¿Mercado interno?… La familia que produce más limones en Brasil no exporta la fruta.

Ernestino da Costa Mello y su familia esperan cosechar 30.000 toneladas este año. Aunque la producción de limón no es orgánica, Costa Mello utiliza cada vez más insumos biológicos para reemplazar los productos químicos.

En 1985, Ernestino da Costa Mello, su esposa Alacir y sus hijos, Edvaldo y Everaldo, llegaron a Paranapuã, ciudad del extremo norte de São Paulo, con un tractor, un Beetle, 20 cabezas de ganado, «la cara y coraje». La familia se encontraba sembrando cebollas en Monte Alto (SP), a casi 300 kilómetros de distancia, cuando decidieron mudarse para cultivar limones en la nueva ciudad. El plan era aprovechar el auge del cultivo de cítricos en Brasil, que se fortaleció después de que las heladas afectaran las plantaciones de Florida, Estados Unidos, que en ese momento contaba con el mayor parque de cítricos del mundo.

Casi 40 años después, los Costa Mello se han convertido en los mayores productores de limón Tahití en Brasil. La producción se lleva a cabo en 900 hectáreas, con plantas adicionales en crecimiento en otras 100 hectáreas. La cosecha, estimada en 30.000 toneladas este año, se vende exclusivamente en el mercado interno. Hasta el 70% de la producción es transportada diariamente a São Paulo por camiones propios de Costa Mello. En la capital paulista, la hija de Edvaldo, Emely, y su yerno, Rafael Bravo, realizan las ventas en la CEASA.

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Al menos la mitad de la cosecha actual corresponde a limones «premium», más grandes y con una piel suave y sin imperfecciones. De entre el 5% y 10% de la fruta, la que presenta imperfecciones, se destina a la industria del jugo. La familia distribuye el 20% restante entre frutas de primera y segunda categoría, que se venden a clientes de siete estados que recogen la carga en la finca.

“Exporté a Europa en 1999 y 2000, pero no valió la pena. Mi enfoque está 100% en el mercado nacional, pensando en clientes que prefieren un limón de mayor calidad”, comenta Edvaldo. Aunque la producción no es orgánica, la familia implementa buenas prácticas, gestiona cuidadosamente la agricultura y utiliza insumos biológicos en lugar de químicos.

Brasil produce 1,6 millones de toneladas de limón al año, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Los Costa Mello han mantenido su liderazgo en la producción de limones sin vender al mercado exterior, lo cual es destacable dado que el limón es uno de los productos de exportación más importantes de Brasil. En 2023, se exportaron 166.600 toneladas de limones y limas, generando 172,3 millones de dólares, según la Asociación Brasileña de Productores y Exportadores de Frutas y Derivados (Abrafrutas). Solo los mangos, melones y uvas generaron mayores ingresos.

Después de la cosecha, los limones se llevan a la empacadora, una instalación de 5.400 metros cuadrados, donde los empleados los lavan, aplican cera para darles brillo y extender su vida útil, y los empacan en cajas de 12,5 kilos. En promedio, el equipo procesa 200 toneladas de limones por día, y la familia emplea a 600 personas.

Las fincas cuentan con cuatro pivotes de riego, además de cañones de riego, lo que asegura una productividad de entre 30 y 60 toneladas por hectárea, con una producción destacada en las unidades de Minas Gerais. Este año se espera una cosecha récord, pues comenzarán a producir nuevas plantas y el clima ha favorecido el crecimiento, con una floración intensa en marzo y dos más previstas.

Edvaldo afirma que, tras cuatro años de baja rentabilidad, el precio de 2024 para los productores oscila entre R$ 2 y R$ 2,50 por kilo, mientras que el costo de producción ronda los R$ 1,50 por kilo. Mayo y agosto son los meses de menor producción y precio.

En la finca de Paranapuã, la incidencia de la enfermedad «greening» es baja, aunque se implementan trampas para monitorear el psílido que transmite la plaga, especialmente porque la infestación ha aumentado en la región central del estado en los últimos años.

La Fazenda Santa Rita, sede de Costa Mello, alberga actualmente experimentos de EMBRAPA, donde investigadores trabajan para identificar clones más resistentes y productivos. También hay alianzas con el Instituto Agronómico (IAC) y la Coordinación de Asistencia Técnica Integral (CATI). “Los limones se vuelven productivos al año y medio, y las naranjas, a los tres años y medio, lo que reduce la incidencia de enfermedades en este ciclo”, informa Edvaldo. (Fuente: en base a Eliane Silva – GLOBO RURAL – BR)

Mercado
A continuación, informamos sobre la comercialización, según los informes de precios mayoristas de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana:

Jueves 24 de octubre de 2024: La jornada registró menor actividad en comparación con el inicio de la semana. Los pronósticos de temporales y alertas naranjas para mitad de semana afectaron la llegada y compra de mercadería en el mercado mayorista. Se verificó una disminución en los precios de pimientos rojos y verdes, tomates redondos, calabacines, pepinos, habas, chauchas, ajíes catalanes, zanahorias, zapallo Kabutiá, arándanos, melones y fresas. En contrapartida, aumentaron los precios de brócoli, cebollas de verdeo, arvejas, berenjenas y mandarinas Murcott. Como novedad, se registraron los primeros ingresos de calabacines de reciente cosecha, provenientes de cultivos protegidos del litoral norte.