uando escuchamos argumentos sobre la Ley de Urgente Consideración. Nos convencemos más aún de que los uruguayos miramos todo de acuerdo a nuestra ideología. ¿Por qué lo decimos?
Sencillamente porque según a quien estemos escuchando para saber que ninguno de los argumentos están despojados de opinión.
Nos explicamos, Cuando se sostiene que quienes procuran derogar 135 artículos de la LUC están mintiendo abiertamente, a nuestro entender esto es en parte verdadero y en parte falso. Se está mirando y opinando en base a nuestras ideas y quizás sin notarlo se opina y denosta abiertamente a quien opina diferente.
Por otra parte, quienes tratan de conseguir respaldo popular para anular los 135 artículos de LUC, la demonizan y entre otros argumentos consideran que la población no ha tenido suficiente información sobre lo que se pretende y dicho sea de paso, está vigente en estos momentos.
A esto el oficialismo considera una mentira desde el momento que el texto se puso a disposición de la ciudadanía, antes incluso de elevarlo a consideración del parlamento.
Honestamente creemos que es un diálogo de sordos y no se puede considerar a esto un aporte al sistema democrático.
En primer lugar, porque poner a disposición de la ciudadanía no significa que ésta lo haya leído. Es más, no tenemos dudas que el texto haya estado a disposición. Lo que si consideramos un hecho es que a pesar de esta disposición casi nadie lo ha leído o lo conoce en detalle.
Quienes entienden de comunicación, saben que no se trata sólo de ponerlo a disposición, sino que para una correcta y ágil trasmisión de un texto, es necesario que dicho texto sea claro, conciso, simple y breve. No hay que olvidar aquello que “lo bueno y breve, dos veces bueno”.
Quienes defienden la ley, hablan del respaldo a la policía a la que la ley ha extendido las atribuciones. No se admite jamás que parte de los problemas generados a este nivel son precisamente por el hecho de que no se puede ignorar que no todos los policías son correctos, honestos, que no hay abusos y que obran siempre de acuerdo a la ley.
Y que no se diga lo que no expresamos aquí. No estamos diciendo que todos los policías sean así, sino que estamos sosteniendo que no se puede ignorar que también hay corruptos y deshonestos que se constituyen en enemigos de sus propios compañeros de armas.
Ojalá que reconociendo aciertos y errores, de esta deliberaciones salga el mejor texto posible de esta ley.
En nuestra opinión al menos es lo mejor y más sensato que podemos hacer.
A.R.D.
Lo mejor y más sensato
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