El vertido de un millón de litros de soda cáustica a las aguas de un arroyo afluente del río Negro en nuestro país, como consecuencia de una falla (según dicen) en una pileta de acopio de UPM 2, replantea el tema de los delitos ambientales tan discutidos en nuestro país.
No sólo éste, sino esencialmente si el sistema actual, que permite saldar con el pago de una multa la negligencia, el descuido o el accidente, según lo que sostiene la empresa responsable del hecho, es adecuado y replantea varios aspectos.
En primer lugar debemos decir que fuimos de los que apoyamos el proyecto UPM 2, pero como todo proyecto de esta envergadura, confiamos en los daños ambientales y el riesgo al medio ambiente serían debidamente analizados y establecidos los controles e impedimentos de medidas dañinas necesarios.
No nos cierra ahora, que el Ministerio de Ambiente diga que el daño causado es absolutamente reversible. Tampoco nos cierra que el control ambiental en estos casos es interno y en estos lugares de depósito, como no hay emanaciones, no se controla…
Menos nos cierra el hecho de que una empresa que exporta algo así como 2.000 millones de dólares al año, salde el enorme daño ambiental causado pagando una multa de 40 mil dólares que no le moverá la aguja.
Ni que el Ministerio de Ambiente haya demorado 5 días en concurrir al lugar. Los delitos ambientales son a menudo irreversibles o tardan muchísimo tiempo en reponerse y que no nos vengan con que las lluvias han beneficiado al disolver la soda vertida por accidente, porque esa agua de lluvia normalmente incide sobre la naturaleza y al estar “contaminada”, no sabemos cómo puede afectar otros elementos tan “caros” al interés del país.
No basta con decir y verificar las condiciones del curso de agua afectado. Hay que saber que para que vuelva al mismo punto en que se encontraba por lo menos pasará mucho tiempo.
Esto es como el tema de la caminería rural. Vale decir el que rompe debe pagar, pero no basta con esto, sino que el pago debe ser acorde al daño causado, así sea por ignorancia o por “accidente”.
Pero insistimos una vez más. No basta con la multa o la sanción, por onerosa que esta sea, sino que las principales medidas deberían de apuntar a la prevención, a evitar que estos hechos sucedan, porque en caso contrario el costo puede ser mayor al esperado.
A.R.D.