Juan Rosas, comunicador
Trabajé con Juan Rosas poco más de cuatro años en la radio. Ahí lo conocí bien como operador de radio pero también como locutor. En ambas tareas se destacaba por su profesionalismo, pero nada se parece a lo que es su calidad como ser humano. En esta charla que se dio de manera espontánea en uno de sus lugares de trabajo, el que invadí en una tarde calurosa de domingo, se abrieron las puertas de los recuerdos y las anécdotas que quedaron afuera de esta nota porque era parte de nuestras propias vivencias y de nuestras inquietudes cuando éramos más jóvenes hace poco más de veinte años. Hoy con el tiempo lo veo, y el pasar de los años no se nota ni en su simpatía ni en su don de gente. Ahí parece que el tiempo se hubiera detenido. Es mejor profesional en lo que hace porque sigue estudiando y capacitándose, pero sigue siendo el mismo Juan que conocí.

1. ¿Qué recuerdos tienes de tu infancia?
– Nací el 20 de mayo del 73 en Salto, pero básicamente mi infancia la viví en Valentín. Cuando comencé la escuela, fue acá en Salto, en la Escuela 88, después fui al Liceo de la Zona Este. Cuando niño traíamos ración, fardos de alfalfa y no recuerdo qué más para los galpones de acá. Tengo recuerdos muy lindos, con mi padre y con mi madre afuera, junto a los caballos. Cuando vine para Salto en el año 88, armé otro grupo de amigos, porque afuera éramos muy pocos porque no había tampoco mucha gente. Todavía mantengo aquel grupo de amigos de la escuela.
2. ¿Qué querías ser de chiquito?
– Tenía varias cosas, pero fui dejando todas por el camino. Quería ser veterinario, agrónomo. Lo de la radio surgió medio de rebote y sin muchas ganas, porque no había nada para formarse ni dónde ir a estudiar.
3. Algo había a nivel privado
– Tenés razón, recuerdo que salió un curso en el Instituto Eureka que daba Oscar Amaral, que aproveché a tomarlo y de donde salieron varios locutores, como Miguel Texeira, yo y otros muchachos, que fue como empecé en los medios, porque en radio Cultural surgió una posibilidad, pero eran femeninas las voces que buscaban. Yo iba mucho a la Galería Gallino porque un amigo trabajaba en seguridad y vigilancia, y en su oficina conocí a Rodríguez Cristaldo, donde charlábamos. Y un día del 93 terminé yendo a Cultural, donde una mañana me hicieron leer con Hugo Eduardo Falcone, que terminó por recomendar que me tomaran.
4. Tu vocación original estaba orientada al campo, pero al llegar a la ciudad, ¿se puede decir que terminas encontrando esta otra vocación?
– Sí, sí, tal cual. Y ahí arranqué, comencé yendo prácticamente todas las mañanas a las empresas fúnebres a buscar la lista de las personas fallecidas, iba a pie porque no había teléfono en Cultural. Hacía los mandados, cobraba algunas publicidades. Mientras tanto, yo seguía leyendo con Falcone, que me iba corrigiendo algunas cosas. Un día faltó gente para la locución, y arranqué con Italo en La Revista Hablada. Ahí estuve hasta el 96, recayendo más adelante en Libertadores.
5. Mucha gente siempre me ha hablado de Radio Cultural como parte de sus comienzos.
– Es cierto, yo lo viví como una escuelita de comunicación, tengo gratos recuerdos, estaba Yanelly de Vecchi, Italo Suárez, Luis Alberto Pissano, Walter Abel Acosta, había un montón de gente, estaba bueno. Fue una linda época que me permitió incursionar en FM, que si bien no me gustaba mucho, en aquel momento era el furor de las FM, entonces hice algo en Del Éxodo grabando avisos y como operador.
6. Y una vez instalado en la radio, ¿te transformas en la voz de la terminal de ómnibus?
– Fue sin querer queriendo (risas). Pero no soy solo yo, somos varias voces, yo entré por una suplencia a Martín Castro porque se casaba y se iba de licencia, tuve que cubrir esos doce días, y como luego no volvió porque se fue de Gerente del Club Remeros, me fui quedando y eso me permitió poder estudiar otras cosas, hice locución con María del Carmen Núñez.
7. Así que no te quedaste solo con el trabajo, preferiste seguir capacitándote, ¿es así cómo llegaste a España?
– Sí, fuimos por intercambio con AICU en 2011. Fue una experiencia linda porque era la primera vez que hacía un viaje grande, fue raro porque cuando surgió la posibilidad dentro del curso que estaba haciendo con María del Carmen Núñez, yo no tenía pasaporte. Entonces, dije que sí y no tenía nada. Tuve que salir de manera urgente a hacerme un pasaporte y pude ir. Lo de allá era todo novedad, desde lo que fueron los paseos al curso en sí. Había una parte de fotografía, la parte de locución, que fue lo que más me gustó, y volví con ganas de formarme mucho más en locución.
8. Más de 30 años trabajando en los medios, ¿y no dejas de pensar en continuar capacitándote?
– Y si, y ya te digo que veo a la nueva muchachada en la misma. Estoy convencido que ellos saben que por ahí es el camino, y ya te digo que soy consciente que todavía me falta un montón. Hice algo de teatro, me hubiese gustado hacer algo más, y eso también ayuda. Estoy convencido que tenés que formarte en teatro, en idioma, en buscar otras herramientas. Salto es lindo, es chico y no te ofrece mucho más. Te vas preparado de acá y llegás a otro lugar y ves que tenés falencias. Por eso siempre aconsejo salir, en mi caso, el hecho de haber ido a Córdoba con otros locutores como Mario, Luis, Grillo, Luciana de Paysandú, te permite un poco abrir la cabeza, ver qué es lo que se viene. Por ejemplo, el tema de la inteligencia artificial hacía ya como 3 años que se estaba hablando, y ahora parece que es el boom. Así que salir te permite estar en contacto, hacer algunas cosas, conocer a personas, vincularte, y eso me permitió llegar a Montevideo y formar parte de la Comisión Directiva de ALPU, la Asociación de Locutores Profesionales del Uruguay, otra cosa que salió sin querer queriendo que ayuda a vincularte.
9. ¿Es un nuevo tiempo de ALPU en el tema de la descentralización?
– Si, buscando gente importante que también hay en el interior. Mejoró mucho en el aspecto de poder crecer en el sentido de tener otro diálogo que antes no lo teníamos. Pagabas la cuota y no participabas mucho. Capaz que también pasaba por el lado que uno no se vinculaba. La gente que está ahora es toda del interior que abrió una lista y ganó. Ahora casi todos los martes nos estamos reuniendo por zoom, y cualquier problema lo tratás y se resuelve. Ahora van a llegar algunas cosas nuevas para la gente del interior que en los próximos días se hará el lanzamiento y permitirá que la gente se acerque y se pueda seguir formando.
10. ¿Cómo ves hoy la realidad de los medios de comunicación?
– La veo en general bien. La radio en este momento hay un cambio que se nota para bien, pero hay algunas que se han estancado. Están las que pegaron el cambiazo hace unos 15 años y se quedaron, me refiero a la programación. Hay radios que han crecido por el cambio, algo de eso se ve en Radio Salto, que con un formato clásico le puso voces nuevas, de mujeres, con programación en la mañana que le dio otro dinamismo. Tabaré está muy centralizada en el campo que tiene su público. Arapey se tiró más al lado periodístico político y también tiene su buena audiencia. Los medios escritos también han tenido un crecimiento de un tiempo a esta parte que se ve en EL PUEBLO y también en La Prensa. Donde veo mayor estancamiento es en las radios FM, porque la gente que era la que escuchaba ahora anda más con el Spotify. En la tele también veo avances, sobre todo en el 4 con programación en vivo. Y como todo, siempre hay cosas para corregir y seguir mejorando.
