento para cualquier persona, debe ser más aún para quien no ve, ¿o no?

Y sí…Aprovecho para decir que un problema que tenemos acá es, por ejemplo, que no tenemos partituras en Braille. Las partituras son fundamentales para las obras clásicas, que es lo que generalmente se estudia en un conservatorio. Ahí ya hay un obstáculo. Pero yo dije siempre que todo se puede superar…El conservatorio me ha ayudado a superarme mucho, me dio otra formalidad en el estudio, yo mismo me doy cuenta que mejoré muchísimo la postura a la hora de tocar, el movimiento de las manos, la digitación, el no tener tensión a la hora de tocar y tener expresividad…

6-¿Ese obstáculo de la falta de partituras en Braille cómo se supera?

Con ayuda del profesor, Mario Torres, que es el que me da las clases, además es Director del Conservatorio. Una opción es que él me vaya tarareando la melodía, o me vaya diciendo las notas y yo las voy replicando en el teclado, en vez de ir mirándolas en la partitura como hace alguien que ve. Por eso se necesita partituras en Braille, más allá que una persona ciega no puede tocar y leer a la vez, porque tendría que tocar con una mano y leer con la otra…Pero igual sería una ventaja tremenda tener esa partitura y tener gente preparada para eso, en musicografía. Porque una cosa es un texto cualquiera en Braille y otra cosa una partitura, un lenguaje mucho más técnico que requiere gente especializada.

7-¿Cuál es tu música preferida?

La que transmite algo profundo. La música clásica es mi género favorito. Después, el folclore, como Los Olimareños. Incluso tuve el honor de cantar con Pepe Guerra en 2014. Por otro lado, en cumbia me encantan las canciones del Chacho Ramos.

8-El hecho de ser Bachiller te abrió otras puertas. Sé que hace poco obtuviste un título universitario. Contanos…

Sí, en la Universidad 4Geeks Academy, de Venezuela, que se creó en 2015. Ellos tienen un método muy revolucionario de enseñanza. Por ejemplo un curso que dura un año y medio, para ellos dura cuatro meses, para que se hagan una idea. Es mucha información la que cae, pero es muy bueno eso, porque te entrena la mente y la mente es un músculo que hay que ejercitar. Al darte toda esa información, el estrés y la presión aumentan, pero aprendés mucho más rápido y de una manera mucho más óptima. Allí cursé desarrollo web, Desarrollador Web Full Stack se llamaba el curso.

9-Creo que la tecnología, la informática, es algo que siempre te atrajo, ¿verdad?

Sí, sobre todo porque muchas personas, por desconocimiento me decían: “No, esto no lo podés hacer porque vos sos ciego”. Y yo decía: Esperá, sí lo puedo hacer, demoro más, me cuesta más, o quizás con otros métodos, pero lo puedo hacer. Además, ustedes no se imaginan la forma en que está avanzando la tecnología. Incluso ahora tenemos la ayuda de la Inteligencia Artificial, y tenemos una aplicación en los celulares que se llama Be my eyes (Sé mis ojos) que básicamente lo que hace es que cuando le sacás una foto a algo, con la inteligencia artificial te la describe. Y te permite llamar a gente voluntaria que te ayude, lo hacés con inteligencia artificial o podés llamar un voluntario que te ayude en lo que necesites. 

10-Sé que tenés muchos sueños, proyectos, etc., pero si te pregunto por un objetivo inmediato, ¿qué decís?

Hay unos lentes, son de Meta, la  empresa dueña de Facebook, que para los ciegos son buenísimos. Tienen cámaras y sensores especiales que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida a la hora de movilizarnos, de interactuar con personas y con objetos…A mí me gustaría conseguir esos lentes, incluso ya tengo compañeros que los tienen. Todavía tengo que investigar más, pero cuesta ese modelo unos trescientos dólares, y tengo que investigar porque no sé si en Uruguay hay estos lentes o hay que importarlos. Pero me gustaría mucho poder conseguirlos.

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