La lluvia arreció ya en horas de la mañana del sábado. Estaba cantado. Los pronósticos esta vez no fracasaron. No dieron puntada sin hilo. Sobre el mediodía, el registro de casi 60 milímetros y podía suponerse ya, las condiciones que ofrecía el Parque Juan José Vispo Mari.

Así planteada la situación, el Secretario de la Liga de las Colonias Agrarias, Marcelo Volpi, tentó comunicarse con el presidente de la Organización del Fútbol del Interior.Mario Cheppi (el que sueña sumarse a la delegación uruguaya en el Campeonato Mundial de Qatar), nunca atendió el llamado del directivo agrario, por eso se comunicó con el concejal de OFI en la Confederación del Litoral Norte. La respuesta fue concreta: «el único que puede suspender el partido es el árbitro». Restaban SEIS horas para el comienzo de la doble programación. La idea agraria era la de postergar.Lo sucedido es una perla más en el collar de OFI, que deja en claro que LOS JUECES MANDAN MÁS QUE LOS DIRIGENTES. Los dirigentes en un plano secundario, sometidos a los designios DE QUIENES SON FUNCIONARIOS Y COBRAN PARA DESARROLLAR LA MISIÓN. ¿Pueden tolerarse contrasentidos como estos?Pero también, una cuestión de hecho: las dirigencias de cada Liga a veces sin pretenderlo, se transforman en cómplices de estas asociaciones absurdas.Allá en OFI, y entre cuatro paredes, están los que deciden. Aquí abajo, los que aceptan las reglas sin margen para la rebeldías. Les acunan los vicios a quienes ostentan el poder. Lo penoso es que lo saben y no reaccionan. Hasta pareciese que el sometimiento les endulza el alma. ¿O de qué otra manera puede interpretarse tanto machetazo a la razón?