Las cárceles no deben ser lugares de tormento

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En nuestro país, como en casi todo el mundo, la persona que debe ir a la cárcel a pagar un delito o por cualquier otra razón, sabe que desde ya tendrá una doble pena. El perder la libertad y el tener que soportar la vida con otros reclusos que generalmente se manejan de otra forma y no conocen valor alguno. Desde luego que esto nos preocupa.
La Cárcel no puede ser un ámbito de torturas físicas o psicológicas, o tormentos , como sabemos que lo es actualmente.
En nuestro país, salvo los 200 (aproximadamente) presos que han sido responsabilizados de delitos de lesa humanidad y por ello están recluidos en el penal de Domingo Arena en condiciones especiales, a punto tal que se ha denominado a este penal como una “cárcel VIP”, los restantes 14.000 privados de su libertad en nuestro país se hallan en condiciones infrahumanas.
Lejos de tener posibilidades de rehabilitarse, de transformarse en sujetos valiosos para la sociedad, allí reafirman su voluntad de dedicarse al mundo delictivo.
Pasemos entonces a los reclusos de Domingo Arena.
El tema mayor radica en que no fueron procesados por delitos de lesa humanidad, sino por homicidio agravado y otros considerados menos graves para la ley penal y por lo tanto al menos 20 de ellos serían beneficiados por la ley actualmente en discusión.
Pero lo más interesante de esto es lo que hemos oído recientemente al Sr. Errandonea (hermano de un detenido desaparecido), que no le preocupan las condiciones particularmente beneficiosas en que se hallan estas veinte personas, sino las de tormento y otros “infiernos” en que son alojados los 14.000 restantes reclusos.
No podemos menos que compartir su pensamiento, en cuanto la reclusión carcelaria debería darles oportunidades de rehabilitarse, cosa totalmente nula o inexistente hoy. Si tomamos en cuenta sólo su “peligrosidad” o el delito por ellos cometido, caeremos en el concepto de que la mejor salida para el problema es la anulación de la persona humana, sea su supresión como tal o sea su muerte, aunque siga viviendo recluido en una cárcel.
Siempre lo hemos dicho. Para nosotros la mejor cárcel del mundo, la más segura, inviolable y demás, no deja de ser una cárcel y por lo tanto su aporte a la solución del tema será nulo .Estudiar las causas, combatirlas, disminuirlas hasta eliminarlas, combatir la discriminación y las diferencias de oportunidades actuales, debe ser el camino elegido. No lo olvidemos.
A.R.D.

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Liliana Castro Automóviles