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viernes, 9 de mayo de 2025
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Margarita y Federico

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Diario EL PUEBLO digital
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A comienzos de este mes, el día 5 concretamente, recor-dábamos un nuevo aniversario del nacimiento de Fede-rico García Lorca (nacido en 1898). Terminando el mes, el miércoles 29, fallece Margarita Muñoa, “Piba”. ¿Qué tienen en común para que hoy los enlacemos en esta página? No solo que fueron poetas ambos; y no solo el mes de junio, que ahora pasa a ser escenario para el recuerdo de ambos; también los une la admiración de la salteña por el español y la curiosa anécdota que a continuación narramos. Corría el año 2010 y el profesor Leonardo Garet realiza un verdadero hallazgo: encuen-tra un magnífico poema de Margarita Muñoa, inédito, en admiración a Federico García Lorca. Un poema que ni siquiera su autora recordaba, y que sin embargo había sido atesorado, en una caja, por al profesora Lithé Ave-llanal. En aquel momento, el poema fue incluido en una nota de Garet sobre “Federico García Lorca en Salto”, que publicó la revista salteña -ya desaparecida- La Pie-dra Alta. Hoy EL PUEBLO lo comparte con sus lectores, como homenaje a Margarita y Federico.
A FEDERICO GARCÍA LORCA
Yo nací para amarte, Federico,
para volverme fuego mirándote a los ojos,
para entregar el alma dormida a tu sonrisa,
para escuchar tu canto y adorarte de hinojos.

Debí haber sido tierra para beber tu sangre, debí haber sido estrella para besar tu frente; pero Dios me hizo carne para llorar tu carne, para gritar tu nombre, para vengar tu muerte.

Y te encuentro en el árbol, en la sombra y el agua, en el dolor y el grito, en la piedra y el cielo;
te encuentro en la ceniza y en el dolor del viento, en el beso, en la lluvia, la luz y en la mirada.
Todo el dolor de España cabe en tu muerte inmensa y tu muerte no cabe en el cielo ni en la tierra!Toda la sangre de ellos no lavará tu sangre,
y tu voz apagada y tus manos tan quietas!
Muda y sola tu boca dormida entre la hierba;
en el azul tu alma, libre ya eternamente…
y la doliente herida de luz amarga y cierta:
nunca más, Federico, Federico por siempre.

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