La Teoría de la Evolución de (Charles) Darwin se basa en la capacidad de las especies para adaptarse a los diferentes hábitats. Claramente, es lo que está sucediendo en la selección de Uruguay con la sucesión de Luis Suárez y Edinson Cavani. Con esa raza de goleadores históricos de la Celeste que Marcelo Bielsa decidió extinguir (que se entienda la analogía) para encarar un recambio generacional, el hombre que encarnó el proceso de evolución de la nueva era de la Celeste es precisamente otro Darwin, Núñez, autor de un golazo y de la asistencia a De la Cruz en el triunfo contra Brasil, que acumulaba un invicto de 37 partidos en las Eliminatorias Sudamericanas.
Con esta contundente victoria, opacada parcialmente por la grave lesión de Neymar, Uruguay logró el segundo triunfo en el camino rumbo al Mundial 2026 (había vencido a Chile como local en la primera fecha) y se ubicó por encima de Brasil en la tabla que sigue con Argentina en la cima, pero consiguió el hito de ganarle a Scrath después ¡de 22 años!

Se trató de un punto de inflexión para la Celeste y para Bielsa, cuestionado por borrar a los delanteros históricos. Porque el nivel del equipo y la efectividad de Darwin empiezan a demostrar que de Loco solo tiene el apodo.
(Desde EL PUEBLO, validez de rescatar el enfoque de OLÉ de Clarín (Argentina), a manera de introducción del análisis del partido que determinó la victoria de Uruguay sobre Brasil. Nada más que decir: ¡de antología!)
