Hay domingos que cuando anochece, tengo muy claro qué dirá esta contratapa de lunes. Otros no. Esta semana que pasó, estuve varios días ansioso esperando que llegara el domingo para ponerme a escribir con esta libertad que lo hago ahora, casi como llevando el pensamiento al papel sin demasiado filtro, a puro impulso, casi como un desahogo. Es que no tenía del todo claro sobre qué escribir, porque temas había muchos. Confieso que para quien escribe, debe ser una de las mejores sensaciones la de estar frente a la pantalla en blanco sin saber cómo empezar siquiera. Una mezcla de desconcierto, incertidumbre y felicidad por la oportunidad que se despliega ante los ojos y en la punta de los dedos.
Confieso que fueron días en que me atropellaron los números, como estos:
2.078.082.033
3.000.000
55,8 %
38,3 %
Al mismo tiempo, me atropellaban noticias que no llegaba a entender del todo, y que por momentos me parecían verdaderos absurdos, como si estuviera soñando, como la polémica por la canción Azuquita Pal´ café. Que “el tema responde a patrones históricos de la sociedad patriarcal”, dijeron autoridades de la Intendencia de San José e intentaron una suerte de censura; mientras que la asesoría letrada indicó que la canción “no viola ningún derecho fundamental”. En fin…
Pero, ¿de qué son esos números que mencionamos en líneas anteriores? El primero, número que incluso cuesta pronunciar en modo literal (dos mil setenta y ocho millones ochenta y dos mil treinta y tres pesos) corresponde al déficit de la Intendencia de Salto. Se lee esa cifra como resultado acumulado al 31 de diciembre de 2022, como saldo negativo (-) en la diferencia entre el Activo y el Pasivo. El segundo (tres millones), sería en dólares, es decir tres millones de dólares, lo que aumentó el gasto la CTM de Salto Grande entre los años 2021 y 2022 (en gran parte en sueldos y remuneraciones). En tanto los porcentajes, 55,8 y 38,3 corresponden, respectivamente, a la cantidad de estudiantes que ingresaron últimamente a estudiar Magisterio y Profesorado y tuvieron resultado bajo o muy bajo en producción escrita, y en comprensión lectora.
De todas maneras, entretanto, entre tantas preocupaciones por números y más números, datos y cifras que encienden alarmas, y ya que estamos hablando de cuestiones vinculadas a la lectura, por suerte despejé un poco la mente disfrutando de esta exquisitez de palabras que estos días nos regaló la escritora uruguaya (radicada en España) Cristina Peri Rossi:
PARA QUÉ SIRVE LA LECTURA
Me llaman de una editorial
y me piden que escriba
cinco folios sobre la necesidad de la lectura
No pagan muy bien
¿quién podría pagar bien por un tema así?
pero de todos modos
necesito el dinero
así que enciendo el ordenador y me pongo a pensar.
sobre la necesidad de la lectura
pero no se me ocurre nada
es algo que seguramente sabía cuando era joven
y leía sin parar
leía en la Biblioteca Nacional
y en las bibliotecas públicas
leía en las cafeterías
y en la consulta del dentista
leía en el autobús y en el metro
siempre andaba mirando libros
y me pasaba las tardes en las librerías de usados
hasta quedarme sin un duro en el bolsillo
tenía que volver a pie a casa
por haberme comprado un Saroyan o una Virginia Woolf
Entonces los libros parecían la cosa más importante de la vida
fundamental
y no tenía zapatos nuevos
pero no me faltaba un Faulkner o un Onetti
una Katherine Mansfield o una Juana de Ibarbourou
ahora la gente joven está en las discotecas
no en las bibliotecas
yo me hice una buena colección de libros
ocupaban toda la casa
había libros en todas partes
menos en el retrete
que es el lugar donde están los libros
de la gente que no lee
a veces tenía que seguirle durante mucho tiempo
las huellas a un libro que había salido en México
o en París
una larga pesquisa hasta conseguirlo
No todos valían la pena
es verdad
pero pocas veces me equivoqué
tuve mis Pavese mis Salinger mis Sartre mis Heidegger
mis Saroyan mis Michaux mis Camus mis Baudelaire
mis Neruda mis Vallejo mis Huidobro
para no hablar de los Cortázar o de los Borges
siempre andaba con papelitos en los bolsillos
con los libros que quería leer y no encontraba
por allí andaban los Pedro Salinas y los Ambrose Bierce
la infame turba de Dante
pero ahora no sabía decir para qué maldita cosa
servía haber leído todo eso
más que para saber que la vida es triste
cosa que hubiera podido saber sin necesidad de leerlos
Cuando habían pasado cinco horas yo todavía no había escrito
una sola línea
así que me puse a escribir este poema
Llamé a los de la editorial
y les dije creo que para lo único que sirve la lectura
es para escribir poemas
no puedo decirles más que eso
entonces me dijeron que un poema no servía,
que necesitaban otra cosa.
Fin del recreo. Volvamos a los números. ¿Por qué hasta pronunciar ese tipo de cifras largas nos cuesta? Porque nos cuesta entenderlas. Y nos cuesta entenderlas porque parecen de otro mundo, de un plano paralelo a este en que vivimos. Y sí, nosotros estamos acostumbrados a decir que el sueldo mínimo ronda los 20.000 pesos, que los alquileres andan por tanto, el agua y la luz tanto… Nunca cifras tan desorbitantes. Porque estamos todos de acuerdo que es una barbaridad, ¿verdad?
Ahora bien, tanto cuando hablamos de números de la Intendencia o de Salto Grande, así como cuando hablamos de Educación, siempre hay quienes nos cuestionan porque entienden que nuestros comentarios tienen tinte político. Lo bueno, es que las dos entidades mencionadas están actualmente administradas por jerarcas de diferentes partidos políticos, lo que nos exime de tener que explicar que no nos sesga ningún color cuando tenemos que expresar un comentario o una opinión. No nos pesa ninguna ideología política para decir que el despilfarro en este país es real y es terrible; ¡y es nefasto!
Porque así como hablamos de los millones de Salto Grande, también podemos hablar de Gas Sayago, por dar apenas un ejemplo, ¿le parece?. Y en ese caso las miradas deben apuntar al gobierno de José Mujica. ¿Sabía usted, estimado lector, que Gas Sayago, una empresa que no existe ni existió nunca, le sigue costando al Estado Uruguayo US$ 125 mil al mes? Sí, unos ciento veinticinco mil dólares por mes. Peor aún, este gasto se mantendría hasta que se resuelvan todos los litigios judiciales pendientes en los que Gas Sayago está involucrado. Desde que comenzó su proceso de liquidación, allá por el año 2019, hasta ahora, el famoso Gas Sayago ha representado una pérdida de US$ 9.552.000 (nueve millones quinientos cincuenta y dos mil dólares) para el Estado. Y si a esa cantidad, se le suma los 250 millones utilizados antes de iniciar el proceso de liquidación, para tener una idea digamos que (ya que tanto hablamos del agua por estos días) se podría haber construido dos represas y media con recursos propios, no con préstamos. ¡Y cuántos sueldos, y cuántas jubilaciones y pensiones… se podrían mejorar!
Si la Intendencia está hoy en manos del Frente Amplio…Si la CTM de Salto Grande está hoy en manos de Blancos y Colorados…Si hoy el Presidente de la Administración Nacional de Educación Pública es un Colorado…Si la decadencia mayor en nuestra Educación se dio durante el gobierno anterior…Todas esas cosas son “arbolitos”. El despilfarro, la mala distribución del dinero, el no encontrarle rumbo a la formación de nuestros jóvenes…Todo eso sí, constituye el “bosque”.