Carolina Albernáz Pereira
Desde muy joven comenzó a compartir su arte, incluso en las páginas de EL PUEBLO. Hoy lo despliega pasando por la pintura, la caricatura, el diseño, la fotografía, la docencia y un largo etcétera. La charla se da con total naturalidad dando respuestas que hacen pensar por su visión crítica y aguda que invitan a la reflexión del mundo que nos ha tocado en suerte vivir.

¿De dónde viene su vocación por el dibujo?
- Fue una pasión desde siempre. Siempre admiré y observé los detrás de las películas, de los dibujitos, me interesó mucho lo que era el armado, por ejemplo, de cómo se hacía el storyboard de las películas y para las publicidades. Me gustaba cómo funcionaban las cosas, pero en vez de hacer como mis hermanos, que desarmaban una radio para saber cómo funcionaba, yo trataba de desarmar lo que era una película para ver cómo habían trabajado la fotografía. Hacía viñetas de una película, de los libros y sobre todo con las canciones. La inspiración de muchos de mis trabajos es la música.
¿Se puede vivir del arte?
- Esa es una pregunta que nos hacemos todos. No sé si vivo del arte, pero trabajo exclusivamente dentro del arte desde hace mucho tiempo. Trabajo en diseño, fotografía, escenografía, maquillaje artístico, doy clases, además de ser decoradora, muralista, retratista y caricaturista. He trabajado en todas las áreas porque se necesita ser interdisciplinario para poder sobrevivir en este ambiente, se necesita tener una formación en todas las áreas. Incluso, cuando empezamos a discutir entre nosotros qué es arte y quiénes son los artistas, creo que pasa por un proceso de validación. Entonces, yo me considero pintora o dibujante, y el concepto de artista no me lo doy yo.
¿Hay pinturas suyas en la ciudad?
- Está el mural de Ferro. Trabajé muchos años en decoración de los bailes y pubs y, por ejemplo, en Etiqueta Negra, W, Troya, Aisha, trabajé mucho la parte de murales. También en pintura de comercios, luego en algunos murales que han desaparecido. En San Antonio hice uno muy lindo que se trataba de la fauna de aves del entorno de Salto. Me asesoró Rinaldi para ese mural, lo trabajamos con el Comisario Francisco Alvez que es un artista excepcional de la escultura. La verdad que hoy extraño hacer murales.
¿Qué trata de transmitir a través de su arte?
- Al ser humano en relación con la naturaleza. Creo que nos definimos a partir de un ser total que es la Humanidad. El ser humano tiene tantas facetas y es tan diverso que se puede pintar, dibujar, esculpir, filmar, fotografiar eternamente y nunca se va a poder divisar en eso toda la complejidad del ser humano. Todos deberíamos practicar en algún momento algún tipo de arte, algún tipo de expresión artística. Es una necesidad del ser humano hacer arte.
¿Cómo ayudan los valores que ha adquirido, seguramente de la familia, para transmitirlos a través de su arte?
- Inciden mucho porque en un principio tenía algunos prejuicios con respecto a determinadas formas de arte y traté siempre de centrarme en la belleza, y era una forma un poco sesgada de ver la realidad y de lo que es el arte en sí. Traté de diversificar mi concepción y visión del mundo, fui asimilando procesos creativos, y eso me ayudó a enseñar porque no podés enseñar solo lo que vos hacés. Cada individuo al que le vas a enseñar tiene un universo para expresarse distinto.
Mis padres son la raíz de mi pensamiento en ese aspecto, me dieron siempre la libertad para experimentar y para ver al mundo con mis propios ojos. De hecho, mi pensamiento es bastante distinto, con mis hermanos pensamos muy distinto, pero las raíces y los valores son los mismos.
Busco sentirme bien con lo que hago, no me verán hacer cosas demasiado grotescas, jamás, no me gusta el Arte VIP (Video, Instalación y Performance), han roto demasiados esquemas y barreras a la hora de hacer arte y se ha perdido lo que es el arte, que es transmitir un mensaje, hacer crecer, o no, pero transmitir algo, y eso se perdió. Hoy lo que importa es el discurso que hay detrás de un cuadro o de una pintura o de una escultura o de un video y no la obra, que no trasciende, lo que trasciende es el discurso. Prefiero mantenerme dentro de lo que son las líneas de trabajo más clásicas, el proceso creativo para mí es lo más importante, es como vivir.
Recién dijo que veía al mundo con sus ojos, ¿le gusta lo que ve?
- Soy un poco crítica con respecto a eso, pero he ido entendiendo que en la vida no tenés que buscar que las cosas del mundo te gusten sino entender que de alguna manera tenés que adaptarte. Eso no quiere decir que aceptes todo ni que te vuelvas blando ante lo que te impongan, pero que con respeto, se tiene que decir lo que se piensa y se tiene que hacer lo que uno desea hacer.
¿Vivimos en una sociedad líquida, como sostiene Bauman?
- Ahí entramos en un tema capaz más largo. Tengo una idea que capaz me gobierna de alguna manera, que es que el ser humano es como un virus. El ser humano vive para sí mismo, ocupa un cuerpo que es el planeta, lo disfruta, lo explota, pero no debe matarlo, lo va a absorber hasta el punto en que el planeta diga basta. En la vida de un virus hay un momento cumbre en que se reproduce y se reproduce cada vez más, hasta que llega a una tangente que es el momento de autodestrucción del virus. Y lamentablemente creo que estamos llegando a ese punto. O mutamos y cambiamos, nos volvemos parte del cuerpo que habitamos o vamos a desaparecer. La pérdida de los valores que te enseña la familia, como la solidaridad real, no la manoseada que vivimos todos los días y de la que se habla en la televisión. La solidaridad real nos puede llevar a comprendernos uno al otro, la compasión, la paciencia, la capacidad de adaptabilidad del ser humano al otro, el respeto por el otro, eso es lo único que nos puede salvar.
Dijo que es crítica, ¿eso le impide ser optimista?
- Y a veces sí. De todas maneras, no soy malagradecida ni con Dios ni con el mundo, por eso siento que adaptarse es la única manera.
¿Cree en Dios? - Creo en Dios, no sé si de la manera que lo define cualquier tipo de religión, pero sí creo en Dios. No creo en el dogma.
- ¿En qué cree?
- Hay una frase que lo resume, si dios es amor, no hay otra forma. Pero nos estamos alejando, nos estamos olvidando de todo esto por estar todo el tiempo con el celular en la mano. A ver, yo consumo mucho arte por el celular, pero veo y percibo que es más fácil pasar videos en Tik Tok que buscar algo que te interese, investigarlo, aprender de eso, buscar otras alternativas, otras voces.
- ¿La tecnología nos está deshumanizando?
- La tecnología es una herramienta válida como cualquier otra, el tema es cómo la usamos. Entonces, sí nos deshumaniza el hecho de tener muchos amigos en el Facebook y no tener contacto real con tus verdaderos amigos o con tu familia. Estamos viviendo un momento en el que almorzar juntos en familia es estar almorzando con cien amigos en el Facebook sin charlar con la gente que tenés enfrente.
¿Quién o qué es su cable a tierra?
- Mi hijo es mi cable a tierra, la razón por la que sigo creyendo realmente en la Humanidad, porque veo a mi hijo crecer con amor, con tolerancia. Es un niño como todos, muy bandido, pero además, es sumamente curioso del mundo que lo rodea, cuestiona cosas, busca fortalezas y debilidades de la situación, trata de explicar en su mente qué es lo que está pasando, hace cuestionamientos y preguntas por lo que yo dejo de hacer lo que esté haciendo para sentarme a ver por qué él pregunta eso. Es algo que hacen todos los niños, y a veces están en el celular, te hace contestar superficialmente a una pregunta existencial que te está planteando un niño de 8 años, y por qué le están enseñando tal cosa en la escuela, por qué la gente dice esto de fulanito. O sea, te hace preguntas que están formando su persona, cuestiones que él se hace así mismo.
En la visión de los niños del mundo puede estar ese quiebre hacia otra situación, en esa mutación a lo que vamos yendo, que para mí es la extinción de los valores, el sentido de la vida humana, porque, ¿qué es lo que queremos de la vida? ¿Tener un auto cero kilómetro? Y quizás sí, para llevar a tu hijo al colegio, pero eso de estar consumiendo todo el tiempo lo que te venden es abrumador, agotará los recursos del planeta, nos agota a nosotros y se pierde el valor de la vida, que es lo que ahora se está viendo.
Hoy por:
Leonardo Silva
