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miércoles, 12 de marzo de 2025
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La situación en los cuarteles

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Liliana Castro Automóviles
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Se puede estar mal informado o desconocer la realidad, pero esto no es argumento válido para dejar de ser cómplice, porque en definitivo es quien toma las decisiones.
El miedo es el arma principal cuando se está frente a una relación de jerarquía, máxime cuando se ha comprobado que la reacción de un jerarca frente a una queja o una denuncia concreta ha sido siempre la misma y el informa de “Santo y Seña”, así lo confirma.
Para explicarnos, la situación de dependencia en los cuarteles militares ha sido siempre la misma. Quien la ha sufrido o la sufre sabe que no puede comprar nada en la “cantina” de un cuartel si quiere pagar el doble o el triple de lo que el producto cuesta en otros lugares.
Es que luego el “cantinero” tiene que darle su parte al oficial que le permite hacer su juego dentro del propio cuartel.
La existencia de prestamistas ilegales (lo propios oficiales) y demás tampoco es nuevo.
Recientemente se ha denunciado esto como una novedad y al hecho nos remitimos. Que trascienda o tome estado público puede ser lo novedoso, porque que exista esta situación siempre ha existido y hace de esto por lo menos cincuenta años que lo sabemos.
Que los oficiales “ordenan” a los soldados a “vivir a monte”, durante varios días para extraer leña que luego el oficial venderá o negociará en su provecho, no es un hecho nuevo.
Lo que pretendemos después que se ha dado a conocer estos hechos es demostrar cuanto de justo y necesario tiene el poder militar, porque hay gente que aún añora este poder y sostiene que es un poder justo, exigente y humano, cuando de estos elementos no tiene nada.
En el pasado hubieron algunas denuncias, muy pocas que sepamos y ¿Qué fue lo que pasó?. Pues en primer lugar que muchas veces los investigadores fueron indirectamente los propios denunciados. De allí que quienes resultaron sancionados o en el mejor de los casos dados de baja luego de ser “calaboceados”, fueron los denunciantes.
En otras oportunidades cuando se ha logrado probar –porque algún jerarca de excepción- siempre hay, la sanción ha sido el traslado o el calabozo por unos pocos días y luego cada cual “que atienda su juego”. Vale decir sigue todo igual.
Siempre hay un jerarca máximo en esta materia que está mal informado o que es cómplice de la situación. Nos gustaría saber que pasará en esta oportunidad porque las denuncias han sido muy graves y se ha denunciado con nombre y apellido.
A.R.D.

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